Entrevistado días atrás en el programa A Dos Voces (TN) el presidente Alberto Fernández le reclamaba a los periodistas que le permitieran festejar un poco más el “gol” que había significado
para su Gobierno haber podido cerrar el canje de deuda por algo más de 100.000 millones de dólares con una adhesión de casi el 100%. “El lunes fue lo de la deuda… Déjennos festejar un poquito…” pidió el mandatario.
El reclamo del Presidente era legítimo. Una negociación que transitó por momentos muy ásperos había llegado a buen puerto y como resultado de ello la República Argentina despejaba por cuatro años el horizonte de vencimientos, generando además un ahorro en intereses de cerca de 56.000 millones de dólares.
El riesgo país quedó en 1.085 puntos en el minuto siguiente al debut de los nuevos bonos de deuda. El festejo resultó corto. Casi como si el gol del canje de deuda hubiera sido sometido a la fiscalización del VAR y este lo hubiese anulado.
Ayer, el riesgo país saltó casi 6% y se ubicó en 1.182 puntos. Eso quiere decir que los bonos están rindiendo arriba del 12%, entre cuatro y cinco veces más que bonos similares de países vecinos.
El clima de creciente desconfianza que se instaló en las últimas dos semanas prácticamente borró los festejos. El endurecimiento del cepo no hizo más que acentuar esa sensación. Las reservas no dejaron de retroceder y encima llegaron anuncios “mala onda” como la retirada de la chilena Falabella. Tampoco ayudó el anuncio de la detracción de fondos de la coparticipación a la ciudad de Buenos Aires a favor de la Provincia de Buenos Aires. Ni el decreto que declaró servicio público al sector de las telecomunicaciones, que despertó rechazos aquí y en el exterior.
Hay que subrayar el factor confianza/desconfianza. El 9 de agosto de 2019, es decir el viernes que antecedió al domingo de las PASO que marcaron el inicio del fin para el gobierno de Mauricio Macri, el riesgo país estaba en 872 puntos, a pesar de que la renegociación de la deuda en dólares estaba en veremos. Con ese interrogante -y ese Aconcagua de vencimientos en dólares que tenía el gobierno anterior frente a sí- el riesgo resultaba menor al que surgió del exitoso canje de deuda que abrochó Guzmán.
Con el triunfo del Frente de Todos, el lunes siguiente a las PASO el mercado sufrió un desplome de tal profundidad que hay pocos antecedentes en la historia global de los mercados. El riesgo pasó automáticamente a 1.467 puntos y tocó un pico de 4.000 puntos en abril de este año, cuando recién arrancaban las negociaciones con los Black Rock de este mundo.
El tipo de cambio pasó de algo menos de 70 pesos a los 145 pesos de ayer. Y las reservas están clavadas en torno a los 42.500 millones de dólares, mil millones menos de las que recibió Fernández al asumir su mandato. En el medio, pasó una buena cosecha agropecuaria, pero lo que entró por los granos se fue por el dólar ahorro y los pagos de deuda e importaciones del sector privado.
El leit motiv del ministro de Economía, Martín Guzmán, es que su prioridad es “tranquilizar la economía”. Aún con los trastornos que está generando la pandemia y la cuarentena, lejos está la economía argentina de tranquilizarse.
Justificadamente o no, los actores económicos no se dejan seducir por la propuesta económica del Gobierno.
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