Desde principio de año Mercedes está esperando que llegue octubre para pedir por su padre que no se encuentra bien desde hace unos meses y cada vez parece
empeorar. Ella es creyente pero nunca hizo la peregrinación como sus tías, que la realizan cada año. Nicolás tiene 65 años, es mecánico y hace la caminata desde hace más de dos décadas, aunque las últimas veces ya no la completa. “Siempre hay algo que pedir, no hace falta esperar una desgracia”, asegura con la voz ronca de fumador crónico.
Mientras tanto, el 15 de septiembre pasado, el arzobispo de Buenos Aires, el cardenal Mario Aurelio Poli, anunció mediante un video en las redes sociales que la peregrinación a Luján de este año quedaba suspendida en su forma convencional, debido al coronavirus, llevándose a cabo de manera virtual: “Queríamos decírselo porque algunos de ustedes, a pesar de las circunstancias, seguramente tienen alguna promesa que cumplir”, aseguró Poli en el video.
Cada año, alrededor de un millón de personas (otras fuentes hablan de 3 o 4 millones) se movilizan desde el Santuario de San Cayetano, ubicado en la calle Cuzco al 150 en el barrio porteño de Liniers y, después de recorrer más de 60 kilómetros, llegan a la Basílica de Nuestra Señora de Luján.
“Para la gente es muy importante la caminata porque quieren cumplir con la Virgen para ayudar a un familiar o un ser querido”, explica Hugo Vargas, presidente de la Sociedad de Peregrinos a Pie al Santuario de Nuestra Señora de Luján. Él mismo ha sido un peregrino durante casi toda su vida y hoy es parte de la organización junto a la Comisión Arquidiocesana de Piedad Popular, los organizadores oficiales de la peregrinación.
Ambas asociaciones están intentando promover la realización virtual organizada este año por la situación pandémica que se está viviendo, con la intención de evitar que los fieles se movilicen hasta la ciudad de Luján, ya que no habrá ningún tipo de contención.
“Nosotros lo que proponemos es cumplir la promesa de otra manera. Yendo a la capilla o a la parroquia cerca de casa o en su propia casa, ya que es una emergencia”, dice el padre Juan Bautista Xatruch, coordinador responsable de la Comisión Arquidiocesana de Piedad Popular.
De la misma manera, desde el equipo de prensa de la comisión enfatizan el mensaje, insistiendo en que debe tenerse en cuenta que, con la modalidad virtual, la gente también está cumpliendo sus promesas. “Lo que nosotros estamos desalentando es que la gente salga a las rutas porque en tiempo de pandemia todos los equipos salud y el operativo que habitualmente se hace están al servicio de los enfermos de Covid”, aseguran desde Piedad Popular.
Sin embargo, no todos están de acuerdo con la nueva modalidad. Nicolás, desde su taller, considera que la forma de devolverle a la Virgen las gracias recibidas, es peregrinando, al menos, tanto como uno pueda. “Yo no voy a ir porque mi mujer tiene problemas respiratorios y no me voy a exponer para traerle el bicho a casa, pero si estuviera solo iría”, asegura Nicolás.
Por otro lado, varios grupos en redes sociales están plagados de mensajes de peregrinos asegurando que saldrán a las rutas de todas maneras, ya que es la única forma de pagar una promesa o pedir por una situación extrema sobre la cual depositan su fe en la Virgen de Luján.
Desde la organización están preocupados por este tipo iniciativas, ya que consideran que hoy hay un bien mayor por el que velar, sobre todo con la situación actual de más de 10 mil casos positivos confirmados al día y un sistema de salud cada vez más complicado.
Mercedes entiende a los que aún quieren ir, pero considera que sería imprudente en este contexto realizar concentraciones masivas que pudieran esparcir el virus, provocando más contagios de forma innecesaria. “Mis tías están muy tristes porque para ellas es mucho más que pedir o agradecer, la peregrinación es un acto de devoción hacia la Virgen y hacia Dios”, explica la joven, que tiene pensado seguir la caminata por las redes sociales.
Según Hugo Vargas, miles de personas saldrán a la ruta de todas maneras y eso le preocupa, ya que, por un lado no podrán contar con ningún tipo de operativo que garanticen su seguridad y, por otro, estarían exponiéndose a generar una gran cantidad de contagios que complicaría aún más el trabajo de los médicos y centros de salud.
“Además la ciudad de Luján estará cerrada el día de la peregrinación, así que ninguna persona podrá ingresar”, asegura Vargas intentando desalentar que la gente se movilice.
Por su parte, desde el municipio de Lujan, Carolina Francia, concejala de Vamos, perteneciente al Frente Patria Grande, confirmó, en conversación con NOTICIAS, que no habrá capacidad operativa para atender ninguna emergencia ya que la Cruz Roja de Luján se encuentra en “Tecnópolis”, abocada a los contagios de Covid. “Va a haber un operativo con retenes en todos los puentes a lo largo de toda la ruta desalentando la llegada a la ciudad”, aseguró Francia a NOTICIAS.
Por otro lado, la Basílica de la ciudad, la cual se encuentra cerrada al público desde el 18 de marzo, cuando fue declarado el “aislamiento social preventivo y obligatorio”, continuará inaccesible, por lo que será imposible para los creyentes llegar hasta la Virgen el sábado 3 de octubre. Esto significa que quienes quieran verla el día de la peregrinación sólo podrán hacerlo mediante la modalidad virtual en las redes sociales que comenzará su transmisión el sábado a partir de las seis de la madrugada.
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por Javier Gutiérrez