Desde el preciso instante en que Carla Belingheri, la hija de 31 años de la víctima y testigo clave del presunto crimen de Josefa Farías (57) en San Nicolás,
dijo “mi nene quedó con un trauma… No pudo ir más a la escuela”, algo crujió en la cabeza de los investigadores mientras le respondían: “Pero si no hay clases desde marzo”. Tenían razón en sospechar.
También fue en ese preciso instante en que los investigadores comenzaron a pensar si realmente estaba preso el verdadero asesino de Josefa.
Para entonces, la nota del hermano asesino y violento que violó la perimetral para matarla había inundado todos los portales de noticias.
Claudio Edelmo Farías (46), el hermano de la víctima, cinturón negro de karate que, según relató Carla -y también su hijo de 12 años-, la molió a golpes y patadas en su habitación, en un capítulo más del historial de violencia que el hombre ejercía hacia su hermana en la disputarse la casa familiar.
Una foto para el olvido. La de Claudio Farías preso, acusado de matar a su hermana.
La autopsia primero, y las cámaras de seguridad, después les darían la razón a esas dudas y sepultarían como evidencia la carpeta con una decena de denuncias por agresiones que había en la Justicia, de familia y penal, y que le habían valido una perimetral al tío presuntamente violento.
Según contaron las fuentes a Clarín, todo era una burdo invento de Carla, que había arrastrado a su hijo mayor a mentir sobre la muerte de su abuela.
Incluso que el tío preso era karateca cinturón negro también era una falacia: apenas llegó al azul y hace 24 años que no viste el keikogi.
Por las inconsistencias en las diferentes versiones que dieron luego Carla y su hijo, más el furcio de la mujer (“El chico no pudo volver al colegio por el trauma de ver cómo mataban a su abuela”), el resultado de la autopsia y lo clave de las cámaras de seguridad, el fiscal Patricio Mugica Díaz, de la UFI N°1 de San Nicolás, le dictó la falta de mérito al hombre acusado falsamente.
Además, según las fuentes consultadas, no bien cierre la causa por el homicidio que no fue acusará a la hija de la víctima por falsa denuncia agravada, que lleva una pena de 1 a 3 años de cárcel, pero Carla tiene antecedentes.
“Salió de la cárcel con una condicional en enero de 2018 por una pena unificada a 9 años de prisión por homicidio y robo en poblado y en banda”, enumeraron las fuentes.
El fiscal Mugica Díaz, en tanto, ya dio intervención a los organismos de menores porque la hija de Josefa tiene tres chicos: un bebé de 3 meses, uno de 10 y el de 12, al que obligó a mentir y que llegó a decir que él había visto por el agujero de la puerta cómo Claudio Farías sacaba de la cama a su abuela y la molía a palos; incluso, que con su mamá se habían trepado para frenarlo.
La Policía en la casa de San Nicolás donde detuvieron a Claudio, tras ser acusado falsamente por su sobrina por el crimen de su hermana
El chico de 12 años en los próximos días será sometido a una Cámara Gesell.
“Esos chicos están muy vulnerables con ella. La mujer tiene rasgos mitómanos, según las psicólogas que escucharon su declaración testimonial, donde incurrió en varias contradicciones. También sabemos que hace tiempo fue testigo en otra causa y mintió alevosamente”, explicaron.
Según las fuentes, el fiscal ahora sospecha que la decena de denuncias por agresiones presentadas en contra del hermano de Josefa también pudieron ser falaces y un método de presión contra el hombre.
“El conflicto era entre la chica y el tío. Y para eso manipuló a su hijo a que mienta y hostigó al hombre con las denuncias. La mitad del predio donde está la casa donde vivía Josefa con su hija y sus nietos es de Claudio Farías. La intención de la chica era quedarse con todo al acusarlo del crimen”, detallaron las fuentes la trama secreta justamente de un crimen inventado.
Es que a Josefa no la mató su hermano a golpes y patadas después de entrar a la casa la madrugada del domingo 4 de octubre tras forzar la puerta y arrancarla de la cama, como contaron Carla y su hijo.
A Josefa no la mató nadie. La autopsia determinó que la mujer murió de causas naturales.
“La autopsia determinó que no hubo muerte traumática, no fue homicidio. Apenas tenía un raspón en los codos, pero después no había signos de violencia externa ni interna: ni golpes ni patadas”, describieron las fuentes.
San Nicolás de los Arroyos. Ameghino al 1.000, la cuadra donde está la casa de la disputa familiar.
Y ampliaron que Josefa padecía una hernia bastante grande, que tenía turno para operarse pero se pospuso por la pandemia por coronavirus: “La causa de muerte fue una obstrucción y una isquemia intestinal que derivó en un edema de pulmón agudo. Todo eso la llevó a un paro cardiorrespiratorio”.
Para sumarle, el relevamiento de las cámaras de seguridad de la madrugada del 4 de octubre no muestra señales de Claudio en la cuadra, y mucho menos ingresando a la propiedad de su hermana, como dijeron la hija y el nieto de Josefa.
A todo esto, el hermano de Josefa recuperó la libertad no bien se conoció el informe de autopsia.
El hombre, que había negado hasta el cansancio el crimen de su hermana, contó que esa madrugada “había estado en su casa con su pareja” y que no iba a lo de Josefa desde que le impusieron la perimetral: “porque la que lo agrede es su sobrina y todas las denuncias fueron falsa”, dijeron.
El fiscal le dictará el sobreseimiento no bien termine con las medidas que le faltan para cerrar el caso por el homicidio inventado de Josefa.
AFG
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