Sandra Soledad García (28) salió de una fiesta cerca de las 4 y empezó a caminar los 200 metros que la separaban de su casa de Villa Trujui. Nunca llegó. Su
asesino la cruzó en el camino e intentó meterla de prepo en un baldío: la golpeó y la trompeó, y ella cayó al piso. Ahí mismo la violó y, luego le partió la cabeza con un adoquín. Como aún seguía con vida, la apuñaló una y otra vez.
“El forense contó 38 lesiones con un puñal particular, con un mono filo; algunas fueron post mortem”, contaron a Clarín fuentes de la investigación. Ese detalle sería clave para encontrar al femicida que la madrugada del 14 de octubre la atacó en un baldío de Virgen de Luján y Teodoro Fell, de Moreno, a menos de 50 metros de donde dormían sus hijos de 12 y 7 años en la casa de una amiga, y poco más de 50 metros de donde vivía con su marido, José Tolaba (50), el carnicero del barrio.
Unas horas antes del crimen y cuando aún era martes 13 de octubre, Daniel Alejandro Melgarejo (29) salió de su casa de Villa Trujui, a unas 15 cuadras de la de Sandra, donde vivía con su mamá, su hermana y su cuñado. Allí estaba desde que el 17 de octubre de 2019 había dejado el penal de Junín con el beneficio de la libertad asistida, y tras purgar tres de los cinco años que había recibido por robo agravado por el uso de arma de la Justicia de de Mercedes.
La imagen, clave para detener a Daniel Alejandro Melgarejo por el femicidio de Sandra García.
Desde que salió de la cárcel no hacía nada más que drogarse, caminar de madrugada por el barrio y afilar una media tijera. La madre de Melgarejo le contó a los investigadores que le preguntó a su hijo para qué la afilaba todo el tiempo, y él le respondió: ‘Para defenderme’.
Lo cierto es que ese martes 13, Melgarejo salió de su casa con su media tijera, una campera azul, otra con blanco y turquesa, y unas bermudas de jean, y una frase que inquietó a todos: ‘Me voy a buscar alguna víctima’.
La madre, la hermana y el cuñado de Melgarejo pensaron que iba a robar. La mamá no sospechó nada la mañana siguiente cuando volvió todo ensangrentado a su casa, cerca de las 6, y le dijo: ‘Me peleé‘. La mujer hasta le lavó la ropa. Y, durante el desayuno, se mostró preocupada con su hija por la vida que llevaba Daniel Alejandro. La hermana sí dudaría luego.
Sandra Soledad García, de 28 años, tenía dos hijos Foto: Facebook
48 horas, cuatro sospechoso
Mientras tanto, ese miércoles 14 de octubre, el cuerpo de Sandra aún yacía semidesnudo, con una zapatilla en la cara en el baldío. Lo que le llamó la atención a los investigadores, cuando al día siguiente encontraron el cadáver, es que el marido no había radicado la denuncia por pedido de paradero de la mujer. Enseguida se convirtió en el primer sospechoso.
Fue el informe de la autopsia y el relevamiento de las cámaras de seguridad los elementos que lo libraron al carnicero José Tolaba de la sospecha del fiscal Gastón López, de la UFI N°8 de Moreno. “El cuerpo de Sandra tenía signos de defensa y la habían violado; y un video de una cámara de seguridad se la ve con un muchacho”, describieron las fuentes.
Descartado el marido como sospechoso del femicidio, comenzó una búsqueda contrarreloj y lo primero que hicieron los investigadores fue mostrarle el video de las cámaras de seguridad a uno de los dueños de la casa donde había sido vista por última vez Sandra, antes de irse esa madrugada fatal del 14 de octubre.
Detrás de ese paredón encontraron el cuerpo de Sandra Soledad García (28). La mataron en un baldío de Villa Trujui, Moreno. Foto: Captura
La imagen del video no era muy clara, pero el testigo dio alguna precisión de quién podría ser. Y apuntó a uno que le dicen‘El Colo’, pero que no había estado en la fiesta. De todas maneras, lo buscaron, lo encontraron y lo único que le pidió el fiscal a los policías fue que se fijaran si este segundo sospechoso tenía lesiones en el cuerpo. Sandra se había defendido y tenía que tener marcas.
“Pero ‘El Colo’ no tenía marcas por lo que quedó casi descartado. Y el hallazgo de otro video donde se veía al hombre con el que se cruzó Sandra con mejor calidad fue clave para tacharlo también de la lista de sospechosos”, contaron las fuentes.
Esas imágenes más nítidas se las volvieron a mostrar al testigo que había apuntado a ‘El Colo’. Y dio el nombre y apellido de un tal Sierra. “Dijo que había estado en la fiesta y que se había ido de madrugada. Era el único que no se había presentado a declarar en la causa”, relataron las fuentes el paso a paso de la pista que llevó al tercer sospechoso.
Daniel Alejandro Melgarejo había salido de prisión el 17 de octubre de 2019.
Cuando la Policía fue a buscar al tal Sierra, descubrieron que tenía golpes y lesiones en una de sus manos y en una pierna. Y era parecido físicamente al hombre que aparecía en el video con Sandra caminando hacia el baldío. Lo aprehendieron.
Cuando estaba por allanar la casa de estetal Sierra, en busca de la ropa del video y del arma homicida, una casualidad y luego una confesión cambió el eje de la investigación.
“La hermana de Melgarejo hace gimnasia en la plaza del barrio con la prima de ese tal Sierra y, cuando se entera que estaba detenido, le cuenta a su amiga: ‘No fue tu primo, fue mi hermano y me dio miedo denunciarlo’, revelaron las fuentes el diálogo entre las mujeres.
La ropa que incrimina a Daniel Alejandro Melgarejo en el femicidio de Sandra García.
Con esos elementos, antes de liberar a ese tal Sierra, que resultó que estaba lesionado porque trabajaba en un taller, la Policía fue a allanar la casa de Melgarejo, el cuarto sospechoso. Les abrió el cuñado y allí encontraron la ropa lavada por la mamá, la misma que se ve en el video de la madrugada del femicidio de Sandra.
“Faltaban las bermudas de jean. Pero, el relato de cómo llegó ensangrentado la mañana del 14 de octubre y que vivía afilando esa media tijera, que coincidía con el arma homicida que había descrito el forense, fueron claves”, concluyeron las fuentes.
A ese tal Sierra lo liberaron y a las pocas horas cayó Melgarejo: vestía las bermudas de jean del video, pero no se encontró la media tijera, ni siquiera en una nueva búsqueda que se ordenó en el baldío donde ocurrió el femicidio. Ahora se aguarda el resultado de la pericia de ADN a las prendas.
La Policía Científica, en la zona de Villa Trujui, donde encontraron el cuerpo de una mujer. Foto: captura
Lo cierto es que el sábado 17 de octubre, exactamente al año de haber salido de la prisión de Junín, Daniel Alejandro Melgarejo volvió a quedar preso.
El fiscal López le imputa de los delitos de “abuso sexual seguido de muerte en concurso ideal con homicidio criminis causa, agravado por ensañamiento y alevosía, todo en un contexto de violencia de género”. Femicidio.
AFG
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