Piden que vaya a juicio un femicida que prendió fuego a una mujer de la que aún no se sabe ni siquiera la edad

precaria casilla que estaba debajo de la Autopista 25 de Mayo en el barrio de Constitución, y se fue caminando con tranquilidad.

Cuando los bomberos apagaron las llamas, descubrieron el cuerpo de una mujer carbonizada. A casi 4 meses del crimen, el femicida será juzgado por haber actuado con ensañamiento y alevosía.

¿Quién era la víctima? Todavía es un misterio.

De la mujer asesinada ese 4 de julio no se sabe ni la edad: sólo que tenía entre 30 y 45 años. Medía 1,60 metro, el cabello estaba teñido de rubio y su tez era blanca.

La autopsia determinaría luego que sufrió quemaduras en el 70% de su cuerpo y presentaba un alto grado de intoxicación alcohólica, algo que le impidió defenderse y murió carbonizada.

El imputado por el femicidio fue capturado recién el 8 de septiembre, tras una exhaustiva tarea investigativa.

A poco más de un mes y medio de su arresto, se conoció que la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°52, a cargo de Romina Monteleone, le solicitó al juez Walter Candela que el imputado sea juzgado por el delito de homicidio doblemente calificado, por haber sido cometido con ensañamiento y alevosía, perpetrado por un hombre a una mujer mediando violencia de género.

El caso

Aquel 4 de julio, alrededor de las 23, cuando la cuarentena por coronavirus aún se cuidaba con celo, el detenido comenzó el fuego en un asentamiento precario que estaba sobre Virrey Cevallos al 1200, entre Cochabamba y la avenida San Juan, justo debajo de la autopista 25 de Mayo.

Su intención habría sido quemar a la mujer de la que nada se sabe. Para ello, según la acusación, usó “un elemento ígneo capaz de generar llama libre, como un fósforo, encendedor, o mecha de papel previamente acondicionadas y encendidas”.

Para la fiscal, el imputado, después de agazaparse junto a la casilla, la prendió fuego pese a que la mujer estaba en su interior y se alejó a pie por Virrey Cevallos, hasta Cochabamba, donde giró hacia Luis Sáenz Peña.

Un vecino que vio cómo el hombre se alejaba y llamó al 911, fue clave para que los investigadores le siguieran el rastro al sospechoso por las cámaras de seguridad.

Así, se lo pudo identificar y, finalmente, fue detenido el 8 de septiembre en la habitación de un hotel de Boedo.

La fiscal destacó que el “enfoque con perspectiva de género y la aplicación de la normativa en materia de protección de las mujeres que sufren violencia, resulta fundamental para acreditar” este tipo de hechos y sus “consecuencias jurídicas”.

Monteleone recordó el criterio de la Sala I de la Cámara Nacional de Casación Penal en lo Criminal y Correccional en un fallo en el que fue citado un trabajo de la psicoanalista Eva Giberti sobre este tipo de ataques” en los que “el varón sobrepasó el deseo de matar para persistir, él en persona, formando parte de la agonía de la mujer”.

“Esta es una forma de su manera de gozar mediante el daño, enajenado por su propia perversidad. Porque su acción, su fuego/poder logra, al arder su víctima, que su presencia masculina se instale en el cuerpo de ella mientras la está matando”, agrega el texto de Giberti al que aludió la fiscal.

Desde esta perspectiva, que la acusadora retoma para sostener que se trató de un femicidio, “el homicida vive y acrecienta su poder en las llamas sucesivas y en el ardor insoportable que el fuego suscitó. Se trata de combustión, aquello que el fuego precisa quemar para encenderse, es decir, el cuerpo de la víctima, imprescindible para el incendio, potencia el delito” .

Con información de Télam

AFG​

Mirá también

“Ensañamiento y alevosía”, el agravante para el padrastro por el horrible crimen de una nena de 2 años en Tucumán

Debía cuidar a una nena de 1 año y cuando llegó la madre le dijo que se golpeó con un perro: lo detuvieron por violación