El presidente de EEUU, Donald Trump, se enfrenta este jueves con su contendiente demócrata Joe Biden en un debate final ante millones de espectadores, en el que el mandatario podría tener una última gran oportunidad para recortar su desventaja en las encuestas a 12 días de la elección. El primer debate fue un desborde de interrupciones e insultos que llevó a que en este debate final los organizadores decidieran silenciar el micrófono de uno cuando el otro esté hablando.
La confrontación en la ciudad de Nashville es una suerte de tiro de largada del sprint final hacia las elecciones del 3 de noviembre en un país polarizado y temeroso de que los resultados generen batallas judiciales y más protestas en las calles. Trump lucha por aferrarse a la Casa Blanca tras cuatro años tumultuosos e intensificó sus ataques contra Biden, quien según las encuestas nacionales lidera la preferencia de los electores.
El debate comenzará a las 22 (hora argentina), durará 90 minutos y será retransmitido por las grandes cadenas de televisión y diversas plataformas, entre ellas Youtube.
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“Esta es probablemente una de las mayores audiencias que puedan conseguir antes de las elecciones”, dijo Amy Dacey, del instituto de ciencias políticas Sine. “Pienso que el equipo de Trump debe afrontar como una obligación llegar a la gente y convencerla”, añadió Dacey, ex jefa ejecutiva del del Comité Nacional Demócrata.
Por su parte, Kyle Kondik director de la publicación “Sabato’s Crystal Ball” dijo que el debate “representa una de las últimas oportunidades de cambiar la trayectoria de la carrera” electoral. “Hay mucho en juego para ambos candidatos. Biden quiere mantener la carrera tal como está y no quiere darle a última hora combustible a la campaña de Trump”, observó.
Para impedir las agresivas interrupciones que marcaron el debate del 29 septiembre en Ohio, durante los dos minutos en que un candidato responderá a la moderadora, solo su micrófono estará abierto. “Creo que silenciar es muy injusto y muy malo”, dijo Trump esta semana y calificó de “demócrata radical” a la moderadora del debate, Kristen Welker.
En los últimos tres días, Biden, de 77 años, no tuvo apariciones públicas mientras que Trump, de 74, realizó varios actos por día.
El exmandatario Barack Obama hizo campaña el miércoles por quien fue su vicepresidente e instó a los demócratas a no dejarse ganar por la complacencia debido al liderazgo de Biden en las encuestas. Para que mantengan sus pies en la tierra, Obama recordó a su gente la campaña de 2016 cuando las encuestas daban a la demócrata Hillary Clinton como clara favorita y finalmente tanto ella como sus votantes fueron sorprendidos por la victoria de Trump.
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“Esta vez, no”
“No podemos ser complacientes. No me importan las encuestas”, dijo Obama al liderar un acto en Pensilvania, uno de los estados que son considerados clave para conquistar la Casa Blanca. “La última vez había muchas encuestas. No acertaron debido a que mucha gente se quedó en la casa. Fueron perezosos y complacientes. Esta vez, no. En esta elección, no”, dijo.
Obama insistió ante sus partidarios que actualmente hay mucho en juego como para tener por cuatro años más a Trump y buscó contrastar a Biden con Trump: “El resto de nosotros deberá vivir con las consecuencias de quien ha probado ser incapaz de ejercer el cargo seriamente“, remarcó.
El coronavirus mató a 220.000 personas en Estados Unidos y golpeó con severidad a la economía de la mayor potencia mundial lo cual desató generalizadas críticas por la forma en que Trump manejó la crisis sanitaria. El mensaje de Trump incluyó decir a los estadounidenses que la pandemia esta prácticamente terminada y poner énfasis en atacar a Biden por los negocios de su hijo Hunter cuando su padre era vicepresidente.
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Una encuesta entre probables votantes hecha por la universidad Quinnipiac le dio el miércoles a Biden una ventaja de 51 a 43 en Pensilvania; un estado que Trump ganó por escaso margen en 2016. El actual presidente corre de atrás en las encuestas nacionales y otro sondeo de la universidad Quinnipiac mostró a ambos candidatos empatados con 47% en Texas donde Trump ganó cómodamente hace cuatro años y donde, además, nunca ganó un demócrata desde Jimmy Carter en 1976.
Más de 45 millones de ciudadanos ya votaron, según la organización independiente US Elections Project. Esa cifra equivale al 30% de los que sufragaron 2016. El propio Trump votará de manera anticipada el sábado en Florida, su lugar de residencia oficial cuando no está en la Casa Blanca, según informó este jueves su portavoz Judd Deere.
AFP / DS