Femicidio de Abigail: “En diez minutos los vecinos lo habían desmenuzado”

En una casa abandonada en una plantación de azúcar se habría escondido el acusado de violar y asesinar a Rocío Abigail Riquel de 9 años durante cuatro días. Hasta que lo encontraron dos jinetes de la zona y luego una ola de vecinos lo atacó a golpes hasta matarlo. Los hermanos que lo detuvieron aseguran que querían “entregarlo a la policía” pero llegaron tarde. Aunque están “con la conciencia tranquila” y destacan que lo volverían a hacer porque “ayudamos a dos padres” a encontrar al homicida de su hija.

José “Culón” Guaymas (25) fue atrapado el miércoles pasado en una plantación de cañas de azúcar cercana al barrio El Manantial, en la capital tucumana. Allí se habría ocultado luego de que lo buscaran por el femicidio de la pequeña Abigail ocurrido el domingo último.

Fueron dos hermanos identificados como Eduardo y José quienes atraparon al Culón. Habían escuchado que el acusado de matar a Abigail estaba oculto en el barrio, la policía lo había buscado en el lugar pero sin resultados positivos. Los hermanos decidieron ayudar en la búsqueda. “Somos baqueanos y conocemos el terreno porque todos los días recorremos estos campos a caballo: es nuestro trabajo, nuestra vida”, señaló José a La Gaceta de Tucumán.

Cuando ven al Guaymas se abalanzan sobre él. “Mi hermano me grita y yo voy atrás de él, lo alcanzamos con los caballos y lo pillamos en el canal. Pero nunca me imaginé esto, que por dar una mano terminemos así. Queríamos que lo capturara la Policía”, detalló Eduardo.

Pero la policía llegó tarde. Antes un numeroso grupo de vecinos linchó al sospechoso y, según la autopsia, murió por los golpes recibidos en la cabeza, costillas y varios órganos vitales. La agresión fue registrada por los celulares de los que participaron del hecho. Un vecino graficó: “Todo se descontroló. La Policía llegó a la media hora de que atraparan al tipo. En 10 minutos los vecinos lo habían desmenuzado”.

El abogado de los hermanos, José María Ledesma Costa, informó a los vecinos que se manifestaron en la puerta de la casa de José y Eduardo para apoyarlos que “no hay una orden de detención” contra ellos a pesar de que se abrió una investigación por el linchamiento al Culón. Con ese información intentó calmarlos.

Ahora resta saber si el ADN encontrado en el cuerpo de la menor es compatible con el acusado de haberla matado. Abigail fue una de las 11 nenas asesinadas en el contexto de violencia de género en lo que va del año en el país.

En el 91 por ciento de los casos registrados en lo que va del año el agresor era del entorno de la víctima: un padre, padrastro u otro familiar. Solo en el femicidio de Abigail actuó un desconocido.

“Lo volvería a hacer –aseguró José-, yo ayudé a que dos padres puedan encontrar al acusado de matar a su hija. Ayudar, lo volvería a hacer siempre. Tengo la conciencia tranquila de saber que yo contribuí en la persecución de agarrar a un prófugo. La idea era que se lo llevara la Policía. ¿Pero qué me tenía que poner entre él y la gente para que me machucaran?”.

NG CP