Violencia y más violencia. La absurda respuesta social que duplica un drama familiar. Una mujer fue víctima de violencia de género de parte de su pareja. Lo denunció. Llegó la
Policía a detenerlo, pero el hombre escapó. Cuatro horas más tarde, volvió a su casa para seguir golpeando y amenazando a la mujer. Los vecinos salieron en defensa de ella. Lo golpearon y patearon. Intervinieron policías y lo esposaron. Pero el hombre se descompensó y murió en el lugar.
El episodio ocurrió en el municipio de Las Heras, en el Gran Mendoza. La Fiscalía 14, que interviene en el caso, investiga si se trata de un linchamiento y, también, si hubo un posible abuso de autoridad de los policías que podrían quedar comprometidos como partícipes de la muerte.
El hombre asesinado a golpes, Maximiliano Alejandro Flores (33), vivía con su mujer en una casa de calle Paso Hondo al 3300 de la comuna mendocina de Las Heras. La investigación preliminar indica que murió en la madrugada del sábado a consecuencia de un tumulto vecinal y en medio de una golpiza. En la escena había policías. Pertenecían a la misma seccional que los policías que antes no pudieron detenerlo porque Flores escapó corriendo. Esta segunda vez, después de ser golpeado por vecinos, lograron esposarlo.
“Flores era muy violento”, contaron los vecinos a los investigadores. Y una vez más fueron testigos de los golpes del hombre a la mujer. Ya había antecedentes judiciales por violencia de género. En la noche del viernes, fue ella quien lo denunció llamando al 911. Cuando llegaron los policías, confirmaron las lesiones que había sufrido la mujer.
La fiscalía pidió que se cumpla el arresto porque Flores no había acatado una orden de no acercamiento. Fue cuando los policías intentaron detenerlo, pero el hombre salió corriendo. Quiso arrebatarle el arma a uno de los agentes. No lo consiguió, pero sí pudo escabullirse.
La mujer quedó en la casa en medio de un ataque de nervios. Por orden judicial, un policía mantuvo custodia en el frente de la vivienda. Cuatro horas más tarde, cerca de las 4.30 de la madrugada, el hombre retornó. Y fueron, según la información policial, los vecinos quienes comenzaron a pegarle patadas y piñas en defensa de la mujer.
El de Mendoza no es un caso aislado. En Tucumán lincharon al principal sospechoso de la violación y femicidio de Abigail, una nena de 9 años.
El policía de la custodia pidió refuerzos al no poder contener la agresión. Cuando llegaron otros policías, esposaron al hombre. Amarrado, Flores cayó desvanecido al suelo. Fue trasladado en un móvil policial al hospital Carrillo, pero llegó sin vida. Su cuerpo será sometido a una autopsia para determinar la causa de la muerte.
Aún no hay detenidos por su asesinato. Los investigadores analizan las cámaras de seguridad de la zona y de los móviles para determinar quién participó de la golpiza. En las próximas horas podría haber vecinos y policías imputados como responsables del homicidio.
Los casos de linchamiento o “justicia por mano propia” se repiten en la Argentina. El miércoles pasado, en San Miguel de Tucumán, una horda de personas enfurecida mató a golpes y patadas a José Antonio “Culón” Guaymás (25), el principal sospechoso por la violación y femicidio de la pequeña Abigail Riquel (9). Horas después, en la misma ciudad, otro grupo de personas atacó a un adolescente de 16 años que había robado un celular.
NS
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