No hay partido del Atlético sin paradón de Jan Oblak. Contra Osasuna, tras el doblete anotado por Joao Félix, el portero esloveno volvió a dejar una parada de enorme factura. Un potente
disparo de Roberto Torres a bote pronto a punto estuvo de colarse por la escuadra de la meta del rojiblanco, pero una mano milagrosa evitó el que habría supuesto el 1-2 para los locales. Más tarde recortaría distancias Budimir, aunque los tres puntos volarían a Madrid.
Fuente La Razon: