
Cintia Belén Gómez tiene 26 años, es violinista y está combatiendo un cáncer de cuello de útero agresivo desde hace más de un año y medio. En febrero del año pasado
se hizo una control ginecológico de rutina y se lo descubrieron. Ese día su vida cambió.
En ese momento, estaba viviendo en Buenos Aires, presentándose a audiencias para entrar como violinista en algunas orquestas. “El día que me diagnosticaron, tenía por la tarde una audiencia y por supuesto me fue muy mal, tenía la cabeza en otro lado. Ese día, toda mi vida se puso de cabeza”, comentó a Clarín.
Ahí arrancó una durísima batalla contra el cáncer que sigue hasta la actualidad. “Cuando me diagnosticaron pasaba más de 50 kilos, ahora estoy en 45 kilos y estoy muy débil. No puede hacer nada sola”, cuenta desde la casa de su mamá en La Plata.
Cintia lucha contra un agresivo cáncer de cuello de útero.
En abril del año pasado, después del diagnóstico, tuvo una operación. Los médicos descubrieron que tenía metástasis en los ganglios y que tenía comprometidos el riñón izquierdo y la vejiga. Entonces no le pudieron extraer el tumor y ahí comenzó un tratamiento agresivo de quimio para reducir el tumor y poder operarla nuevamente.
Ya luchando contra el cáncer tuvo que abandonar su sueños de vivir de la música en Buenos Aires y tuvo que volverse a La Plata con su mamá. “Llevar una vida normal estando enferma es muy dificil. Y aunque me habían aceptado en varias orquestas, tuve que rechazar las ofertas“, cuenta.
El año pasado se realizó tres quimios, que se aplican cada 21 días. “El plan era que el tumor se reduzca para poder operarlo. Llega el día de la cirugía, cuando me abren, se dan cuenta que el tumor había hecho metástasis, por protocolo no podían sacarme el tumor. Lo que sí hicieron fue sacarme algunos ganglios. Pero tuvieron que dejar tumor. Un mes después de la cirugía, hice rayos y quimio. Todo eso lo terminé en diciembre del año pasado. Había que esperar tres meses para ver cómo había evolucionado. Son tratamiento que van haciendo efecto pasando el tiempo”.
A pesar de su delicado estado de salud, Cintia siempre tiene una sonrisa.
“Pero justo pasó la pandemia. Y en marzo tenía el primer control. Me llaman desde hospital Clínicas y me dicen que no podían hacerme el control porque tenían prioridad los casos más graves. Yo confié en los doctores y el tiempo pasó. Además, en ese momento, pensé que si no me consideraban prioridad era porque lo mío no era grave”.
En mayo de este año, luego de que le dijeran que no podían hacerle los controles, Cintia empezó con dolores arriba de las caderas, en un costado de la panza. “Como en el Clínicas solo atendían pacientes graves, lo que hice fue pedirme un turno con un médico privado de La Plata. Me pidió algunos estudios y me dio unos calmantes. Cuando le llevé los estudio me dijo que la masa del tumor era más grande“.
Cintia es violinista y estaba audicionando para ingresar a una orquesta, cuando le detectaron la enfermedad.
En agosto los dolores en el cuerpo debilitado de Cintia fueron aún más intensos. “Fui a mi oncólogo, me pidió otro estudio, mucho más efectivo, que iba a aclarar todas las dudas. Hice ese estudio y ahí descubrimos que tenía comprometidos la vejiga y el riñón”.
“Entonces me dijeron que para hacer quimio, mis riñones tenían que funcionar bien, sino la quimio no iba a funcionar. Me hicieron una cirugía en julio, y empecé con el tratamiento de quimioterapia hace un mes, son seis dosis en total. A partir de esa operación, empezó a ser todo mucho peor. Y ahora ya no tengo fuerza”.
Cuenta que luego de esa operación, tuvo una anemia muy grande y la tuvieron que internar por una semana. Esto impidió que pudiera hacerse la segunda quimio, que deber realizarse cada 21 días.
Cintia tocó con la orquesta estable del Teatro Argentino de La Plata.
A todo esto se sumó el problema económico. Sin plata para poder costear el tratamiento, pide ayuda al Estado Nacional. “Son tres drogas las que me tienen pasar, y hay una droga, la Bevacizumab, que es la más efectiva pero también la más cara. Cuando preguntamos a Nación, nos responden que no la entregan porque no la tienen. Entonces, las veces que fui hacer quimio no la pude llevar porque no la tenía”. En Nación tampoco le dijeron cuándo la iban a tener.
Su estado físico se deterioró tanto que su mamá, que se dedica al cuidado de adultos mayores, tuvo que dejar de trabajar para estar con ella. “Estamos viviendo gracias a la ayuda de mis compañeros, que nos tan dando una mano económicamente. Mi mamá no puede trabajar porque no puede dejarme sola”. Contó que recibieron el IFE un tiempo pero que ya no se lo dan más.
El pedido de ayuda de Cintia,
Cintia cuenta que el medicamento que necesita cuesta 300 mil pesos cada ampolla. “En cada quimio me pasan tres drogas. Y cada ampolla significa una sesión”, explica.
Otro de los problemas que tiene Cintia es la movilidad. “Yo vivo en La Plata y hago el tratamiento en el Clínicas. Necesito viajar en remis cada vez que voy a capital, voy muy seguido al hospital. Voy tres o cuatro veces por semana. No puedo viajar de otro forma. Y un remis a Capital es caro”.
El día a día de Cintia es complicado. Su delicado estado de salud hace que necesite asistencia constante. “Me tengo que duchar sentada. Mi mamá me tiene que sostener todo el tiempo para hacer algo. Cuando me siento mejor, me siento un ratito al sol”.
Para distraerse dice que mira películas y cosas en el celular. “Hasta hace poco trataba de tener ayuda psicológica, pero fue tanto caos que no puede seguir. Mucho más no puedo hacer”, concluye.
DD
TEMAS QUE APARECEN EN ESTA NOTA
COMENTARIOS CERRADOS POR PROBLEMAS TÉCNICOS.ESTAMOS TRABAJANDO PARA REACTIVARLOS EN BREVE.
Comentar las notas de Clarín es exclusivo para suscriptores.
CARGANDO COMENTARIOS
Clarín
Para comentar debés activar tu cuenta haciendo clic en el e-mail que te enviamos a la casilla ¿No encontraste el e-mail? Hace clic acá y te lo volvemos a enviar.
Clarín
Para comentar nuestras notas por favor completá los siguientes datos.
                                
	    	
                                
                                

