negó a ser indagado por la justicia federal de La Plata, en un proceso en el que expertas del Equipo Argentino de Antropología Forense dieron detalles de la identificación de 14 cuerpos arrojados en fosas comunes.
“No tengo nada que declarar”, dijo Ricardo Fernández ante el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata, que desde el 27 de octubre último lo juzga por las torturas, homicidios, abuso sexual de 2 personas y ocultamiento de 6 menores cautivos en ese centro.
Fernández, vestido con un pijama azul, ya que cumple prisión domiciliaria, se expresó de manera dubitativa a la hora de ser identificado por el TOF 1 y afirmó no recordar su documento nacional de identidad ni los nombres completos de sus padres.
No obstante, los informes del cuerpo médico determinaron que estaba en condiciones de ser juzgado.
El represor está acusado como coautor de la privación ilegal de la libertad cometida por un funcionario público en abuso de sus funciones, agravada por haberse cometido con violencias o amenazas reiterada en 350 oportunidades; la aplicación de tormentos a dichas víctimas; el homicidio de 4 personas; 2 abusos sexuales y la sustracción y retención de 6 menores.
Entre las víctimas de secuestro están los estudiantes secundarios secuestrados en septiembre de 1976 en La Plata, en el hecho conocido como La Noche de los Lápices.
Según la requisitoria de elevación a juicio, todos los delitos atribuidos a Fernández “son calificados como delitos contra el Derecho de Gentes, en particular como Crimen de Genocidio y delitos de Lesa humanidad”.
Tras negarse a ser indagado, el TOF 1, integrado por Walter Venditti, Esteban Rodríguez Eggers y Ricardo Basilico, escuchó el testimonio de dos expertas del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), Patricia Bernardi y Mercedes Salado Puerto.
Ambas especialistas estuvieron a cargo de la identificación de los restos de 14 víctimas cuyos crímenes son juzgados por el tribunal
Bernardi dio detalles de las excavaciones realizadas en fosas comunes del Cementerio de Avellaneda, Lomas de Zamora, La Plata y el Cementerio de General Villegas en el partido de La Matanza; en tanto Salado Puerto relató la identificación de una víctima en una fosa común del Cementerio de General Lavalle.
En el cementerio de Avellaneda, arrojados en fosas comunes, según explicó Bernardi fueron identificados: Ramón Galván, María Garín, Luis Jaramillo, Graciela Sagues, José Bonetto, Anahí Fernández, Carlos Simón, María Magdalena Mainer, Gladis García Nieman y Ana Teresa Diego.
En el cementerio de Lomas de Zamora, Eduardo Rosen; en el Cementerio de La Plata, Ernesto Canga y en el de General Villegas (Isidro Casanovas), fue identificado el cuerpo del obrero de la fábrica Rigoleau, Manuel Coley Robles.
“Era una fosa común, los cuerpos eran esqueletos articulados, es decir fueron arrojados allí cuando aún tenían partes blandes”, apuntó Bernardi, quien detalló que en el Cementerio de Avellaneda fueron encontrados 336 cuerpos NN, 91 de los cuales habían sido ingresados al lugar de manera clandestina, sin constancia en los libros de la necrópolis.
Detalló que en el caso de María Delia Garín, secuestrada con 2 meses de embarazo, fue posible identificarla por una prótesis hallada en el esternón que era parte de una intervención quirúrgica que el médico René Favaloro le había hecho en 1975; en tanto algunos de los cuerpos presentaban hasta 11 y 14 proyectiles en su interior.
Una de las identificadas por Bernardi fue Ana Teresa Diego, la estudiante de Astronomía y militante comunista secuestrada el 30 de septiembre de 1976, cuyo nombre se impuso a un asteroide en su homenaje.
Ana Teresa Diego también fue recordada en el 2011 por la expresidenta de la Nación y actual vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, en su discurso de reasunción.
“Ella podría estar sentada acá”, dijo en esa oportunidad con emoción la expresidenta en referencia al sillón presidencial.
Durante su exposición, la experta Mercedes Salado Puerto, explicó la identificación de la víctima Oscar Farías, cuyo cuerpo fue hallado en la costa atlántica, en diciembre de 1978, donde fue arrojado en el marco de uno de los denominados “Vuelo de la Muerte”.
El TOF 1 de La Plata juzga desde fines de octubre a 18 represores, entre ellos el genocida Miguel Etchecolatz, por delitos cometidos contra casi 500 víctimas alojadas en los centros clandestinos conocidos como el Pozo de Banfield, el Pozo de Quilmes y El Infierno, que estaba ubicado en la Brigada de Lanús.