De atrás para adelante y con una aparición que ilusiona, el San Lorenzo de Mariano Soso se consolida

intensidad, se está empezando a forjar desde la faceta defensiva, la menos emparentada a su DT. Tras las primeras cinco jornadas, se clasificó primero en la zona 5 como el equipo con menos goles en contra de la Copa Diego Maradona: apenas recibió un tanto, de Aldosivi. En ese ranking lo siguen Independiente, con 2; y Colón, con 3.

Todo esto ocurre aunque el Ciclón de Soso no muestra rasgos de planteos defensivos. Más bien lo contrario. Sin embargo, la solidez de la última línea en este muy buen arranque desde los resultados (marcha invicto: ganó 3 y empató 2), es sin dudas su mayor virtud.

Y no es algo que precisamente haya conseguido porque su arquero resulte figura en cada presentación. De hecho, Fernando Monetti no ha tenido demasiado trabajo. Son pocas las pelotas de real peligro que le han llegado al guardametas azulgrana en lo que va del certamen, a falta de una fecha para concluir la primera fase.

“Dimos un paso adelante en consolidarnos defensivamente”, afirmó Soso luego del último partido, el pasado lunes ante Estudiantes en la Plata (0-0). El técnico de 39 años resaltó el aspecto más fuerte de sus dirigidos y entiende que es el punto de partida para poder crecer de mitad de cancha hacia adelante, zona en la que aún San Lorenzo debe seguir construyéndose.

La línea de cuatro hombres sale de memoria: Gino Peruzzi, Federico Gattoni, Alejandro Donatti y Bruno Pittón son los habituales titulares, aunque Víctor Salazar y Gabriel Rojas entraron y se acoplaron cuando debieron suplantar a los lesionados en los laterales. El mix entre experiencia y juventud le permite asegurarse temple, pero también frescura.

La aparición de Gattoni (21 años) es una de las grandes noticias de lo que va del ciclo de Soso. El pibe de la cantera demostró solvencia, buen porte, anticipo y juego aéreo desde el debut. Y eso que en sus espaldas tenía el peso de reemplazar a un histórico como Fabricio Coloccini, quien quedó atrapado entre los problemas musculares.

De atrás hacia adelante, Soso va moldeando a su San Lorenzo apoyado en la tranquilidad que le vienen dando los resultados. Y eso que en el último amistoso de la pretemporada había quedado una gran preocupación por la goleada sufrida de local contra Lanús. En ese duelo de preparación, el cuadro de Boedo la pasó muy mal abajo y la sensación era la de un equipo descompensado.

El DT y su cuerpo técnico pusieron manos en el taller para ajustar las tuercas flojas: coberturas, retrocesos, presión, cierres. Una semana después, en el estreno en La Paternal, ya se vieron los cambios en un conjunto más ordenado y con movimientos en bloque para no dejar huecos.

La tarea de Diego Rodríguez, actual capitán, se volvió fundamental. El Torito se mueve habitualmente como el único volante central y es un defensor más cuando la pelota está del lado del rival.

Cuando toda la expectativa estaba puesta en ver cómo sería el ataque del San Lorenzo de Soso, la primera faceta en fortalecerse fue la del fondo, aunque sin perder de vista el arco de enfrente. El Ciclón se va consolidando, no sufre atrás y espera tener mayor vuelo ofensivo para declararse candidato al título.

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