Mientras en el horizonte asoman las agujas de las primeras vacunas contra el Covid, muchos investigadores siguen buscando poner a punto moléculas y medicaciones
“Estamos siguiendo la evolución de dos mil personas y esperamos obtener resultados para poder verificar si la administración, durante un lapso de sesenta días, de una dosis alta de omega-3, suministrado a grupos de riesgo, logra reducir la tasa de infección y, en caso de enfermarse, si minimiza las complicaciones de la patología”, le dijo a PERFIL Rafael Díaz, cardiólogo y fundador del Instituto Cardiovascular de Rosario. Y explicó el sostén biológico de esta experiencia: “Numerosos resultados de laboratorio sugieren que algunos de los componentes del omega-3 estarían relacionados con actividad antiinflamatoria y antitrombótica en el metabolismo de las personas. Justamente esas dos propiedades de este ácido graso podrían jugar un rol en la disminución de la cantidad de contagios y las complicaciones del Covid”.
Según Díaz y el doctor Andrés Orlandini –su coequiper en la coordinación de este ensayo clínico–, “lo que buscamos es estudiar los efectos de una molécula simple, universalmente aplicable, que tiene bajo costo y genera escasos efectos adversos, cuatro puntos fundamentales para enfrentar esta situación global”. Algo que destacó el infectólogo Omar Sued, presidente de la Sociedad Argentina de infectología: “Este tipo de intervenciones –de probarse efectivas– serían un aporte novedoso contra la pandemia, por su importante impacto potencial y, además, por el bajo riesgo que generan, debido a los escasos efectos secundarios de estos compuestos”.
El estudio, denominado Prepare-IT, ya está siguiendo la evolución de 1.400 personas “de riesgo” (básicamente integrantes de los equipos de salud) y planean seguir sumando participantes hasta llegar a las dos mil personas, de manera de obtener datos estadísticamente inequívocos sobre la efectividad, o no, de esta molécula. El único requisito para sumarse como “conejillo” es ser mayor de 18 años. Y, como complemento del estudio argentino, un equipo de médicos de EE.UU. –liderado por el cardiólogo Deepak Bhatt, profesor de la Universidad de Harvard– realizará otra rama similar de esta investigación científica, pero con médicos y enfermeras en EE.UU.
Es una molécula simple, barata y que casi no genera efectos secundarios
Para mejorar la seguridad, el estudio fue diseñado con un importante componente online: “El voluntario que desea participar debe ingresar sus datos a una página web. Si resulta seleccionado se lo contacta, se le envía la medicación y se le toma una muestra de sangre para medir sus defensas. También se hace un hisopado para confirmar que no esté infectado al comienzo del período”, explicó Díaz.
En la práctica, a los participantes de este trabajo que se realiza bajo la modalidad “doble ciego”, se les administra una dosis diaria de ocho gramos durante las primeras tres jornadas y de cuatro gramos a partir del cuarto día. Igual esquema rige para el grupo que recibe un placebo.
En concreto los pacientes reciben comprimidos de omega-3 –un ácido graso poliinsaturado, que ha demostrado hace años beneficios efectivos para prevenir eventos cardiovasculares graves entre pacientes de riesgo–. El omega-3 está presente en alimentos comunes como el pescado, mariscos, nueces y en distintas variedades de semillas.
“Estamos muy orgullosos del Prepare-IT, que es uno de los estudios argentinos que tiene un diseño y una potencia estadística suficiente como para poder contestar la pregunta científica relevante”, dijo Díaz. Y concluyó: “Si comprobamos sus efectos, en los próximos meses podríamos tener disponible una herramienta simple y barata, pero que podría proteger a mucha gente”.