Una Navidad diferente en Belén, marcada por el crecimiento de casos de coronavirus

e impone reglas inéditas y restricciones.

Ha variado la cuota de fieles en Santa Catalina -adyacente a la Basílica de la Natividad- donde se llevó a cabo el oficio religioso celebrado por monseñor Pierbattista Pizzaballa, en su primera vez como Patriarca de Jerusalén.

El pueblo palestino lleva meses vacío de turistas y peregrinos que, hasta el año pasado, abarrotaban sus calles y que, durante las fiestas navideñas, se apiñaban frente al árbol de Navidad y el pesebre, erigido de nuevo este año, en la plaza della Mangiatoia justo en frente de la Basílica.

Este no ha sido el caso estos días. “Todos nos sentimos oscurecidos, cansados, agotados, oprimidos durante demasiado tiempo”, dijo Pizzaballa en su homilía. “Bajo el pesado yugo de esta pandemia que está bloqueando nuestras vidas, paralizando relaciones, poniendo a prueba la política, la economía, la cultura, la sociedad. Antiguas debilidades estructurales se han amplificado y no parece haber en el horizonte soluciones claras y compartidas”, amplió el prelado.

El presidente palestino Abu Mazen no asistió a la misa de anoche, mientras que los representantes diplomáticos de las cuatro naciones católicas estuvieron presentes en Jerusalén, Francia, España, Bélgica e Italia, con el cónsul general Giuseppe Fedele.

En Santa Caterina se realizó la Misa del Día de Navidad celebrada por el Patriarca Pizzaballa. También esta vez hubo restricciones, máscaras y distanciamiento, pero esta misa estuvo más concurrida.

En las calles de la ciudad, las tiendas están cerradas en su mayor parte e incluso las idas y venidas en el zoco son cosa del pasado.

A una situación difícil se agregaron ahora las nuevas restricciones introducidas por el gobierno palestino, inevitables ante los últimos picos de contagios. Durante los próximos 14 días, se dispuso, habrá fuertes limitaciones en los traslados durante la semana, bloqueo total durante los fines de semana y se mantiene el toque de queda desde las 19 hasta las 6 de la mañana.

A las nuevas reglas no escaparon las funciones de espectáculos ni las plegarias en iglesias y en mezquitas, sujetas a protocolos especiales.

A todo esto, Pizzaballa, hace algunas semanas, había anunciado que tenía Covid-19, si bien era asintomático. Ahora se encuentra mejor y pudo llevar adelante sus funciones. Si no hubiera sido así, habría sido la primera vez para un patriarca que las celebraciones se realizaran con un delegado al frente.

Fuente: ANSA

PB

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