Cómo le irá a la economía en 2021: se apuesta a la recuperación global pero hay dudas sobre Argentina

un panorama más alentador.

“Es un año especial”, sintetizó el investigador jefe del Ieral, Jorge Vasconcelos, a un selecto grupo de empresarios. En cuanto a la Argentina, podría ser el momento de dar vuelta la página. El economista habló de un “escenario en desarrollo”.

Entre quienes lo escuchaban la sensación generalizada era que se ha pasado a una nueva fase. Vasconcelos reforzó el sentido: “Depende de lo que haga el Gobierno en el primer trimestre del año”.

Eso sí, sus principales supuestos son una mejora del PBI de 5,5% frente a la caída de 11% de este año, a la inflación de 2021 la estima en 54% en vez del 38% de 2020 y al dólar oficial con un ajuste del 60% respecto ala variación de 37% del tipo de cambio en el año que termina.

En la visión de este experto, la normalización plena en el planeta depende de los servicios, y de la vacuna. Después de todo, los servicios representan el 25 % del comercio mundial.

Parte de esa recuperación ya lo están expresando el alza en las cotizaciones de varias commodities.

Por ejemplo, el mineral de hierro que se disparó 70% y el alza del cobre. También la mejora en los precios del “set de agricultura, con un 30% promedio en el caso del maíz, el trigo y la soja entre diciembre de 2019 y este año”, apunta Vasconcelos.

Otro dato a tener en cuenta es la tasa de interés cero y la pregunta en este caso es si se prolonga hasta 2024/25.

Para los países emergentes la novedad es el regreso del flujo de capitales. “En noviembre se recuperaron unos US$ 80 mil millones y tienden a duplicar el promedio de 15 años, unos US$ 250.000 millones, luego de ese vuelo a la calidad durante el primer cuatrimestre de 2020 que secó a la región”, amplía Vasconcelos a Clarín.

En su visión, ese flujo obedece al gran estímulo fiscal y monetario con el que reaccionaron tanto Estados Unidos como Europa frente a la pandemia.

“A diferencia de la crisis financiera de 2008-2009 esta vez hubo un mayor estímulo monetario y actuaron todos juntos al mismo tiempo. Es una situación inédita de expansión monetaria y fiscal. Hoy hay una atracción por parte de los emergentes de un flujo de capitales que busca la diversificación”, observa.

Ese flujo encuentra a la Argentina limitada por el “exceso de pesos, la deuda del Banco Central y falta de reservas”, señala Vasconcelos para añadir que el Gobierno “se resiste a reconocer las dificultades del 2021”.

De acuerdo a sus proyecciones, el tipo de cambio debería estar un 25% más alto de lo presupuestado por el Gobierno que prevé $ 102,4 a fin de 2021. A ese dólar más alto lo fundamenta en la necesidad de contención del gasto o al menos para que el gasto público de 2021 sea similar al de 2019 en dólares.

La otra duda sobre Argentina es la tendencia ascendente de la inflación.

-¿Qué puede pasar entonces?, se le pregunta

-Creo que 2021 no está jugado. Son decisivos los primeros meses en un marco en el que hay un arrastre estadístico positivo por la recuperación tras una caída profunda. La mejor política será generar confianza para bajar el riesgo país.

-¿Cómo?

-No hemos visto una política económica definida, es un escenario en desarrollo. Pero el Gobierno debería advertir que destinando dinero a subsidiar tarifas si bien se puede beneficiar el consumo, castiga la inversión y el empleo privado. No es momento para descuidar la creación de empleo privado. La tasa de desempleo promedio entre 2012 y 19 fue 7,9% . A partir de 2020 tiene un piso de 15%. Hacia fin de 2021, 800 mil personas se agregarían a la población desempleada, para totalizar 3 millones.

-¿Qué se puede esperar en la negociación con el FMI?

– La política económica debería modificar su centro de gravedad, recortar subsidios, para derivar el gasto, por ejemplo, a la obra pública. La deuda con el FMI, para ser devuelta en 10 años, requiere una caída del riesgo país a 400 puntos.

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