Nacionalizar el mensaje y dirimir las internas, prioridades de la oposición para el año electoral

los objetivos de dirimir las internas por el posicionamiento y las candidaturas, evitar que una porción de su electorado se fugue a las opciones más liberales e implementar una estrategia “para que no crezca” el Frente de Todos.

Las diferencias quedaron otra vez expuestas en la última reunión de la mesa nacional, ahora por el tono de las críticas al proceso de vacunación. También hubo contrapuntos por la sanción de la legalización del aborto, con un tratamiento transversal pero que permitió al oficialismo un motivo de celebración en el cierre de 2020, lo que fue considerado un “error” por un sector de la coalición opositora. Las discusiones entre intransigentes y moderados continuarán en el nuevo año y tendrán su correlato en la definición de candidaturas.

Una de las estrategias en análisis de Juntos por el Cambio será intentar “nacionalizar” la campaña, con la percepción de los referentes de que en los próximos meses no habrá recuperación en el poder adquisitivo y el consumo de la buena parte de la población. “El Gobierno está desorientado. No hay plan en la economía, ni sanitario. Es todo incertidumbre”, dice uno de los integrantes de la mesa.

En la división del país por franjas, las evaluaciones en el inicio concentran las expectativas en las provincias del centro, en las que procurarán repetir los triunfos de 2019. En el norte los referentes advierten un panorama más favorable al Frente de Todos -en menor medida Jujuy y Corrientes, gobernadas por los radicales Gerardo Morales y Gustavo Valdés– y en el sur apuestan a dar pelea en Chubut y a intentar asomar en Neuquén entre el MPN y el peronismo. La coalición buscará mantener la cantidad de diputados para evitar que el oficialismo alcance la mayoría en esa Cámara. La vara será alta, porque renovará los legisladores que entraron en la elección de 2017: 60 de los 116 actuales.

Para la provincia de Buenos Aires, principal fortaleza del kirchnerismo, plantearon como objetivo intentar equilibrar lo máximo posible en algunos distritos del conurbano -los del norte y los conducidos por intendentes del PRO- y aspirar al porcentaje de 2017. Con un resultado parejo en torno a los 40 puntos quedarían satisfechos.

“Cristina y Maximo han puesto todo el foco ahí y es donde nosotros tuvimos nuestras debilidades. Estoy entre los moderadamente optimistas. Creemos que les va a costar porque el consumo no se va a recuperar en los próximos meses”, estiman para la batalla siempre determinante en ese territorio.

Con menos cargos disponibles en la gestión desde diciembre de 2019, y por las pujas entre los tres partidos más algunos peronistas, las disputas por los lugares en las listas será intensa. Por el momento sin suspensión de las PASO, las toman como una herramienta para resolver pulseadas en los casos sin acuerdo. En principio la regla será que los dirigentes de cada distrito definan sus listas, aunque referentes como Mauricio Macri buscarán tener injerencia en algunas provincias.

Elisa Carrió puso tensión en Buenos Aires al apuntarle a Emilio Monzó. María Eugenia Vidal duda en ser candidata: es la gran incógnita de la oposición para octubre.

En la Ciudad, Patricia Bullrich deslizó que podría pelear por una candidatura aunque Horacio Rodríguez Larreta buscará que encabece un dirigente de su sector, como Diego Santilli o Fernán Quirós. En Córdoba se mantiene la interna radical, pero Mario Negri le aseguró a Clarín que va de camino de hacer las paces con Ramón Mestre.

“Al Gobierno lo veo sacando algunos conejitos de la galera pero muy complicado. Está claro que el Presidente cede en todo”, evalúa otro miembro de la mesa nacional. A las coincidencias en la mirada sobre las dificultades que tendrá que afrontar el oficialismo le siguen las diferencias por la estrategia. Para los moderados no hará falta endurecerse, las contradicciones y problemas de la Casa Rosada quedarán a la vista; los intransigentes en cambio cuestionan ese posicionamiento: lo consideran una “tibieza”.

“No puede haber diálogo porque con ellos no hay reglas. Si no somos claros en nuestro rol de oposición, se nos va a ir un 20%”, alertan en el sector representado por Macri, Bullrich y Miguel Pichetto. Rodríguez Larreta viene insistiendo en dar por superada la grieta y mostrarse conciliador para seducir al electorado que hace poco más de un año se inclinó por Alberto Fernández, precisamente por el perfil más moderado que el kirchnerismo que expresaba el Presidente.

“Nuestro desafío es mostrarle a la mayoría de los argentinos que el rumbo de la estrategia sanitaria y económica es erróneo y que las elecciones sirven para forzar un cambio de rumbo”, asegura Alfredo Cornejo, titular del radicalismo. “El mayor activo de Juntos por el Cambio es la coherencia de un proyecto, y la oposición clara a un modelo de poder que nos lleva por fuera de nuestra Constitución. El objetivo es que esa consistencia de ideas llegue a cada uno de los argentinos”, propone Bullrich, su par del PRO.

Otro desafío para Juntos por el Cambio será evitar fugas de votos por derecha. Dirigentes de la coalición opositora iniciaron conversaciones con algunos de los liberales que anunciaron que serán candidatos, como Ricardo López Murphy. En otros casos, como con José Luis Espert, ven más difícil un acuerdo. Rodríguez Larreta intentará incorporar sectores del peronismo y del progresismo para replicar su esquema en la Ciudad, con la mirada en su proyecto presidencial. Parte de la UCR también apunta a unir todo lo que no sea oficialismo en Santa Fe: socialistas, radicales y el PRO, con Miguel Lifschitz como cabeza de lista para senadores.

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