El Gobierno sorprendió con un aumento de 90 por ciento en los biocombustibles y a su vez baja 5% el porcentaje que deben mezclarse con la nafta o el gasoil. La
medida será publicada hoy en el Boletín Oficial.
El incremento es escalonado hasta mayo y busca una salida para las firmas dedicadas a los biocombustibles con varias plantas cerradas y 9.000 puestos de trabajo en juego.
También se conoce este ajuste cuando el congreso se dispone en sesiones Extraordinarias a prorrogar la ley de Biocombustibles.
El ajuste fue decidido por la Secretaría de Energía y va a impactar en los surtidores, anticiparon expertos.
Esto sucede cuando la mayoría de las tarifas están congeladas o con leves aumentos.
De esta manera y de acuerdo a la resolución oficial la tonelada de biodiesel, actualmente fijada en 48.533 pesos, pega un salto de 59 por ciento para pagarse $77.300 a partir de este primer mes del año y aumentará mensualmente de manera escalonada para llegar a $92.558 en mayo (90,6 por ciento de aumento).
De acuerdo a la especializada Surtidores, las empresas de biocombustibles, que se quejaban de la falta de actualización de sus precios, obtienen un aumento muy superior a la inflación del año pasado: hasta noviembre, el INDEC informó un aumento de 30,9 por ciento en los primeros 11 meses del año.
La suba tampoco guarda relación con el alza durante el último año de la soja, principal insumo del biodiesel: mientras la oleaginosa aumentó su valor 39,3 por ciento a lo largo de 2020, el aumento inmediato para la producción de biodiesel será 20 puntos por encima de esa variación. Casi el 95 por ciento del biodiesel es aceite de soja. A los productores de biodiesel les quedará hasta junio, inclusive, un horizonte de aumento de 31 puntos adicionales.
El incremento en los precios conseguido por los productores de biodiesel también se despega por mucho de la evolución del dólar mayorista, que durante el año pasado aumentó 40,4 por ciento.
Sin embargo, Claudio Molina, Director Ejecutivo de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno (AABH), asegura que desde el 2010 hasta esta parte las naftas aumentaron un 56 por ciento más que el bioetanol, mientras que el gasoil un 43 por ciento más que el biodiesel.
Se descuenta que las compañías productoras y comercializadoras de nafta y gasoil, que deben pagar el precio que fija la Secretaría de Energía, trasladarán al usuario los aumentos otorgados por el Estado a los productores de biocombustibles.
Días atrás gremios petroleros resolvieron movilizarse a la sede del ministerio de Economía para exigir respuestas ante la situación crítica que atraviesan las empresas de biocombustible y que ponen en riesgo casi 9.000 empleos en el país.
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