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El precio de la soja volvió este miércoles a operar en alza en el mercado de futuros de Chicago y cerró a US$ 501,64, mientras que el maíz también operó con subas en todas sus posiciones alcanzando ambos granos sus valores más altos en seis años y medio.
De esta forma, el contrato de soja para entrega en enero marcó un incrementó 1,12% (US$ 5,60) hasta los US$ 501,64 la tonelada, mientras que la posición marzo avanzó 1,07% (US$ 5,33) hasta los US$ 500,27.
Los fundamentos de la suba radicaron en las preocupaciones respecto de la oferta global a medida que la falta de precipitaciones se hace notar en las principales regiones productoras de Sudamérica, particularmente en Argentina, consignó un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
“Asimismo, las preocupaciones acerca de los conflictos sindicales en nuestro país, y sus consecuencias sobre los despachos, también oficiaron de soporte para los precios“, amplió la entidad bursátil.
Sus subproductos acompañaron la tendencia positiva, con un ascenso del aceite del 0,06% (US$ 0,66) hasta los US$ 978,62, y una suba de la harina de 1,81% (US$ 8,71) hasta los US$ 488,65 por tonelada.
A su vez, el contrato de maíz para el mes de marzo avanzó 0,66% (US$ 1,28) hasta los US$ 194,87 la tonelada y las cotizaciones de mayo, julio y septiembre cerraron con subas por decimoséptima jornada consecutiva.
“La principal causa explicativa para este fenómeno es que a la ajustada oferta global, que viene generando preocupación en los operadores, se le suma la falta de precipitaciones en Argentina de cara al comienzo del período crítico para el desarrollo del cultivo, lo cual puede devenir en mayores recortes productivos y, por lo tanto, una oferta más acotada. “, señaló la BCR.
En tanto, el contrato de trigo con entrega en marzo decreció 0,99% (US$ 2,39) hasta los US$ 237,92 la tonelada, debido a que “la falta de novedades que oficiaran de soporte para el mercado ejerció presión sobre los precios”.
“Sumado a esto, en la jornada de este miércoles se registró un repunte del índice DXY del dólar, lo cual tiende a tornar menos competitivas a las exportaciones estadounidenses, y podría haber sumado a la inercia bajista”, concluyó la BCR.