Mar del Plata deberá restringir el horario de la actividad nocturna desde la 1 de la madrugada del próximo 11 de enero. Tras el decreto nacional, el Gobierno de
la Provincia de Buenos Aires resolvió aplicar nuevas disposiciones para los municipios que se encuentran en fases 3 y 4, como Mar del Plata, ante el incremento de contagios reflejado en las estadísticas. A partir del lunes, todas las actividades no esenciales quedarán suspendidas entre la 1 de la madrugada y las 6.
“Todas estas reglas generan disgusto en la gente. Lo único que hacen es fomentar la clandestinidad. Nos pidieron que trabajemos con protocolo. Invertimos en los insumos necesarios y en tres días cambian los planes. La gente va a seguir saliendo igual”, se queja Guido, empleado de Mr Jhon, un boliche de Playa Grande, rodeado de sus compañeros de trabajo. Juan Manuel, también empleado, (26) agrega: “No sabemos si vamos a poder seguir trabajando. La gente no está viniendo. Esperé toda la temporada para zafarla y ahora me hacen esto”.
Un grupo de 5 amigas tucumanas charla y toma sol frente al mar en Playa Grande. Están ubicadas en una de las franjas que marcan distancia social. “El coronavirus no sale solo de noche. Siempre está activo. La fiesta va a seguir en otro lado. Cuanto más restrinjan, más clandestinidad se va a generar”, coinciden. “Los únicos perjudicados son bares y restaurantes”, piensan Morena y Andrea, dos hermanas de 22 y 24 años, llegadas desde Caballito.
Dos amigas caminan por un balneario de Punta Mogotes mientras planifican lo que harán este sábado. “Te da bronca que abran y después cierren. Se corta todo. Pero más enojo me da que nos echen la culpa a los jóvenes”, se lamenta Abigail. “Cambió el escenario. Todo está cerrado, lúgubre y triste. Venimos de un año con mucha restricción y cansa la cabeza. Esto es antihumano, antinatural“, señala Silvina que llegó a la playa desde Caballito.
Tres amigos caminan por la arena con una heladerita. “Estamos acostumbrados a que no haya diversión a la noche. Vinimos con la idea de no salir y disfrutar más de la playa. Otros años bajábamos a las 18. Ahora, nos instalamos a la 13”, le cuentan a Clarín.
Mario se lamenta por no poder salir hasta que salga el sol. “No me puedo “ver” con nadie. Me imponen el día sí, noche no. Tener que volverme a la 1 d ela madrugada me deprime. No me dan ganas de salir. Se pinchó todo”, exclama. “La gente va a seguir saliendo igual”, asegura Belén, una adolescente que está de vacaciones.
“La gente no solo no viene a Mar del Plata sino que los que tienen más de 50 tampoco salen de noche. Se cae el laburo a toda hora. Vendiendo café a la mañana o promos al mediodía no se gana dinero. Es un golpe a toda la gastronomía. Nos endeudamos todo el invierno para llegar al verano. Trabajo con protocolo y distanciamiento. No podemos cerrar”, reclaman desde el sector gastronómico.:
En Pinamar, bronca y desconcierto
“Es una estupidez”, opina Martina Celano (38), que pasea por la Av. bunge, en pleno centro de Pinamar, con sus hijas y marido. “Esto es un caos de gente, hay poca responsabilidad de los chicos, no se usa el barbijo. Y ahora con la restricción, los chicos van a salir igual, pero más allá de eso, no va a cambiar la cantidad de contagios. Sabemos que es dificil controlar esto, pero así solo perjudica más a los comercios”, afirma.
Para Walter Zenobi, uno de los socios propietarios del parador Rada Beach, el horario de restricción que se acordó, de 1 a 6, da la posibilidad de que los balnearios trabajen doble turno en sus restoranes, a diferencia del primer horario que circuló, de 23 a 6, que hubiera sido “un golpe muy grande”. “No es la situación ideal pero al menos nos alivia bastante”, sintetizó.
“Si se mantenía el horario de 23 a 6, dejaba afuera al 25 por ciento de los gastronómicos de Pinamar”, aseguró a Clarín el presidente de la Asociación Empresarial Hotelera y Gastronómica de Pinamar, Pedro Marinovic, y argumentó que la medida iba a la inversa de “una de las cosas que te hacen desconectar en vacaciones”, como es “no tener horarios”.
Para Marinovic, ahora el horario de la 1 “afecta mucho a los pub, cervecerías y bares que estaban abiertos hasta más tarde, pero es menos traumático” para el sector que si la restricción empezaba a las 23. “El grueso de la gastronomía acá se mueve entre las 21.30 y las 24”, indicó.
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