Donald Trump es un fascista, un autoritario dispuesto a usar la violencia para lograr sus objetivos nacionalistas raciales. También lo son muchos de sus seguidores. Si tenía alguna
duda al respecto, el ataque del miércoles al Congreso lo deja claro.
Si la historia nos enseña una lección sobre cómo lidiar con los fascistas, es la futilidad del apaciguamiento. Ceder ante los fascistas no los pacifica, solo los anima a ir más allá.
Entonces, ¿por qué tantas figuras públicas, que deberían haber sabido lo que eran Trump y su movimiento, intentaron, una y otra vez, aplacarlos cediendo a sus demandas? ¿Por qué lo siguen haciendo incluso ahora?
Considere algunos hitos en el camino hacia el saqueo del Capitolio. Un gran paso ocurrió en febrero, cuando todos los senadores republicanos, excepto Mitt Romney, rechazaron condenar al presidente en el juicio político a pesar de la clara evidencia de su culpabilidad.
PAUL KRUGMAN.
Otro gran paso se produjo en la primavera, cuando manifestantes armados, con el apoyo de Trump, amenazaron a las autoridades de Michigan por las restricciones de Covid-19. Ese ensayo general de la violencia de esta semana provocó algunas críticas por parte de los políticos republicanos, pero ningún rechazo serio.
Luego vino la negativa sin precedentes de Trump a aceptar la derrota electoral. Y casi dos tercios de los legisladores republicanos votaron en contra de aceptar a los electores de Pensilvania, por ejemplo.
Pero incluso aquellos que no se unieron activamente a sus intentos de dar un golpe de estado dejaron que Trump avanzara sin problemas. Mitch McConnell (jefe del bloque republicano en el Senado) esperó más de un mes antes de aceptar a Joe Biden como presidente electo. Un republicano de alto rango le dijo a The Washington Post: “¿Cuál es la desventaja de complacerlo a Trump?” Bueno, ahora sabemos la respuesta.
Finalmente, ¿qué pasó el miércoles? Un ataque trumpista durante la confirmación de la victoria de Biden era completamente predecible. Entonces, ¿por qué la seguridad era tan laxa? ¿Por qué apenas hubo detenciones? Lo que sabemos sugiere que las personas que estaban a cargo de proteger al Congreso no lo hicieron porque no querían que se les viera tratando a esa gente como el peligro que representaban.
The Wall Street Journal informó que a los funcionarios de Defensa les preocupaba la idea de tener personal militar en los escalones del Capitolio, algo que no les preocupó durante las protestas mucho menos amenazantes de Black Lives Matter el año pasado. Pero ahora el Departamento de Defensa dice, según AP, que fue la Policía del Capitolio la que rechazó las ofertas de ayuda de seguridad.
Los partidarios de Trump marchan por Washington. Reuters
Y una vez más, el intento de apaciguar a los fascistas terminará alentándolos. Hasta ahora, la lección para los extremistas trumpistas es que pueden participar en ataques violentos contra las instituciones centrales de la democracia estadounidense y apenas enfrentar consecuencias. Claramente, ven sus hazañas como un triunfo y estarán ansiosos por hacer más. No tengan dudas porque esto no ha terminado. Si no le aterroriza lo que Trump podría hacer entre ahora y el día de la inauguración, no ha prestado atención. Y no puedo ser la única persona preocupada por lo que sucederá durante la ceremonia.
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