Según los plazos que analiza el juez Carlos Narvarte, en abril podría dar por clausurada la investigación por el asesinato de Fabián Gutiérrez, el ex secretario de Cristina Kirchner. Entonces ya pasaría
a la instancia del juicio oral. El expediente tiene corroborado el tramo del caso que se ocupó de los responsables del crimen y su posible móvil, y sus decisiones fueron confirmadas por el juez de Recursos. Además, como reveló Clarín, el magistrado sigue otras dos líneas: la de un posible testaferro de Gutiérrez y el presunto encubrimiento del crimen a través del ocultamiento del cuerpo.
El plan para asesinar al ex secretario de Cristina se inició con un cuaderno. En sus hojas se plasmó un recorte de diario con la noticia de una acusación contra el ex secretario de Cristina Kirchner vinculada a la causa de los cuadernos de las coimas.
Se trataba de un procesamiento del juez Claudio Bonadio a Gutiérrez, donde señalaba que el dinero que tenía y los bienes que conformaban su patrimonio eran producto de maniobras de corrupción. Al confirmar los procesamientos por homicidio agravado por la alevosía, la Justicia de Santa Cruz sostuvo que había un “plan desarrollado entre los imputados para llevar a cabo un robo tendiente a apoderarse de una suma de dinero en dólares“.
Fabián Gutiérrez tenía una fortuna cerca a los 900 millones de pesos, que según la justicia no pudo justificar. Después, recluido en El Calafate inició una serie de negocios y emprendimientos que quedaron denunciados como operaciones sospechosas por la Unidad de Información Financiera (UIF) de la gestión macrista.
Hace un mes, el juez de Recursos de Santa Cruz Nelson Sánchez confirmó las acusaciones de Narvarte contra Zaeta, Facundo Gómez y Pedro Monzón. Pero en su resolución fue un poco más allá.
En primer término se refirió a la alevosía del asesinato, señalando que Gutiérrez “fue lacerado por más de una persona, teniendo la certeza requerida en esta instancia de que los tres imputados estuvieron presentes en la escena del crimen, puedo presumir que todos participaron de la golpiza hasta que uno de ellos, probablemente Facundo Zaeta le provocare la muerte por estrangulamiento”. Reafirmó lo dicho por el juez Narvarte.
Por otra parte, añadió en la confirmación de los procesamientos, que surge con evidencia que las lesiones producidas en la víctima, y que luego desencadenaron su deceso, “no son el resultado accidental u ocasional del robo como lo pretende hacer figurar la defensa”. El patrimonio de Gutiérrez cobró otra relevancia en el caso.
Se indicó que se encontró en el expediente con “elementos que dan cuenta que había un plan desarrollado entre los imputados para llevar a cabo un robo tendiente a apoderarse de una suma de dinero en dólares que presuntamente tenía en su domicilio Fabián Gutiérrez”, que ya estaba procesado por lavado de dinero y en paralelo investigado en el caso de los Cuadernos de las Coimas.
Para el juez de Recursos, el plan premeditado “se iba a concretar cuando estén las condiciones dadas para actuar sobre seguro. Fue así que, pese a haber procedido al desapoderamiento ilegítimo de diversos efectos a la postre secuestrados y presuntamente de una suma de dinero cuyo monto asciende a los 90.000 pesos, el objetivo principal no pudo ser concretado”: es decir sustraerle cifras mayores en dólares.
Ahora, según contó a Clarín, el juez del caso estima cerrar la instrucción en abril de este año y elevarlo a juicio oral. El tramo que para él se encuentra resuelto es en el que procesó a Facundo Zaeta, Facundo Gómez y Pedro Monzón como responsables de homicidio agravado por la alevosía. Según dijo en un reportaje a este medio, cree que podría haber una sentencia antes de fin de año.
Sin embargo, aún queda un conjunto de medidas de prueba por concluir la investigación. Entre ellas se encuentra la pericia sobre el celular del ex secretario, que se encuentra dañado y creen ya imposible poder recuperar la información guardada en él. Restan pruebas de ADN sobre ciertos elementos que se habrían utilizado para torturar a Gutiérrez, como ropa y zapatillas con rastros de sangre.
Al caso le quedan dos aristas más que se desprendieron de este primer tramo: la línea que trata de rastrear la fortuna de Gutiérrez, sospechada de ser de origen ilícito y que motivó el asalto que terminó en el asesinato. Allí el juez Narvarte investiga las operaciones que se realizaron en la concesionaria de Martín Gómez (padre del acusado Facundo Gómez). Se busca determinar el movimiento de dinero y si pudo haber operado como un presunto testaferro del ex secretario de Cristina Kirchner. De avanzar en esa tesis, el juez deberá excusarse, ya que se estará frente a un delito federal.
Por otro lado, el juez decidió avanzar sobre la posibilidad de que haya existido un encubrimiento en la etapa de ocultamiento del cuerpo de Gutiérrez. No se descarta que en aquella madrugada hayan intervenido más personas en la cabaña a la cual llevaron al ex secretario, ya sin vida y con severos signos de violencia.
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