El adolescente cumplía 18 años y, a pesar de las restricciones de la pandemia de coronavirus, decidió celebrarlo con una fiesta clandestina en Hudson, partido de Berazategui.
Hizo la convocatoria a través de las redes sociales y asistieron más de 300 jóvenes. Pero todo iba a terminar en tragedia, porque en una pelea mataron a golpes a Gonzalo Gabriel Rivadero (23).
La víctima fue atacada en la madrugada del 3 de enero afuera del predio, en las calles 64 y 157, lindero a la autopista Buenos Aires-La Plata. Según Télam, una testigo dijo el agresor, identificado como Marcelo Nahuel (21), lo reconoció a Rivadero como el sobrino de un hombre con quien tenía una relación conflictiva. “¿Vos sos el sobrino de Pinino?“, le preguntó. Tras la respuesta afirmativa, empezó a pegarle.
Rivadero, empleado gastronómico, murió el sábado en el Hospital del Cruce, en Florencio Varela. “Tenía múltiples golpes, fractura de cráneo y sangrado de cerebro”, contó José Luis (48), su papá, con quien “Choko” había trabajado en la cocina de Parque Norte y luego en una pizzería familiar.
Sabrina, pareja del padre del joven, se quejó de la atención médica que recibió el paciente en el primer establecimiento adonde lo llevaron. Allí lo pasaron a una sala común, pero sufrió convulsiones y volvieron a trasladarlo a terapia intensiva. Mediante una tomografía computada, constataron que había sufrido daños en un pulmón y un riñón, además de una inflamación cerebral.
Al día siguiente lo trasladaron al Hospital El Cruce. Horas más tarde informaron a su familia que padecía muerte cerebral, hasta que finalmente falleció.
El fiscal Daniel Ichazo, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1 de Berazategui, caratuló al expediente como “homicidio simple en concurso con lesiones leves“, ya que una amiga de la víctima fue golpeada al interponerse en el momento de la agresión.
Gonzalo Gabriel Rivadero (23), alias “Choko”, era empleado gastronómico.
El sospechoso se entregó el lunes en la Defensoría Oficial de Berazategui. Se negó a declarar y el juez de Garantías 7, Alejandro Mora, convalidó su detención.
Su padre contó que esta chica lo llamó por teléfono para contarle que Gonzalo “le habían pegado y estaba desmayado en el piso”. Al llegar, dijo, “había más de 300 personas”. Desde allí lo llevó a su casa y luego a un hospital.
“Trabajaba, no era un chico malo, era un pibe muy bueno”, remarcó el hombre.
A pesar de la prohibición, las fiestas clandestinas organizadas por jóvenes siguen sin control en la Provincia, lo que constituye el mayor riesgo de contagios de Covid-19 porque no se cuidan y se producen aglomeraciones.
A principios de este año, el Gobierno bonaerense estableció que podrán aplicarse multas de hasta 3.364.000 pesos a los asistentes y organizadores como también a los propietarios de los inmuebles donde se realicen esas actividades vedadas.
Además, se informó que las denuncias de fiestas clandestinas se recibirán en la línea telefónica 911 y en el número (0221) 429-3386, dispuesta por el Ministerio de Seguridad provincial, que funcionará los viernes, sábados y domingos de 22 a 6.
Según denunciaron empresarios bolicheros nucleados en la Industria del Entretenimiento Argentino (IDEAR), siete personas murieron en los últimos tres meses en peleas registradas en este tipo de eventos: cinco en la provincia de Buenos Aires, una en Córdoba y la restante en Corrientes.
EMJ
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