La Justicia de Mendoza intenta resolver dos crímenes con diferencia de siete meses y un mismo acusado: un adolescente de 15 años que está bajo la tutela de la Justicia
del Menor porque es inimputable.
El primer asesinato ocurrió el 31 de mayo pasado. Marcos David Figueroa (30) fue baleado en la puerta de un edificio del centro, de calle Patricias Mendocinas al 700, donde se sospecha se ejercía la prostitución.
El principal sospechoso, un adolescente identificado como J., se entregó a la Justicia. A los pocos, fue liberado y devuelto a su casa con su madre.
El 10 de enero, seis meses después, volvió a ser detenido, acusado del crimen callejero de Karen Jazmín Ponce (19), quien fue baleada por dos jóvenes a bordo de una moto cuando estaba en la calle con un grupo de amigos.
El mismo J. aparece como posible autor. Su cómplice, de 16 años, también fue detenido.
El ataque a Karen Ponce ocurrió en la madrugada del domingo 10 de enero, pasadas las 3, en Barrio Flores Sur, de Mendoza. La joven se encontraba frente a una casa en la manzana B del barrio, acompañada de siete amigos y amigas. Fueron sorprendidos por los adolescentes en moto que, sin quitarse los cascos, comenzaron a disparar contra el grupo de personas.
Karen recibió un impacto por la espalda y murió minutos después. Uno de sus amigos terminó con heridas en las piernas.
Los atacantes huyeron, mientras la Policía comenzó una investigación para identificarlos. Al menor de 15 años lo detuvieron en el mismo barrio Flores Sur, donde se vio acorralado por la Policía. Su cómplice fue descubierto un día después en un allanamiento que realizó personal de la División Homicidios en calle Avellaneda al 2400, en Guaymallén, Gran Mendoza.
Sobre el asesinato de Karen, los investigadores sospechan de un ajuste de cuentas entre grupos violentos, pero una versión policial difundida por el diario El Sol da cuenta de que la joven “pudo haber sido confundida con una mujer vinculada al narcomenudeo en la zona, ya que cerca del lugar del hecho funciona en un domicilio un quiosco de venta de drogas”.
En el caso del crimen ocurrido en mayo también es confuso el episodio: cuatro jóvenes bajaron de un remís trucho y atravesaron el pasillo del edificio céntrico hasta llegar a la última vivienda, que era utilizada con fines de trabajo sexual.
Armados, exigieron la recaudación del día, pero Figueroa -la víctima y presunto proxeneta- se habría resistido y salió corriendo. Habría sido alcanzado por J., que le disparó en la cabeza y a quemarropa, según declararon testigos.
Con estos antecedentes, J. quedó alojado nuevamente en un Hogar del Centro Asistencial de Adolescentes con Medidas de Excepción (CAME), porque por su edad es inimputable y no puede ir a la cárcel.
Su vinculación con estos crímenes es investigado por el fiscal Penal de Menores Gustavo Farmache.
Mendoza. Corresponsal
LM
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