Negación, enojo, negociación y aceptación son las etapas centrales de un duelo. Algo parecido ocurre con la segunda ola de coronavirus: hace unos días, muchos negaban el crecimiento
sostenido de contagios, o lo atribuían a un mero efecto de las Fiestas. Ya no. En especial en la ciudad de Buenos Aires, que ya muestra cifras de nuevos infectados similares al pico registrado a fines de agosto, y con un agravante: la abrupta pendiente de la curva, prueba de un acelerado ritmo de contagios.
Para adelantar el final de estas líneas, protagonista de este acelerado fenómeno es también otra jurisdicción: Entre Ríos. En comparación al pico máximo de 380 casos el 27 de octubre, esta semana registra, promedio semanal, 506, un 33% más.
Volviendo a la situación de CABA, quienes hayan escuchado este miércoles (en conferencia de prensa) al ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, sabrán que la media móvil diaria informada es de 1.200 casos. En agosto, decía Quirós, el pico fue de 1.350. El Ministro no negó que la situación es “prácticamente similar”, y se mostró preocupado por la velocidad de las infecciones de Covid-19, con una pendiente que asusta, en comparación a la curva amesetada que, durante meses, vimos elevarse parsimoniosamente en el país.
En la terminal de micros Dellepiane, se realizan testeos ráoidos de antígenos. Foto: Germán García Adrasti
Si es posible afirmar que la barrera de los 1.350 casos promedio ya se superó es en base a los datos nacionales. Según los reportes que difunde cada día el Ministerio de Salud de la Nación, la media de la última semana -entre el 6 y el 12 de enero- fue de 1.356 contagios diarios. La media para el 1° de septiembre, tomando como base los informes diarios de la última semana, era de 1.347.
De todos modos, todos los cortes son problemáticos, al igual que las comparaciones. Buena parte de las diferencias en este caso son por una variable temporal: mientras Nación mide “por fecha reporte”, Ciudad lo hace “por fecha de hisopado”.
Unas líneas para explicarlo: cuando cada noche se da a conocer un nuevo reporte de coronavirus, no incluye a las personas que tuvieron síntomas ese día, el anterior ni dos días antes. Ni siquiera hace cinco días. Tampoco a los hisopados de las últimas 48 horas. El reporte incluirá los positivos cargados en el SISA en las últimas 24 horas. Son personas que tuvieron su primer síntoma hace varios días, quizás una semana, les hicieron un hisopado, esperaron el resultado, se consignó en el SISA y finalmente, con cierto delay, aparecen en el reporte nacional.
Crece en la Ciudad la cantidad de casos positivos de coronavirus y se acerca al pico de agosto, aunque con una mayor cantidad de testeos. Foto German Garcia Adrasti
La diferencia de tiempo entre los primeros síntomas o el hisopado de una persona y que su caso, en efecto, se difunda públicamente es mucho mayor al lapso entre la carga de un caso equis y su aparición en el reporte nacional. Dicho de otro modo, el reporte por fecha de carga muestra una foto más “fresca”. Tiene, no obstante, defectos. Por ejemplo, es endeble a la repentina carga de casos “demorados”, que terminan distorsionando cualquier cálculo.
La Ciudad elige informar sus nuevos casos por “fecha de hisopado”. La desventaja es que es una foto “vieja” en comparación a la carga por fecha de reporte, pero tiene a su favor que muestra más fehacientemente el curso del virus: es más fiel al contexto temporal del contagio.
A esto hay que sumar otra salvedad que hizo el propio Quirós este miércoles: el mayor alcance que tienen los testeos en la Ciudad, en especial desde que el operativo Turismo, comenzado en diciembre, triplicó el número de pruebas diagnósticas por PCR y antígenos.
A mil por hora
Estos cambios en la estrategia de control del virus complican cualquier comparación. Porque, si ahora hay más casos positivos porque se testea el triple (son unos 15.000 los tests diarios), entonces en agosto había muchísimos casos que no veíamos por falta de diagnóstico.
Pero nada parece opacar el hecho objetivo de que la curva porteña se eleva casi como una pared, desde comienzos de diciembre.
Rodrigo Quiroga, investigador del Conicet, Químico especializado en Biología Molecular y Bioinformática de la Universidad Nacional de Córdoba, explicó que una forma de analizar “la velocidad de crecimiento es evaluar una variable similar al famoso R, pero más simplificada: el ratio de riesgo”.
Se trata de un cálculo que mide el número de casos de los últimos 15 días, en comparación a los 15 días anteriores. Según Quiroga, “en agosto, en el pico de casos de la Ciudad, daba 1,14. Hoy (en realidad, el 8 de enero, que es la útlima fecha confiable por fecha de diagnóstico) da 1,94”.
Si estuviera por debajo de 1, se podría decir que hay estabilidad, a la baja. Por encima de 1, no son buenas noticias. De hecho, apuntó el experto, “estar cerca de 2 es similar al ratio de riesgo que en su momento tuvieron las provincias que casi no podían contener la propagación del virus, como Jujuy, San Luis, Santa Fe, Tucumán, Mendoza y, en parte, Córdoba, aunque ahí estuvo un poco más controlado”.
Entre Ríos, en la mira
Si Entre Ríos se lleva parte de estas líneas es porque los casos crecieron abruptamente. Clarín habló con una experta en las cifras del Covid que vive justamente ahí, en Concepción del Uruguay. Es Soledad Retamar, joven especialista en Ciencias de la Computación, docente e investigadora de una de las sedes regionales de la Universidad Tecnológica Nacional, abocada a Ingeniería en Sistemas.
“En Entre Ríos veníamos re bien hasta septiembre, cuando comenzó a crecer la curva. A principios de octubre parecía que bajaba y hacia el 10 o 15 hubo un ascenso rápido, hasta el 27 de octubre, cuando se llegó al pico de 380 casos diarios, promedio semanal. Desde entonces bajó a un máximo de 173 casos. A principios de diciembre, parecía todo estancado, pero ya el 30 de diciembre subió a 210 y este martes llegamos a 506”.
Si uno sale del radio metropolitano, no debería omitir las provincias de la Patagonia, otras que preocupan por la proliferación de contagios. Como varios expertos le vienen comentando a esta cronista, “nunca bajaron de la primera ola”.
Como destacó Retamar, “el de la Patagonia es un caso diferente: nunca tuvieron un descenso marcado de contagios. Apenas hubo amesetamiento, pero no dejaron de crecer”. En cambio, “en Entre Ríos parecía haber cierto control” de la situación. Pero ahora…
Las ciudades más afectadas son las de la costa del Río Uruguay, es decir, las aledañas a la ruta nacional 14. Según Retamar, “es por los movimientos turísticos y la mayor apertura”. Sin embargo, “ya se está viendo un crecimiento de casos en Paraná”, lo que la experta liga a “una notable subestimación de los contagios en reuniones hechas en espacios cerrados”.
Cada provincia es un mundo, es cierto. Pero también preocupa “el todo”. ¿Cuánto más podemos subir? Retamar fue clara: “El pico nacional fue el 21 de octubre, con 15.051 casos. Hoy tenemos 11.700, promedio. Hay muchísima gente suceptible del virus. Ahora estamos igual que el 27 de septiembre. Si el ritmo fuera igual, estaríamos a un mes del pico. Pero el ritmo, ahora, es otro. Salvo, claro, que se refuercen los cuidados y las medidas de control”.
DD
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