Los realities, esa especie televisiva que despierta amores y odios por igual, ya llevan 20 años instalados en las grillas de la televisión argentina, con tantos cultores como detractores. A partir
de la pandemia que llegó el año pasado, el formato pasó a convertirse en una tabla de salvación para muchos artistas del medio, frente a la falta de trabajo en otros rubros, como ficciones televisivas, obras de teatro o películas.
Así fue como, de aquel primer reality, Gran hermano (en 2001), con personajes anónimos conviviendo sin hacer nada frente a las cámaras durante 24 horas, llegamos a esta temporada pandémica 2020/2021: los programas de ese estilo colaboraron para que muchos actores y actrices, impensados para este género en otros momentos, ahora sorprendan con su presencia como participantes, en la versión “celebrity” o “famosos”.
El año pasado, los casos más resonantes fueron los de Boy Olmi en MasterChef Celebrity (Telefe) y Laura Novoa en Cantando 2020 (El Trece). A ellos se suma, a partir de febrero, Nora Cárpena en Corte y confección famosos (El Trece).
Fue la misma Novoa quien, ante la pregunta de uno de los jurados acerca de porqué teniendo una carrera como “actriz seria” había llegado hasta la pista del Cantando, respondió con la cruda realidad: “Tengo que darles de comer a mis hijos. Y esto es un trabajo”.
Con los teatros cerrados, con grabaciones y filmaciones suspendidas, las opciones laborales fueron bien escasas para los artistas en los primeros meses pandémicos. Animarse a cantar y ser juzgada por Nacha Guevara, Moria Casán, Karina La Princesita y Oscar Mediavilla apareció como una alternativa viable y hasta divertida.
“Acepté al instante porque es trabajo, dignifica y lo haría con la misma entereza con la que entro al Teatro San Martín o me meto en una telenovela“, aseguró la actriz en una entrevista.
Laura Novoa, en la ronda de cuarteto de “Cantando 2020” (Foto Jorge Luengo).
El paso de Laura por el Cantando no fue un lecho de rosas y, como todo reality que se precie de tal, también tuvo su cuota de escándalo mediático cuando, a medio camino del certamen, los roces con su compañero de equipo, Patricio Arellano, llevaron a una ruptura de la dupla.
Novoa también fue criticada por su flojas actuaciones con el canto y ciertas actitudes que algunos consideraron de “diva”. Sin embargo, también tuvo apoyo del público, al contar que es disléxica y fue salvada dos veces con el voto telefónico. También sus amigas y colegas Julieta Díaz y Carolina Papaleo, al igual que su padre, el reconocido Pepe Novoa, salieron a bancarla públicamente: “Tiene que mantener a sus hijos”, dijo Pepe.
Después de años de protagonismo en telenovelas como Poliladron o Dulce amor, o en unitarios como Mujeres asesinas y Atreverse, o en obras clásicas como Romeo y Julieta, El zoo de cristal o La Celestina, lejos de mantener un perfil bajo Novoa supo sacarle jugo a su exposición y en noviembre pasado anunció desde sus redes una Master Class a la que llamó, sin vueltas: “Laura Novoa, entre Shakespeare y el Cantando. La travesía de una actriz argentina”.
Otro que le puso el cuerpo a un reality el año pasado fue Boy Olmi. Actor y director, con más de 40 años de oficio, tuvo un intenso recorrido en cine, teatro y televisión. Pero siempre cultor del bajo perfil, en plena cuarentena y a los 65 salió a desplegar su faceta como cocinero en la competencia televisiva y fue furor.
Su estilo relajado, de bon vivant, y sus anécdotas divertidas le sumaron miles de fans durante su paso por la cocina de MasterChef Celebrity. Es más, su eliminación causó sorpresa y repudio por parte de los más fanáticos que lo veían como un posible ganador o, al menos, finalista.
En pocos meses, el actor que protagonizó éxitos televisivos como Amándote, Celeste siempre Celeste, Primicias, Verdad consecuencia, Tiempo final, Rebelde Way o La niñera, además de personajes bien distintos en teatro como el travestido de Casa Valentina o el más jugado políticamente en la reciente Colaboración/Tomar partido en el San Martín, se convirtió en una auténtica celebridad popular. También impulsado por la lógica necesidad de trabajar a la que le supo encontrar una vuelta.
Una actriz que ha demostrado más de una vez su ductilidad para adaptarse a diversas modalidades y géneros, si es que la realidad así lo requiere, es Nora Cárpena.
De familia de artistas, la actriz de 75 años volverá a mostrar su oficio a partir del mes que viene, cuando comience Corte y confección famosos, conducido por Andrea Politti, con Nora entre los participantes.
Protagonista de telenovelas de Alberto Migré, Cárpena trabajó durante años junto a su marido, Guillermo Bredeston, en comedias televisivas donde se hizo muy popular. Más tarde también se lució en tiras exitosas como Montecristo o Herencia de amor, con participaciones especiales.
Nora Cárpena competirá con otros famosos en el arte del diseño y la confección de ropa.
Sin embargo, en los ’90, dio un giro a su carrera cuando se sumó al elenco de una de las obras de teatro más exitosas de la cartelera argentina, Brujas, donde compartió elenco, entre otras, con Moria Casán.
Ambas actrices también compartieron la telenovela Con pecado concebidas y se hicieron muy amigas y por eso, cuando Moria condujo el ciclo Incorrectas, por América, Nora se sumó como una de sus panelistas más picantes.
Ahora, la actriz saldrá al ruedo a demostrar cuánto sabe de costura, de diseño y de vestuario y también a medirse en el terreno mediático que tiene todo reality.
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