La ex número dos de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) Silvia Majdalani admitió que siente culpa de no haberse “dado cuenta de que en la AFI existía todo este tacho
de basura”, en alusión al grupo de agentes que se autodenominaba “Super Mario Bross”.
“Pero, de ninguna manera pienso ni permito que digan que dentro de la AFI había una banda de delincuentes. Eso es faltarle el respeto al trabajo serio y con vocación de un montón de personas que trabajan en la AFI hace cantidad de años”, agregó al romper el silencio que mantenía desde que fue procesada por supuesto espionaje ilegal por el juez federal de Lomas de Zamora, Juan Pablo Auge.
Majdalani está acusada de haber ordenado espionaje político contra Cristina Kirchner, la ex gobernadora María Eugenia Vidal, el diputado Waldo Wolff y periodistas, entre otros.
Ahora “me golpeo la cabeza contra la pared y digo “¿cómo no me di cuenta de que existía esto?”. ¡Toda esta gente que tenía curros particulares y que hacía negocios, sin que nadie se diera cuenta! Negocios –entendeme– eran migajas, ridiculeces”, dijo en una entrevista publicada en el libro “Espionaje Ilegal” del periodista Camilo Cagnacci.
Se la consultó sobre cómo se contrató en la AFI al abogado Facundo Melo denunciado por el narcotraficante “Verdura” Rodríguez como quien supuestamente le dio la orden de llevarle un paquete con trotyl al secretario de Relaciones Internacionales del ministerio de Defensa, José Luis Vila.
Contestó que sólo vio a Melo en una despedida del año en la sede de la AFI en CITEFA y que “eso se lo tenés que preguntar a las personas que los trajeron. Y después, a las personas que los chequearon. Yo no me encargaba de eso”.
Negó haberse reunido con los ex espías Jorge El Turco Sáez y Leandro Araque para pedir que Melo no denunciara al ex director de Operaciones Especiales, Alan Ruiz, otro de los procesados en la causa por supuesto espionaje ilegal que se investiga en la justicia de Lomas de Zamora.
“Alan Ruiz no era mi mano derecha. ¡Ni cerca! Alan Ruiz es una persona que entró a la AFI por sugerencia de (el ex director operacional de Contrainteligencia Diego) Dalmau Pereyra. Ahora, me enteré que en realidad el que se lo presentó a Dalmau fue este señor (Jorge “el Turco”) Sáez”, agregó.
Afirmó que si durante su gestión como número dos de la AFI si “me hubieran traído un informe de ese calibre (como los que están en el juzgado de Lomas), los hubiera echado. ¡A la mierda! ¡Por ineptos! No hubieran durado ni cinco minutos, porque eso no es un informe de inteligencia”.
Aclaró que “no soy amiga de Macri, a diferencia de Gustavo Arribas, que son íntimos amigos”, dijo en alusión al ex número uno del organismo.
No negó su “amistad con la familia Larcher. Soy íntima de su esposa. Sería ridículo que yo negara eso, porque mi hijo es el mejor amigo del hijo de Larcher. Hicieron todo el colegio juntos, juegan juntos al rugby; son hermanos”.
Dijo que “una sola vez fui a Comodoro Py en cuatro años, porque me citó Servini de Cubría. Y me citó por el tema Pérez Corradi, que estaba prófugo. Nunca pisé Comodoro Py en cuatro años. No puse jueces, no saqué jueces. No tenía ese poder, ni me interesó tenerlo”.
Aseguró que no mandó a hacer un seguimiento ilegal de la ex presidenta Cristina Kirchner en el Instituto Patria.
“Cosa absurda por sí sola, porque cuando Cristina Fernández de Kirchner se movía tenía trescientos periodistas siguiéndola. Así que, seguir a Cristina era una pavada”, dijo .
En la causa ante el juez federal Marcelo Martínez Di Giorgi, aseguró, “quedó claro que se trató de descartar un alerta que recibió un equipo de calle de la AFI, que procedió según lo que correspondía hacer. Eso fue todo legal”. Fue durante la cumbre del G20 y autorizados por el juez federal de Lomas, Federico Villena.
“Esa causa ya tramitó en Comodoro Py. Todo eso se investigó. Y yo fui sobreseída. Pero los fiscales y el juez de Lomas de Zamora no hacen caso a eso. ¡Siguen! Y me procesaron en esa causa, que es el colmo del absurdo”, indicó.
Sostuvo que uno de los trasfondos políticos de la causa es que “la gran frustración que tuvo Vila respecto a su eterna ilusión de sentarse en un sillón de la calle 25 de Mayo”. “Yo no le quité el cargo a él, el presidente de la República nombra al Cinco y al Ocho. Y el presidente de la República no lo quiso nombrar a él, por más amigo del “Coti” Nosiglia que fuera”, aseguró.
Cuando se la consultó sobre si la actual interventora de la AFI, Cristina Caamaño, impulsa las causas en su contra, contestó “no podés mezclar jamás el cargo que ella ocupa con la política. Yo hago política desde que tengo trece años, pero durante todo mi mandato como “Ocho” no realicé una sola actividad partidaria”.
Sobre la más grande filtración de documentos secretos de la AFI con los nombres de dos mil agente, dijo “tenés que ser muy burro, muy burro para hacer esto. Definitivamente”.
“No tenés que entender nada para no saber que semejante documentación, que tiene el secreto de cuatro años de la inteligencia de una nación, no la podés mandar alegremente para que dos fiscales y un juez no se den cuenta y la terminen compartiendo en un lugar al que tienen acceso cincuenta o sesenta personas”, precisó.
Por último, afirmó que la gestión de Oscar Parrilli al frente de la AFI “dinamitó todo lo que ellos usaron y abusaron durante once años; jamás sabré por qué”. “Pero a la gente que sabía trabajar, la echaron a toda. Persiguieron a personas que trabajaban bien, y que además habían estado trabajando para los tres gobiernos kirchneristas”, finalizó en alusión al equipo del ex director de Contrainteligencia y enemigo de Cristina Kirchner, Antonio Stiuso.
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