Claudia Villafañe, en MasterChef: ¿la candidata de todos?

del 2021, hizo descubrir al gran público un personaje del que se suponía mucho y se sabía poco, salvo para sus íntimos puertas adentro.

Claudia, que llegó al certamen como “empresaria y abuela de Benjamín y Roma”, fue mostrándose cada vez más, a lo largo de las galas, no sólo con sus platos sino con sus recuerdos y anécdotas.

“Mucha gente me escribe para pedirme disculpas y decirme que pensaba otra cosa de mí”, le contó un día al conductor del reality, Santiago del Moro, en plena tarea frente a las hornallas.

De a poco, el bajo perfil de Claudia, asociada durante gran parte de su vida a su ex marido y “padre de mis hijas” como lo nombró más de una vez en el programa, Diego Maradona, empezó a correr el velo. Y así se fue descubriendo el misterio detrás de esa mujer que también tuvo una vida casi de película, al lado del jugador de fútbol más famoso del mundo. Con lujos y dramas por igual y, con dos hijas, Dalma y Gianinna, que son sus grandes pilares.

Precisamente, ellas dos son sus fans número uno. Aprovechando la llegada al público que ambas tienen desde las redes sociales, Dalma Maradona y Gianinna Maradona alientan a su madre para que se convierta en la primera campeona de MasterChef Celebrity de la Argentina.

Y ambas jugaron, a lo largo de todo el ciclo (que llega a su fin el lunes 18 de enero), con marcar la cancha con respecto a la relación cariñosa de los otros participantes y su mamá.

“Ella es nuestra mamá bichi”, decían Sofía Pachano y Leticia Siciliani, sobre Villafañe, destacando el ida y vuelta maternal y de buena onda entre las tres en el concurso. “KE????? MAMÁ BICHI ME PARECE UN MONTÓN“, posteó enseguida Dalma en su cuenta de Twitter, con una hilera de emojis de caritas enojadas.

Acostumbrada a dar batalla, en esta última semana del reality, a Claudia se la vio rengueando por tener un tobillo esguinzado.

“Igual hay que salir a la cancha”, aseguró. La metáfora futbolera enseguida disparó, en el imaginario popular, la figura del Diez.

Y ese es otro de los puntos a favor de Claudia. Además de mostrarse como buena compañera y gran cocinera, su imagen está asociada con la de Diego, a pesar de todo, con lo positivo y lo negativo que pueda tener eso.

Ella estuvo en los momentos de mayor gloria del ídolo popular y también se bancó muchas de las más trágicas y dolorosas experiencias. Y de todo salió airosa.

Si bien hace veinte años que La Claudia pasó a ser La Tata, MasterChef Celebrity le permitió mostrarse tal cual es y hacer oír su voz. Sus famosos ñoquis, los ravioles de seso dedicados a su madre, o los pescados a la parilla inspirados en su padre y su infancia, se mezclaron con las anécdotas por el mundo, las camisas de Versace y los recuerdos de momentos inolvidables de cuando era “la esposa de” y hasta la nombraban con su apellido de casada.

Fiel a su esencia, Claudia también le dedicó un plato a Diego Maradona, cuando regresó al programa luego de la muerte del Diez, en noviembre del año pasado. Y lo hizo a su estilo sobrio, ganando la medalla dorada y alzando la vista al cielo para decir, con los ojos vidriosos: “Es para el padre de mis hijas”.

Ahora, Villafañe es una de los tres finalistas, junto a El Polaco y Analía Franchín, que llegaron hasta esta instancia, dejando a otros trece participantes en el camino y, sorprendiendo más de una vez a los jurados Donato De Santis, Damián Betular y Germán Martitegui.

Frente a millones de personas, Claudia cocinó y también se emocionó. Más medida que otros famosos, sin embargo, nunca dejó de arengar al grupo. “No nos vamos nada, que nos saquen a patadas“, cantó más de una vez, al estilo cancha, y claro, decidida a ganar.

WD

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