Hace calor y el Parque Rivadavia, en pleno Caballito, se mueve como un domingo cualquiera en esta “nueva normalidad”. Están los libros usados y los juguetes de colección. También los que
hacen ejercicio, los picnics al aire libre y el despliegue de reposera y traje de baño para tomar el sol del mediodía.
Parece un domingo más, pero no. En el centro del parque, justo al lado del monumento a Simón Bolivar, Graciela Sosa está de pie. Apenas da unos pasos, sin demasiada fuerza, se levanta porque alguien le acerca una vela y una estampita. Baja la mirada y se esconde detrás del barbijo para agradecer, como si hiciera una delicada reverencia. “Gracias por acordarse de mi hijo”, responde suavecito.
No termina de incorporarse que se asoma alguien más y le pide una foto. Le dice “fuerza” y posan con el cartel que pide “Justicia por Fernando”. Una vecina hizo sus propios carteles y -le cuenta- lleva un año repartiéndolos en el barrio.
Un grupo de madres de otros chicos que asistían al Colegio Marianista, como Fernando, le acercan un prendedor que tiene más o menos el mismo mensaje. La misma foto de Fernando Báez Sosa (18) mostrando los dientes, sacando la pera y achinando los ojos de tanta sonrisa.
“Qué lindo”, dice Graciela y enseguida se lo engancha en la remera que es blanca y que también lleva el nombre de su hijo asesinado.
Graciela, la mamá de Fernando, agradeció a cada persona que se le acercó a la saludarla. Foto Maxi Failla
Es este día y no otro el que eligieron para una colecta que a las pocas horas ya llenó tres camiones de alimentos no perecederos y útiles escolares. Es hoy porque hace un año que el dolor, la bronca y la impotencia los atravesaron a todos.
En la víspera al primer aniversario por el crimen de Fernando, asesinado a golpes a la salida del boliche Le Brique, de Villa Gesell, amigos y familiares organizaron una colecta solidaria que será distribuida entre comedores y merenderos de la organización de migrantes “18 de Diciembre”, también entre instituciones a las que asiste el Colegio Marianista, el mismo al que había ido Fernando.
“Me siento un pibe entre ellos, uno más. Es muy emotivo para mí encontrarme con los amigos de Fernando, que hace un año no los veo. La verdad es que a la vez es triste porque no lo veo a mi hijo entre ese grupo de chicos, que siempre iban por casa. Hace 12 meses que nos sentimos muy solos, rezando, pidiendo a Dios, que donde esté Fernando nos dé la fuerza necesaria para seguir adelante. Esta colecta que hacemos es convertir el dolor de nosotros en una buena voluntad, en ayudar al prójimo. Y me está dando una satisfacción enorme”, le dice a Clarín Silvino Báez, el papá de Fernando.
Él camina todo el tiempo, lleva y trae cajas para completar el camión que va y viene al colegio, donde guardarán y clasificarán las donaciones antes de distribuirlas. Habla con la gente que lo detiene a cada paso, responde con la voz tranquila y los ojos llenos de lágrimas. Le repiten que “fuerza” y que “Justicia por Fernando” una y otra vez. Quieren darle su apoyo, que esos padres sepan que esos desconocidos están ahí para ellos.
Alrededor hay otros papás o amigos cercanos que los rodean cuando ya es mucha la angustia y los alejan para protegerlos cuando se complica la distancia social. Les recuerdan que hay que comer o tomar agua y los rocían con alcohol después de dar tantas manos, de recibir tantos apretones.
Alimentos y útiles escolares, todo se fue seleccionando para luego hacer las donaciones a las organizaciones elegidas. Foto Maxi Failla
“Siento un alivio en mi corazón porque esto es lo que a mi hijo le gustaba, estamos haciendo lo que él hacía. Me siento muy acompañada, la gente viene a apoyarnos, nos dan fuerza”, alcanza a decir Graciela antes que vuelvan a pedirle una foto.
Milagros es amiga de Fernando y el día que conoció la noticia estaba de viaje con su familia. Acomoda paquetes sin parar y desinfecta cada una de las donaciones sobre un tablón sostenido por caballetes. “Cuando empezó el año fue una movida re grande y todos hablaban de lo que pasó con Fer. Después se dejó de lado, o al menos no estaba tanto en boca de todos por el tema de la cuarentena y todo eso. Fue difícil porque ninguno tenía muchas ganas de salir de su casa cuando pasó todo esto. La cuarentena nos dio la oportunidad de procesarlo, cada uno a su tiempo, aunque sin poder juntarnos pero siempre conectados entre nosotros”, dice.
La interrumpen para pedirle unas cajas que ella encuentra enseguida, como si tuviera aceitado el mecanismo para organizar la colecta. Pero enseguida retoma y agrega: “Llegué a tener una semana de clases en la facultad pero iba a cursar y pensaba ‘¿qué hago acá?’. Fue muy difícil para todos. Este homenaje lo venían planeando desde ese momento, pero por la pandemia no se pudo concretar. Hicieran lo que hicieran nosotros íbamos a estar, me alegra que lo hayamos hecho y que la gente sienta que tiene que venir. Pensé que se habían olvidado, como si hubiera quedado en la nada. Pero no, es fuertísimo ver cómo se acercan a colaborar, destacan su solidaridad, pudieron ver quién era”.
Los padres de Fernando llevaban una remera blanca con la cara sonriente de Fernando y el pedido de “Justicia”. Foto Maxi Failla
Hay vecinos que se enteraron por otros vecinos, otros que escucharon de la actividad por la televisión, y padres de otros alumnos del colegio que se acercaron para ayudar. Pero también hay otros que, conmovidos con la historia de la familia, se acercaron de distintos lugares.
“Lo que le hicieron a esta familia es tan terrible, de tanta violencia. Yo vine porque tengo un hijo de 20 años y me podría haber pasado a mí, yo podría ser esa mamá. Podría haber sido cualquiera de nosotros. Los chicos salen y tienen amigos. Tiene que haber una condena ejemplar para esos asesinos”, se enoja Norma, que llegó desde Rafael Castillo y pidió un cartel con la cara de Fernando para sacarse una foto. “La voy a subir a Whatsapp, todos tendríamos que hacer lo mismo. Para exigir justicia y la condena más alta para los responsables”, reclama.
Acusados por el crimen de Fernando están detenidos Máximo Thomsen (20), Ciro Pertossi (20), Luciano Pertossi (19), Lucas Pertossi (21), Enzo Comelli (20), Matías Benicelli (21), Blas Cinalli (19) y Ayrton Viollaz (21). La justicia sobreseyó a Juan Pedro Guarino (19) y Alejo Milanesi (19) al entender que no participaron del ataque, aunque los abogados de la familia de Fernando apelaron la decisión.
Colecta solidaria en homenaje a Fernando Báez Sosa, a un año se su asesinato. Las donaciones se llevaron al Colegio Marianista.
“Justicia es perpetua para todos”, es el lema de algunas remeras que usan colaboradores de la colecta. Este lunes, el reclamo se trasladará a Villa Gesell, donde se recordará a Fernando frente al boliche Le Brique, donde se armó un santuario con fotos suyas y muchos mensajes de la gente. Luego habrá una misa.
Silvino se toma un minuto y piensa en el juicio para el que todavía no hay fecha. Dice que ese será otro “desafío por Fernando”. “Trataremos de estar fuertes. La bronca que tengo espero que se calme para ese momento, no sé cómo voy a reaccionar pero trataré de estar lo mejor posible para ver a la cara a los asesinos. No tengo otra palabra para definirlos. No tuvieron piedad por mi hijo y ahora esperamos que la justicia no tenga piedad: se merecen el peor de los castigos”, cierra.
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