“One President at a time”, remarcó ante la consulta de PERFIL el embajador argentino en Estados
Según consignó el representante argentino, hay contactos informales con el equipo demócrata pero la cautela prevalece tras el escándalo del Rusiagate al punto que no hay siquiera una agenda oficial programada a nivel de ministros aún. “Y no es porque yo no quiera pero ‘one President at a time’, un Presidente por vez”, reiteró. Y hasta el mediodía del miércoles 20 de enero, por ley, ese Presidente sigue siendo Donald Trump.
En una conferencia de prensa virtual con los miembros de la Asociación de Periodistas de la República Argentina (Apera), Argüello destacó los intereses permanentes que vinculan a Estados Unidos con la Argentina y sostuvo que están dadas las condiciones para avanzar “positivamente en el recorrido de esa agenda”.
“El gobierno argentino y el presidente Fernández aspiran a tener un encuentro bilateral con el presidente de los Estados Unidos y entiendo que lo mismo ocurre al revés”.
Resaltó, entre otras cuestiones, el diálogo telefónico “positivo” que mantuvieron Fernández y Biden el pasado 30 de noviembre, durante el cual conversaron 35 minutos —mucho más de los diez que se habían pautado, con un margen de dos a tres— sobre una amplia variedad de temas compartidos. Según el funcionario, predominaron las coincidencias, tanto en lo bilateral como lo internacional.
Sobre la posibilidad de un cara a cara entre ambos mandatarios, Argüello enfatizó que trabaja para conseguirlo si bien no puede ponerle una fecha, siquiera tentativa, todavía. “Ni bien se pueda es la respuesta. ¿Estamos trabajando para ello? Sí ¿Es nuestra decisión? Sí. El gobierno argentino y el presidente Fernández aspiran a tener un encuentro bilateral con el presidente de los Estados Unidos y entiendo que lo mismo ocurre al revés“.
El embajador explicó que “la agenda bilateral entre Argentina y Estados Unidos es amplia, está en expansión” y “creemos que se dan las condiciones atmosféricas propicias para la profundización“. “Tenemos una muy positiva expectativa respecto del cambio de gobierno en este país”, indicó.
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A la vez, minimizó el “desliz” por las declaraciones del canciller Felipe Solá, luego de la telefónica, como “anécdotas que no interfieren en la relación bilateral”. “Me sobran los dedos de una mano si tengo que hacer la lista de los presidentes latinoamericanos que hablaron con Biden después de que fuera ungido presidente electo”, destacó.
Según comentó Argüello, los demócratas tomaron nota de las denuncias contra Rusia por interferir en las elecciones de 2016, que recayeron en gran medida sobre el gobierno de Trump por los contactos no declarados de su círculo durante la campaña presidencial con diplomáticos de aquel país. En consecuencia, decidieron no establecer vínculos oficiales con ninguna embajada hasta tanto accedieran al poder el 20 de enero.
Los demócratas tomaron nota de las denuncias contra Rusia por interferir en las elecciones de 2016 y decidieron no establecer vínculos oficiales con ninguna embajada hasta el 20 de enero.
“Esa es la razón por la cual este embajador, pero debo decir que todos los embajadores estamos en la misma situación, estamos teniendo alguna dificultad para avanzar en cuestiones concretas del trabajo y de la agenda bilateral”, detalló. Las mismas limitaciones aplican a nivel de ministros pese a que a muchos de ellos ya los conocen ya que formaron parte de las segundas líneas de las gestiones de Obama-Biden en paralelo a los gobiernos de Cristina Fernández y la primera etapa de Argüello en Naciones Unidas y Washington.
Una de las mayores expectativas puestas en la nueva administración estadounidense, acorde a Argüello, radica en que la potencia del Norte “reingrese al multilateralismo”. “Me parece a mí que hay una asociación estratégica entre la nueva estrategia exterior de Estados Unidos y la Argentina. Y esto tiene que ver con los espacios multilaterales”, manifestó el representante argentino.
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Puntualizó que Biden “ha anunciado la voluntad de que Estados Unidos reingrese plenamente al multilateralismo y esa es la política de Argentina y es lo que queríamos escuchar del presidente de Estados Unidos. Celebramos la repotenciación del diálogo y la negociación en los espacios multilaterales”.
A la vez, señaló que se concentrará en las cuestiones comerciales, como el veto al biodiesel, sobre el que ya viene trabajando desde su llegada a Washington, en el verano de 2020. Enumeró los múltiples contactos con Wilbur Ross, el secretario de Comercio de Trump, así como la creación de un grupo específico para analizar la política arancelaria en esta cuestión que no avanzó tanto como hubiera querido el gobierno argentino. También aludió a la importancia de las inversiones estadounidenses en el país y mencionó una próxima reunión con las autoridades de Ford a propósito de una inversión de 580 millones de dólares que planean realizar en el país.
El representante funcionario señaló que se concentrará en las cuestiones comerciales con la nueva gestión, como el veto al biodiesel, sobre el que ya viene trabajando desde su llegada a Washington.
Por último, respecto al Día de la Inauguración, acentuó las particularidades que lo hacen uno atípico por completo, con un presidente saliente atravesando un proceso de impeachment —el segundo de su mandato— ausente en la ceremonia de traspaso y un evento sin multitudes, como las que suelen verse en el National Mall. De hecho, contó que los pocos invitados debieron pasar por un proceso de testeo contra la Covid-19, en el Pentágono, y que todos los alrededores del Capitolio se encuentran bloqueados por barreras y 20 mil efectivos de la Guardia Nacional.
mb / ds