Mientras avanza en lugares y cargos clave como YPF y ANSES, Cristina Kirchner también puso el ojo en una caja sensible para la política,la obra
social del Congreso. Para manejarla, la vicepresidenta puso allí a una persona de su máxima confianza: la kirchnerista incondicional Liliana Korenfeld.
El nombre de la ex diputada K sonó durante estos días como la posible nueva titular de la Superintendencia de Servicios de Salud de la Nación (SSS) en reemplazo de Eugenio Zanarini. Se trata de un puesto conocido para Korenfeld: ocupó ese cargo durante la presidencia de Cristina Kirchner.
La mención de su nombre como la potencial ejecutora del plan del Instituto Patria para reformular el sistema de salud puso en alerta a los gremialistas de la CGT.
Liliana Korenfeld en 2012 con Antonio Caló, por entonces jefe de la CGT oficialista.
Es que la experiencia de los sindicalistas con Korenfeld fue muy tensa. En su gestión frente a la SSS, por ejemplo, Korenfeld intentó poner un freno a las millonarias transferencias a las obras sociales sindicales.
Además, le pisó a las obras sociales sindicales el multimillonario Fondo Solidario de Redistribución, encargado de distribuir reintegros por tratamientos de alta complejidad. En 2016 el jefe camionero Hugo Moyano llegó a denunciar penalmente a la entonces ex funcionaria por “retención indebida” de fondos.
En la actualidad, la santacruceña es la gerenta General de la Dirección de Ayuda Social del Personal del Congreso de la Nación (DAS), obra social del poder Legislativo, puesto que le debe a su jefa política, Cristina Kirchner.
Korenfeld maneja una caja millonaria. De la mano de los ingresos cautivos con los que cuenta la obra social de los empleados del Congreso, administra 2.404.259.060 de pesos, de acuerdo con la partida presupuestaria declarada por la Dirección de Finanzas y Contaduría de la entidad en diciembre pasado.
Entre las tareas que tiene bajo su poder están: administrar los fondos del organismo y los recursos humanos, designar al personal médico, aprobar prórrogas, incrementos y reconocimientos de mayor costo a contratos ya establecidos, y poderes especiales para representar a la obra social.
“Cristina como presidenta del Senado le da todo el poder a Korenfeld, y ahí tomaron todo el control de la DAS con el aval de Norberto Di Próspero”, denuncia Néstor Molinari, trabajador del Senado y opositor a Norberto Di Próspero, titular del sindicato Asociación del Personal Legislativo (APL) y actual secretario de la DAS.
Lo llamativo de esta situación es que la DAS ya tiene una estructura institucional encargada de hacer lo que ahora se le permite a la ex diputada.
Por su parte, Korenfeld ya comenzó a nombrar a quienes alguna vez trabajaron con ella en la Superintendencia de Salud de la Nación. “Los cargos que crearon son todo invento, no existían esos cargos en la obra social”, sostiene Molinari, quien ya en años anteriores realizó una denuncia por irregularidades en los fondos de la obra social.
En una resolución de la obra social a la que pudo acceder Clarín, se muestra media docena de nombramientos que hizo la funcionaria kirchnerista dentro de la DAS, aunque fuentes legislativas sostienen que son más. Todos los cargos tienen un nivel de “director” que, según fuentes legislativas, son el equivalente a una Categoría 1 en la escala salarial del Congreso, con un sueldo mensual en bruto de $148.349,89.
La DAS es una de las pocas obras sociales que no se encuentra amparada en la ley Nº 23.660 de régimen de Obras Sociales. Este funcionamiento asegura una caja constante de dinero para la obra social ya que todo el personal legislativo debe obligatoriamente aportar a ella, convirtiéndolo en un sistema cautivo.
A pesar de contar con recursos constantes, “las prestaciones y prestadores cada vez son menos” indica Marcela Silva, trabajadora del Congreso. Además asegura que muchos trabajadores terminan pagando otra cobertura, lo que les termina generando un gasto extra: “Si nos permitieran como a todo el mundo transferir esos fondos, sería un ahorro importante para cada trabajador”.
Liliana Korenfeld.
No resulta casual que la estrecha colaboradora de la vicepresidenta haya sido designada como gerente de una obra social que es manejada casi en su totalidad por trabajadores del sindicato del Poder Legislativo. Lo que muchos gremios se preguntan es si después del manejo de los fondos de la DAS se viene el del sistema de salud, con la reforma que empuja que el cristinismo, por ahora sin mayores detalles.
Fue la propia Cristina quien habló de un plan para reformular el sistema de salud. “Vamos a tener que repensar todo el sistema de salud en la Argentina para hacer un uso más eficiente de los recursos”, dijo la vicepresidenta, en diciembre pasado.
Los gremios cegetistas están en alerta por la reforma. El plan se le atribuye a Nicolás Kreplak, viceministro de Salud bonaerense
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