El químico ruso Leonid
Dicho sustancia, denominada Immofon, contaría con la capacidad de neutralizar la tormenta de citoquinas, una de las causantes de numerosas muertes en los pacientes que contraen coronavirus.
“Funciona contra enfermedades víricas y regenera las células tras la reacción del sistema inmunitario, o sea, elimina la tormenta de citoquinas que, a juicio de muchos expertos, es una de las causas de la mortalidad por COVID-19″, afirmó Rink al portal Sputnik.
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La empresa InterVita, dirigida por el mismo químico ruso, se encuentra produciendo lotes experimentales del fármaco para comprobar qué efecto tiene en diversas patologías. Hasta la fecha, se han probado en unos 700 voluntarios mayores, “sin un solo deceso o fase grave tras la infección”.
Este nuevo medicamento tiene como base un antileproso sintetizado en la Unión Soviética en 1967, llamado Diucifon. Éste combina la dapsona con dos moléculas de metiluracilo y, de esta manera, intensifican el metabolismo en los tejidos y estimula el proceso de la regeneración.
Además de su aplicación para los casos de Covid-19, podría usarse en el tratamiento de lupus eritematoso, esclerodermia, artritis reumatoidea, psoriasis, alergias, leucemias y enfermedades pulmonares.
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Por su parte, el “veneno ruso” que Rink había desarrollado previamente no producía más que consecuencias fatales. Al exponerse al Novichok, la víctima sufría el colapso de las principales funciones del organismo. Su ritmo cardíaco comenzaba a ralentizarse y sus vías respiratorias se obstruían, provocando la muerte por asfixia.
JFG