En busca de ese lugar, llegó a la Argentina para cumplir su sueño, y lo encontró en Vista Flores, Valle de Uco. Zona de imponentes paisajes que rodean terruños con las
mejores condiciones para la elaboración de vinos.
Ahí comenzó a echar raíces Antucura, en la tierra de los habitantes originarios de la zona, en donde el pedregullo abraza las vides sobre su nutrido terroir. Antucura significa “piedra del sol” en la voz de aquellos habitantes, bajo la antigua lengua Mapudungun.
Hoy, está por cumplir dos décadas desde sus comienzos como bodeguera, y sus vinos hablan de su voluntad, visión y fuerza para imponer sus ideas. Como buena francesa, sabe que el secreto está en el terroir, más que en la variedad de turno. Y concibe todos sus vinos respetando sus raíces, intentando compartir sus sueños en cada copa.
Anne Caroline Biancheri nació y formó en Paris (Técnico Superior en Publicidad y Marketing y el otro es un MBA en Business and Management), y viajó a la Argentina para realizar una pasantía, pero se quedó a vivir, cautivada por la gente, los paisajes y, por supuesto, los vinos.
Emprendedora y creativa, muchas la recuerdan o la reconocen por sus diversos productos editoriales con el sello Caviar Bleu, que hoy lleva el mismo nombre de la bodega. Viajera incansable, conoce muchos sobre las costumbres y tradicionales de los distintos rincones del planeta, y no le costó nada adaptarse a la Argentina.
Empezó trabajando en Buenos Aires, y gracias a un libro sobre hoteles cinco estrellas de Buenos Aires empezaron a viajar mucho a Santiago de Chile donde, al poco tiempo, abrió otra editorial. Y fue justamente gracias estos primeros “libros turísticos” de Buenos Aires y Santiago de Chile que llegó a Mendoza para desarrollar un trabajo editorial similar. Produciendo “Mendoza la Cumbre del Sol”, se enamoró y decidió quedarse a vivir en Mendoza, donde luego formaría una familia y criaría a sus hijos.
Pero allí había algo muy familiar para Anne-Caroline, el vino, que obviamente disfrutaba en su Francia natal, donde incluso su padre llegó a tener viñedos y a hacer vinos (en Borgoña).
Una vez en Mendoza la editorial comenzó a hacer muchos libros sobre la vitivinicultura, y eso la inspiró a crear su propia bodega. Comenzó por la tierra con la compra de la finca en Vista Flores, para poder revivir de alguna manera su infancia.
Por aquel entonces Vista Flores no era tan reconocida como Luján de Cuyo o Tupungato, y por ende más accesible. Justo el amigo de su padre, Michel Rolland, estaba por adquirir una gran propiedad allí; el Clos de los Siete.
Así nació Antucura, al pie de la impactante Cordillera de los Andes, con 100 hectáreas plantadas entre 2000 y 2005 con las principales variedades francesas tintas.
Actualmente Anne-Caroline continua trabajando en su editorial y en su bodega, siempre con su equipo, totalmente fascinada con el arte de hacer vinos para que otros disfruten.
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at Fabricio Portelli