Se acaba enero y se agotan los días para que Rusia complete la entrega de 5 millones de dosis de la vacuna Sputnik V contra el coronavirus que, según reconocen en
el Gobierno, Moscú comprometió por contrato. En febrero, la Argentina debería recibir otras 14,7 millones de dosis.
En el Ejecutivo admiten que existe una demora con la entrega de las vacunas producidas por el Centro Gamaleya, pero se muestran optimistas. “Confiamos en que se va a cumplir con el contrato y que este cuello de botella en la producción de vacunas se termine al comenzar la fabricación masiva en las próximas semanas en India y Corea”, dijeron a Clarín funcionarios de Casa Rosada.
Durante su visita la semana pasada, el embajador en Brasil, Daniel Scioli, comunicó al Presidente que el país vecino se prepara para producir la Sputnik V que sería destinada a la Argentina y a Bolivia. En el Ministerio de Salud afirman que debe aguardarse hasta fin de mes para evaluar si efectivamente Rusia incumplió el contrato.
Según adelantaron funcionarios con acceso al contrato firmado entre las autoridades de ambos países, no existe ningún impedimento para que Rusia postergue la entrega de vacunas. “En el contrato no se dice que Rusia debería vacunar antes a sus ciudadanos”, afirmaron. En el primer mes del año, la Argentina debía recibir 4 millones de aplicaciones de la primera dosis y otro millón correspondiente a la segunda dosis.
La reprogramación del vuelo de Aerolíneas Argentinas previsto inicialmente para este domingo para buscar un nuevo embarque se postergó. En el transcurso de la tarde del martes, desde el Gobierno adelantaron que el vuelo finalmente despegaría por la noche. El CEO de Aerolíneas Argentinas, Pablo Ceriani, lo confirmó más tarde.
El funcionario había sugerido en declaraciones a la prensa que se evaluaba la posibilidad de ampliar la capacidad de carga de los aviones hasta 1 millón de dosis. Sin embargo, en Transporte aclararon que no había sido necesario finalmente retirar butacas para sumar carga. No obstante, evitaron precisar cuántas vacunas traerán. En el Gobierno y en Salud planeaban enviar un vuelo por semana hasta completar los envíos y evitar así el almacenamiento en depósitos en el país.
“Vamos a poder contar con las dosis suficientes para poder vacunar entre enero y febrero a 10 millones de argentinos y argentinas. Los tiempos de entrega se estiman en una primera remesa de 600 mil dosis para vacunar a 300 mil personas antes de fin de año, en enero con dosis suficientes para 5 millones de personas, y en febrero se completará el resto de las dosis necesarias para alcanzar la vacunación de las 10 millones de personas que estamos previendo”, sostuvo el presidente Alberto Fernández el 10 de diciembre.
Los tiempos de la logística podrían ser más flexibles, según reconocen en el propio Gobierno. Hasta el momento, con las 600 mil dosis -300 mil de la primera e igual cantidad de la segunda- entregadas, se vacunaron hasta ahora 266.969 personas, pero sólo 38 mil lo hicieron con la segunda dosis.
En el oficialismo minimizan las demoras en la entrega de vacunas. No temen que la palabra del Presidente pierda credibilidad. “Si las conseguimos, será un éxito rotundo para lo que está viviendo el mundo”, afirma una de las voces autorizadas en el Frente de Todos en materia de política sanitaria.
En la misma línea, en la Rosada argumentan que Europa reclama a Pfizer y AstraZeneca por el presunto incumplimiento de contratos y demora en la entrega de vacunas. También, comparan el alcance de las vacunas comprometidas a la Argentina (que incluyen 20 millones de Sputnik V, 22.4 millones de AstraZeneca-Oxford y 9 millones a través del sistema COVAX de la OMS) con las suscriptas por otros países de la región.
“En diciembre podríamos vacunar a 10 millones de personas”, se entusiasmó el Presidente el 6 de noviembre pasado. Luego, tuvo que recalcular y tras una gestión directa con las autoridades rusas, consiguió que Rusia enviara las primeras 300 mil dosis el 24 de diciembre. También se convirtió en un nexo político para que más presidentes latinoamericanos pudieran negociar con Vladimir Putin el envío de Sputnik V.
En silencio, el Gobierno negocia con los laboratorios chinos Sinopharm y Sinovac para asegurarse más vacunas. Mientras, continúan las críticas de funcionarios del Ejecutivo al ministro de Salud, Ginés González García.
El 3 de febrero el ministro de Salud tendrá una nueva y postergada reunión con la Comisión de Salud de Diputados, que preside el tucumano Pablo Yedlin. La vicepresidenta de la comisión, Carmen Polledo, del PRO, quien también tuvo acceso al contrato de compra de Sputnik V, apunta contra la mala comunicación del Ejecutivo.
“No sé cómo están las negociaciones con los otros laboratorios ni qué le dio Rusia al ANMAT, que sólo recomienda su uso. No hay información de las revistas científicas ni cuenta con el aval de la OMS. Para el 28 de febrero es muy difícil que estén todas las vacunas. Para que la ciudadanía esté tranquila, tenés que dar tranquilidad”, afirmó.
Aunque no es la idea más extendida en la Casa Rosada, algunos ministros de diálogo frecuente con la vicepresidenta Cristina Kirchner apuntan contra la oposición y los medios de comunicación por sembrar dudas alrededor del plan de vacunación oficial.
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