Aunque pensada para ejecutarse de una, la jugada para lograr el desembarco de Máximo Kirchner en la presidencia del PJ de la Provincia sigue frenada. La intención
original era que el jefe de La Cámpora quedara ahora en enero como nuevo jefe partidario. Después se habló de febrero y, luego, de mediados de marzo. Ahora, entre intendentes que avalan el arribo del hijo de Cristina Kirchner a la conducción del pejota provincial ya hablan de finales de marzo.
Detrás del atraso hay una pelea dentro del pejota que sigue sin serenarse. El vicepresidente partidario, el intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray, se resiste a abandonar el cargo. “Yo no me corro ni renuncio”, hizo saber a emisarios del camporismo.
Hay pocos antecedentes de dirigentes peronistas que quieran rivalizar con el kirchnerismo y hayan tenido éxito. El último fue Florencio Randazzo, en 2017, y le salió mal.
Alberto Fernández en un asado con intendentes en diciembre pasado que sirvió de espaldarazo p
Desafiante, a principios de mes Fernando Gray subió a sus redes sociales una foto de él, pala en mano, y un mensaje con doble sentido: “Yo me planto”. Apuntaba a un plan de forestación en su partido, pero todos en el PJ entendieron que era una señal pública de resistencia a Máximo Kirchner.
Pasaron tres semanas de aquel posteo, pero en el kirchnerismo de la Provincia su mención aun provoca malestar. “Cayó mal la foto. Genera fastidio. Una cosa era discutir entre nosotros puertas adentro y otra salir con ese mensaje. Fue hacerle el juego a la derecha”, dijeron a Clarín del lado de los intendentes que juegan con Máximo Kirchner.
La alternativa que buscó La Cámpora para facilitar la llegada de su jefe a la presidencia del pejota fue que renunciaran los 48 consejeros del partido con mandato vigente. Con que dimitieran la mitad más uno del cuerpo, es decir 25, alcanzaba: la Carta Orgánica habilita el adelantamiento de la elección de autoridades en caso de acefalía.
Pero hasta este miércoles ninguno de los 48 miembros de la conducción partidaria presentó la renuncia. “El tema es que no consiguen las renuncias”, apuntaron en el ala del pejota que resiste a Máximo Kirchner.
En el sector de Grey observan que el camino de las dimisiones tampoco es tan sencillo.
“También deberán renunciar los 24 suplentes, que asumen en caso de renuncia de los titulares. Uno de los suplentes es, por ejemplo, Aníbal Regueiro, que ni loco renuncia”, aseguran entre los que resisten el desembarco de La Cámpora. Regueiro fue intendente de Presidente Perón y, según dicen, atribuye haber perdido el municipio a una interna que le habilitaron desde el kirchnerismo.
La conformación actual de la conducción del partido responde a la “foto” de 2017, cuando el kirchnerismo optó por el sello Unidad Ciudadana. Así, casi todos los consejeros son bien pejota. Sus mandatos vencen el 17 de diciembre.
Del lado que impulsa a Máximo Kirchner, sin embargo, advierten que no será necesario que ningún consejero renuncie.
“La idea es convocar al Consejo a fines de marzo y que ahí se mocione adelantar la elección. Con que se apruebe por mayoría, alcanza”, indicaron las fuentes consultadas.
En el grupo de jefes comunales que encabeza Gray dicen que aunque La Cámpora pueda avanzar con la convocatoria a elecciones ahora en marzo, igual la interna no podrá realizarse antes de mayo debido a los pasos reglamentarios. Y se preguntan: “¿Hay margen para forzar tanto las cosas en medio de la discusión por el inicio de las clases, las vacunas faltantes, la segunda ola del Covid, la inflación? Ponerse a cantar la marcha peronista en este escenario sería ir a contramano de la sociedad”.
En el kirchnerismo admiten que los plazos no dan para que ya en marzo pueda asumir Máximo Kirchner como presidente. “Lo de la interna sería un acto administrativo que quedaría para más adelante. Lo de marzo sería el hecho político”, sostuvieron.
Y agregaron: “Ya se habló con todos y hasta Alberto (Fernández) está de acuerdo con que Máximo sea el presidente del partido. Hay voluntad casi unánime para que eso ocurra. Va a pasar, aunque se esté demorando”.
Uno y otro sector dan diferentes razones cuando se los consulta sobre el motivo del arribo del líder de La Cámpora al PJ.
“Es, por un lado, una forma de atenuar las disputas territoriales y, por el otro, una coronación a su trabajo en la política provincial. Con Axel Kicillof muy enfocado en la gestión, Máximo es el principal articulador político en la Provincia, el que logra unir a los intendentes, a (Sergio) Massa, y a los gremios”, enumeran entre los que impulsan la llegada del hijo de la vicepresidenta.
Fernando Gray y Gustavo Menéndez, actuales autoridades del PJ Bonaerense.
En la vereda de enfrente hablan directamente de que Máximo Kirchner quiere la conducción del partido para posicionarse para la carrera por la gobernación en 2023.
¿Hay posibilidades de que le ofrezcan algo a Gray para que desista? En su grupo dicen que “no acepta nada”.
Tampoco asoma probable que haya alguna oferta para el intendente de Esteban Echeverría. “El kirchnerismo es muy hostil cuando hay un desaire público. No le van a dar nada. Si no cualquiera va mañana y los desafía con una pala en una plaza”, dicen en una intendencia que apoya a Máximo K.
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