El calor abrasador de la segunda quincena de enero al fin avivó la temporada y al menos por unos pocos días se vieron imágenes de playas atiborradas de turistas, casi como
las que ofrecía la vieja normalidad. No había ocurrido en este verano que la pandemia atravesó, y le imprimió un ritmo intermitente, irregular, signado por los altibajos.
Un verano con una cartelera de espectáculos raleada (una obra se levantó el 17 de enero), sin grandes eventos, como los recitales que convocaban a miles de personas frente al mar, ni fútbol, tampoco gala de mar, desfiles ni boliches, con restricciones horarias, protocolos y aforos. También fiestas clandestinas y el sube y baja de los contagios y las reservas.
La del 2020/21 es la peor temporada de Mar del Plata en las últimas dos décadas, porque la atravesó la desgracia de una pandemia todavía sin control, pero no por la cantidad de viajeros que recibió. Hay solo un antecedente que ni siquiera el miedo al Covid-19 pudo superar: la paupérrima temporada 2001/02.
Esa vez por una crisis económica, con los bancos blindados y la bronca del corralito a flor de piel, se registraron los peores números. Fue el verano del corralito.
Cierto es que el buen clima ahora reanimó el movimiento, incluyendo la temperatura del agua del mar más cálida de los últimos ocho años, pero no es el único factor que primó en las familias al definir sus vacaciones. Al miedo de contraer el pernicioso coronavirus se sumaron la estropeada economía que les dejó a miles el largo aislamiento, y los mensajes contradictorios de las autoridades, intimidando con posibles restricciones.


01.Empieza la temporada. El 1° de diciembre ingresan los primeros turistas autorizados vía la app CuidarVerano y el permiso con anticipación de la Gobernación. FOTO: Fernando de la Orden
Así fue que mientras en los despachos de los gobiernos nacional y provincial se discutía qué medidas tomar ante el incipiente rebrote de contagios de los primeros días del año, aquí, con los operadores inmersos en una sensación de zozobra, las reservas en hoteles y de alquileres se cancelaban.


02.Ocupación en baja. El fin de semana del 8 de diciembre fue positivo, pero los números en enero no repuntaron, con una caídaestimada del 30% de los turistas respecto al año anterior. FOTO: TELAM
Hubo registro de números ínfimos de reservas, hoteles con más empleados que pasajeros y un riesgo todavía latente que los operadores turísticos vienen advirtiendo: “Muchos hoteles de 1 y 2 estrellas quedarán en el camino”, estimó Eduardo Palena, vicepresidente de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica de Mar del Plata.


03.Enero comienza y empiezan a crecer los contagios. El pico en Mar del Plata fue de 477 en agosto y tras elnúmero más bajo de 87 casos el 13 de diciembre; el 6 de enero llegan a 324. FOTO: MARCELO CARROLL
También trabajaron poco esos hoteles cuando en el cuarto fin de semana de enero se vieron las mejores postales del verano, con playas “completas”, como indican los carteles que los inspectores municipales debieron colocar en algunas bajadas, como en las de Playa Grande y Cabo Corriente.
El mejor fin de semana
El tercer fin de semana de enero fue el mejor de la temporada, hubo un 50% de ocupación en Mar del Plata, que al mismo tiempo fue el destino más elegido de la Costa Atlántica.


04.Protocolos para todo. Cada actividad tiene un protocolo específico: hoteles, balnearios y gastronómicostuvieron que adaptarse. FOTO: MARCELO CARROLL
Eso se vio reflejado en la arena. Desde la Cámara de Empresarios de Balnearios, Restaurantes y Afines (CEBRA) informaron que el nivel de ocupación de sombra se acercó al 70%, un muy buen número, aunque aclararon que “enero fue muy bajo”.
Se supo luego que el gobierno bonaerense había emitido entre el 18 y el 24 de enero, para viajar a Mar del Plata, 39.789 “certificados verano”, el trámite obligado para salir de casa. Siguieron Villa Gesell, con 15.753, y Monte Hermoso, con 13.670 certificados.
Pero las estrellas fueron las 14 localidades del Partido de La Costa, que concentró el 29% del total de permisos de viaje en la primera quincena, delante incluso de Mar del Plata (19% del total); Villa Gesell (10%) y Pinamar (9%).


05.Tras el rumor del cierre de temporada y el decreto presidencial recomendando cuidados, Axel Kicillof sereúne en San Bernardo con intendentes y funcionarios. FOTO: MARCELO CARROLL
¿La llave de tal elección? El distrito que va de San Clemente del Tuyú al destino vip bonaerense Costa Esmeralda (con canchas de golf y polo, alquileres en dólares y ocupación plena), tiene 96 kilómetros de frente costero, playas abiertas y tranquilas donde la distancia que se recomienda está asegurada.
“La extensión de playas es una fortaleza de nuestro destino“, explicó Rodrigo Torre, asesor del área de turismo de la municipalidad del Partido de la Costa, que implementó la app “Viví la costa” con la que los turistas pueden saber de antemano el factor de ocupación de cada playa. Destacó Torre el “alto grado de conciencia tanto de viajeros como del comerciante local, promotores de un turismo responsable”.


06.La mejor semana en cuanto al clima empezó el 18 de enero, con 31,6. También impulsó una mejora en laocupación en la segunda quincena. FOTO: MARCELO CARROLL
Pinamar tuvo buena ocupación durante la temporada, aun en las primeras semanas de enero, con clima pésimo, días frescos, lluvia e incluso una tromba marina que dejó destrozos y a media ciudad sin luz. Cariló encabezó el ranking de ocupación, que llegó a estar en un 90%, y en los demás distritos, como Valeria del Mar y Ostende, los establecimientos mas elegidos para hospedarse fueron los apart hoteles, por encima del 70%.
Lo mismo ocurrió en Villa Gesell, donde los registros de mayor ocupación se dieron en Mar de las Pampas, Las Gaviotas y Mar Azul. “El destino logró un equilibrio de temporada de verano donde la gente puede estar tranquila con localidades y categorías con buenos niveles de ocupación”, detallaron desde la Secretaría de Turismo.
Pinamar, Cariló, Costa del Este y Costa Esmeralda no sólo mantuvieron alta ocupación, sino que fueron los pocos destinos donde se dio una tendencia que se preveía antes de las vacaciones: las estadías más largas. Eso sí, a valores prohibitivos o, mejor, para unos pocos. Por ejemplo, se llegó a pagar hasta 8.000 dólares mensuales por una casa de alta gama: nueva, cuatro o cinco dormitorios, a una cuadra y media del mar en el norte de Pinamar.


07.Una tromba marina causó complicaciones el 6 de enero, y dejó destrozos y a media ciudad de Pinamar sinluz. FOTO: Fernando de la Orden
Justamente en la zona de La Frontera pinamarense, en Villa de Mar, en esos edificios modernos paralelos a la línea de playa que cuentan con todas las amenities, “el promedio que se pagó en pesos por estas unidades fue de un millón de pesos por enero. Hubo casos de dúplex que se alcanzaron valores un poco más altos, $1.400.000″, explicó a Clarín Eduardo Santoro, martillero de Emeese, una respetada empresa familiar con 40 años en el mercado inmobiliario. Por los chalés típicos de Pinamar se pagó entre 200 y 450 mil pesos.
No ocurrió lo mismo en el resto de los distritos, donde el turismo se movió con mayor rotación y se movilizó los fines de semana. En Mar del Plata, por ejemplo, es notable el contraste entre un domingo y un lunes. Y aquí los valores, como no había ocurrido otros veranos, fueron los mismos que se habían definido en septiembre. “Así y todo se trabajó a un 30%”, calculó un operador inmobiliario.


08.Se alquila por primera vez en años con los precios de referencia lanzados en septiembre. La oferta dealquileres es muy amplia, y está insatisfecha. FOTO: MARCELO CARROLL
El teatro, en jaque
Ya casi con la temporada encima, que largó el 1° de noviembre para propietarios no residentes y el 1° de diciembre para el turismo, fueron conociéndose los distintos protocolos que iban a regir para cada actividad, con aforos, la cantidad de público que puede asistir a determinado lugar. Esto, al teatro, lo finiquitó: las salas sólo pueden recibir un 30% de su capacidad.
El teatro tuvo una caída del 94% respecto a 2020, y eso que no se aumentó el precio de las entradas. “Solo un 6% de espectadores concurre al teatro en este verano en Mar del Plata, contra el anterior”, contó el empresario teatral Carlos Rottemberg.
Todavía no se había levantado la comedia “Los 4 fantásticos del humor”, con Diego Pérez y Carna en el elenco. “Los números no dan”, admitieron. Estuvo apenas diez días en cartel en el Teatro Atlas y el 17 de enero se levantó definitivamente.
Con solo un 30% de aforo máximo permitido por función, con no más de un 35% de funciones programadas, apenas un 10% del global total de butacas a la venta, explicó Rotemberg que “el dato es coherente con el 6% de asistencia”.


09.Los teatros, con pérdidas. Con un 30% de aforo, la temporada teatral sufre un verano duro. Tampoco haycines, y se habilitaron autocines. FOTO: MARCELO CARROLL
La temporada teatral 2021 es la de menor concurrencia de la historia de Mar del Plata. “No es comparable con ninguna anterior de esta capital del espectáculo”, sentenció.
La ciudad llegó a estar en el calendario mundial de las fiestas electrónicas, y este año no se tuvo ni una. Los auspiciantes debieron readaptarse, “previas y fiestas seguras para repensar la diversión”, promovieron. Entonces, Skyy, por caso, puso un DJ a tocar para unos pocos abordo de un bus a cielo abierto mientras recorría las playas.
Tampoco hubo cines, sino un autocine. Ni recitales, ni “la Sole” en Parque Camet promovida por el gobierno ni Ciro y los Persas en Las Toscas auspiciado por una telefónica para 150 mil personas. El contraste es clarísimo, con algunos ciclos de música en espacios abiertos, en los jardines de Villa Victoria por ejemplo, o en la playa, en burbujas, como el que Casa Corona dispuso para Bandalos Chinos, la banda indie pop de Beccar.
Hubo balances positivos. El Museo Mar funciona con tres turnos de visita y aforo reducido de 70 personas cada una. Hoy tienen 2.000 reservas de turno para ver las muestras “El orden y el accidente”, la muestra fotográfica “Tres miradas sobre Mar del Plata”, con obras Annemarie Heinrich, Ataúlfo Pérez Aznar y Alberto Goldenstein, y la obra del uruguayo Luis Cammitzer.


10.Música sin multitudes. Los tradicionales recitales y fiestas electrónicas multitudinarias dieron lugar a pocos eventos y en burbuja. FOTO: Fernando de la Orden
“El número de público interesado en volver al museo superó nuestras expectativas”, dijo el director, Daniel Besoytaorube, al lanzar #museomar24h, mediante el que se pueden ver las obras expuestas cuando sea, las 24 horas, leyendo los códigos QR proyectados en el edificio donde luce el lobo dorado de Marta Minujín.
Comer y bailar
Los mismos protocolos obligaron a los locales gastronómicos a funcionar con capacidad limitada. Para contrarrestar la merma de clientes, en Mar del Plata se los autorizó a emplazar decks en la calle, generando “corredores gastronómicos” que le cambiaron la fisonomía a distintas zonas comerciales.


11.Gastronomía a la calle. Mar del Plata aprobó corredores gastronómicos, con decks y mesas al aire libre.FOTO: MARCELO CARROLL
El sector, junto a la hotelería, es uno de los mas golpeados por la pandemia, venía trabajando bien pero cuando los contagios comenzaron a subir, recibieron una noticia que se tradujo en un golpe a sus cajas: el gobierno bonaerense dispuso el cierre para todas las actividades a la 1 de la madrugada y hasta las 6. Eso ocurrió el 10 de enero, y ahora la administración Kicillof evalúa extenderlo a partir de la semana próxima.
Los gastronómicos se quejan del impacto de esta medida: “Contamos con los precisos y exhaustivos protocolos de salubridad y control para prevenir la propagación del virus que demuestran que la actividad gastronómica no constituye un foco de contagio de la enfermedad”, dijeron desde el gremio que los nuclea, y advirtieron ese mismo día que al obligarlos a cerrar en el horario de mayor concentración de público joven, fomentaría la clandestinidad.


12.La noche termina más temprano. El gobernador bonaerense dispuso el cierre a la 1, y se respeta a rajatabla en los locales gastronómicos. FOTO: Fernando de la Orden
Tenían razón. En toda la Costa hubo fiestas clandestinas, reuniones en casas, en parques y playas que llegaron a concentrar, en las más grandes, hasta 2.000 personas. Hay espontáneas, de cientos de pibes alargando la tarde en la playa, también organizadas. Se desactivaron en diciembre un promedio de 6 días; en enero, el número de triplicó.
“Todos sabemos que hay un hecho cultural y es la convocatoria de jóvenes en determinados lugares públicos, no sólo aquí, ocurre en toda la Costa Atlántica”, dijo a Clarín el secretario de Seguridad de Pinamar, Lucas Ventoso. “Lo que se puede hacer es negarlo o tomar nota de eso y tomar una decisión política: las opciones son la represión o la contención”, agregó.


13.El problema de las fiestas. El 21 de diciembre la Gobernación anunció reuniones al aire libre, pero diomarcha atrás. Las fiestas clandestinas en casas y predios fueron un problema: hubo un promedio de seispor noche. FOTO: Fernando de la Orden
“Yo no creo que la criminalización de los jóvenes nos ayude a prevenir, llevarlos a la clandestinidad nos pone en un problema aún mayor”, siguió. Y aseguró que la conducta de los chicos y chicas “era previsible si en vacaciones les cierran los lugar de esparcimiento que los contenían”.
En Pinamar, también en Mar del Plata, decidieron secuestrar los parlantes portátiles con los que los jóvenes animan los sunsets playeros, también el alcohol. En Playa Grande, en un puñado de días, los inspectores incautaron 610 litros de bebidas alcohólicas.


14.Bailar en la playa. Con boliches y bares de balnearios cerrados, los jóvenes eligieron la playa. EnPinamar, la Policía intervino para dispersarlos. FOTO: Fernando de la Orden
Baja de contagios y el enigma de febrero
A mitad de enero, hubo una merma en los contagios de coronavirus. Mar del Plata, que había llegado a los 477 casos en agosto, tuvo el número más bajo la segunda semana de diciembre, con 87 casos nuevos. De allí en adelante, los números comenzaron a crecer y llegaron a superar los 300 casos.
Hoy no está controlado, porque el promedio diario se ubica en los 200 casos, pero esa baja, sumada a la ola de calor (una semana con temperaturas sobre los 30°: la máxima fue el 25 de enero, de 34,1° y 36,9° de sensación térmica), reavivó las expectativas de los operadores. ¿Febrero? Un enigma.
La esperanza radica en un buen fin de semana de carnavales, históricamente cuando se registra el mejor de la temporada. De ser así, sería similar al cuarto fin de semana pasado, con 50% de ocupación.


15.Descenso de casos. Los números de contagios vuelven a bajar. Son 200 por día en promedio. FOTO:Fernando de la Orden
“Tenemos que recordar que hace poco tiempo no nos podíamos ni acercar a la playa“, alude Rodrigo Sanz, martillero con amplia cartera de alquileres temporarios, que se animó al surf cuando, antes de la temporada, se autorizaron las escuelas en la ciudad. “Era la forma de ir al mar, sólo metiéndose, no se podía ir ni a tomar mate a la arena”, rememora.
Para el agente inmobiliario, hay que destacar “las buenas noticias”. Enumera: “En septiembre no se sabía si íbamos a tener temporada, hoy la tenemos; en noviembre se hablaba dónde se iban a evacuar a los enfermos, y eso no ocurrió. Es una temporada tranquila, hay que acostumbrarse a trabajar en bajos porcentajes, porque también es sano para todos“.
En diciembre llegó a Mar del Plata un 30% menos de turistas que el año anterior, fueron 586.082, según el Ente Municipal de Turismo. Para el cotejo, el dato indica que en diciembre de 2001, en medio del histórico recambio de cinco presidentes en 11 días, llegaron 460.560 turistas.
En enero de ese mismo año fueron casi un millón de turistas que llegaron a estas playas, exactamente 969.143. Ahora las estimaciones ya indican que enero 2021 cerraría por encima de esos índices.
Mejor, peor, si una y otra temporada son comparables, dependerá a quién se consulte. La respuesta no será la misma si proviene del cervecero que aun con aforo y restricción horaria pudo abrir sus canillas que si la da el hotelero que cree que no llegará al otoño, o los empleados temporarios.
La pandemia horadó y dejó mella en todos: hay temporada, rara, única, deslucida, y la discusión sobre sus avatares ya son estertores. Resta febrero, pero muchos están pensando en lo que viene, más allá de un fin de semana de descanso, si las clases comienzan o no en las aulas. Otro incierto panorama.
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