¿Se trata de una Interna política o el habitual polvorín del vestuario? Hay dos ídolos enfrentados, que conviven entre las brasas que dejaron las elecciones de diciembre de 2019. Juan Román
Riquelme, ungido como dirigente, y Carlos Tevez, el último mohicano de los tiempos dorados. En el medio, dos vueltas olímpicas, un técnico tironeado y Boca en la pantalla de todos los canales deportivos por el ruido que hace puertas adentro.
Es que siempre hubo filtraciones entre las cuatro paredes de Casa Amarilla, como hoy sucede en el Centro de Entrenamiento de Ezeiza. Desde la época de Carlos Bianchi a esta segunda etapa de Miguel Angel Russo, todo se sabe. Y aunque muchos hinchas eligen “matar al mensajero”, el periodismo se entera porque los propios protagonistas bajan la información.
Las grietas que siempre existieron, de todos modos, no impidieron festejar Copas y campeonatos. Si Riquelme, máximo emblema del club devenido a vicepresidente, y Martín Palermo, el hombre que más goles marcó con la camiseta azul y oro, fueron compañeros a bordo de sus diferencias. Ni hablar de los “halcones” y “palomas” que sobrevolaron el Sindicato de Empleados de Comercio, donde se entrenaba el plantel a principios de los noventa de la mano del Maestro Tabárez. Diego Latorre, cuando todavía era Gambetita y no un comentarista de lenguaje florido, describió el camarín como un “cabaret” bajo la gestión del Bambino Veira.
Ahora, esos mismos jugadores de fuerte personalidad tienen cargos en la dirigencia. Riquelme, dicho está; Raúl Alfredo Cascini, Jorge Bermúdez y Marcelo Delgado. Son los integrantes del Consejo de Fútbol que tienen un estilo particular, muy confrontativo.
Les gusta hablar directamente con los jugadores y saltear a sus representantes. Pasó con Franco Soldano, Jan Hurtado, Julio Buffarini y Guillermo Pol Fernández, quien la semana pasada disparó dardos mediáticos contra los tres mosqueteros y el propio Román.“Esto es Boca”, suelen decir en la búsqueda de gestionar los contratos. Quieren que todo quede escrito vía mail o Whatsapp. Y hasta hacen llamados en conferencia todos juntos para que no haya teléfono descompuesto. Muchos dirán que defienden los intereses del club como lo hacían dentro de la cancha. Otros, los que tienen que sentarse a negociar, piensan distinto.
En este contexto, hay una figura fuerte dentro del plantel que se transformó en un contrapeso. Tevez se corporizó en la bandera del equipo y desairó al propio Bermúdez, quien lo llegó a calificar de “ex jugador”.Incluso Riquelme, en el sorteo de la última Libertadores, contó que se debía una charla con el crédito de Fuerte Apache para saber si tenía “ganas de seguir jugando”.
Carlitos se puso Boca al hombro y -bajo el paraguas de Russo- mostró su mejor versión para que Boca fuera campeón de la Superliga. El jugador emblema se sostuvo por su rendimiento cuando en el Consejo de Fútbol ya empezaban a imaginar un futuro sin él. Pero llegó el conflicto por la renovación del contrato y Tevez habló. Sentó su postura. Lo mismo pasó la semana pasada, después de la aparición de Pol Fernández en los medios. El capitán les marcó la cancha, como anticipó Clarín.
Ese mismo día, después de sus declaraciones en TyC Sports, el Consejo de Fútbol pidió que se cancelaran todas las entrevistas que algunos de sus compañeros habían pactado. Y el sábado hubo una reunión en Ezeiza. Estuvieron Cascini, Bermúdez y Delgado. A Tevez le reprocharon haber hablado y al máximo referente no le gustó. Todo delante del plantel y de Russo. Hubo un ida y vuelta. Ya había diferencias por la salida de Pol Fernández. A nadie le gustó que el Consejo haya decidido prescindir del enganche. Y Carlitos lo hizo saber.
Esa situación erosionó la relación con Russo, de quien los futbolistas esperaban mayor apoyo. ¿Será cierto que el veterano entrenador ya no es un intocable para Riquelme, desencantado por los desniveles del equipo? Cerca de Jorge Amor Ameal lo desmienten. Y le apuntan a una “intencionalidad política”. Creen que detrás de todo está Daniel Angelici, con quien Carlitos se juntó en un balneario de Pinamar. “Esas fotos nunca son inocentes”, dijeron en Brandsen 805 sobre el mitín entre el ex presidente, opositor a la actual conducción, y el líder del equipo.
Contó Alejandro Fantino en su programa del lunes en ESPN que “Tevez estuvo a punto de retirarse, cansado del Consejo de Fútbol y sus manejos, pero cambió de opinión”. La información que brindó al aire el conductor de TV no pasó inadvertida porque conocen la amistad entre el jugador y el periodista. “Yo soy grande, a mí no me tienen que decir cuándo tengo que dar una nota”, habría dicho el capitán que el viernes cumplirá 37 años. Y tampoco le podrán elegir los amigos, como dijo Ameal. La referencia tenía que ver con Angelici.
La foto de la “discordia”: Daniel Angelici junto a Carlos Tevez en un balneario de Pinamar, este verano. Foto: Manrique Fernández Buente.
En el Consejo de Fútbol no cayó bien esa reunión. Sobre todo, en Riquelme, que ve en Tevez a un posible rival en las elecciones de 2023. ¿En dupla junto a Mauricio Macri? Así y todo, Román hizo lo que correspondía como dirigente: se puso a disposición del capitán por el estado de salud de Segundo, su padre.
“En Boca todo se magnifica. Lo bueno y lo malo”, es una frase histórica de Guillermo Barros Schelotto, que vivió la época del antagonismo entre Palermo y Riquelme. Postales del club que más títulos ganó en el país y que -a pesar de los éxitos- hoy vive momentos calientes.
JCH.
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