La primera fecha del Torneo Metropolitano de fútbol de 1974 tuvo la particularidad de que se enfrentaran Boca Juniorsy River Plateen la Bombonera. Y tuvo a un jovencísimo Diego Armando Maradona,
con 13 años, en las tribunas, que por primera vez pisó ese templo porteño del fútbol con su padre aquel 3 de febrero. Pero lo más extraordinario sucedería en el verde césped. Se produjo un récord que no pudieron lograr ni el Atómico Mario Boyé ni Francisco Varallo antes de aquella tarde, ni después Martín Palermo, Juan Román Riquelme ni Carlos Tevez.
Lo que sucedió en la cancha fue histórico. El debutante en Boca, Carlos María García Cambón, el rubio que había llegado al club de la ribera desde Chacarita Juniors le hizo cuatro goles a River, en la goleada por 5 a 2. Y si el equipo de Boca parecía temible, con Pernía, Tarantini, Trobbiani y Potente, entre otros, no lo era menos aquel River, con Fillol, el recordado Hugo Pena, Quique Wolff, Mostaza Merlo, el Beo Alonso, Mastrángelo y Morete entre sus titulares.
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García Cambón marcó a fuego en la historia su debut con la camiseta de Boca. ¿Qué le iba a pesar la camiseta a él?.Si venía de salir campeón del Sudamericano Sub 20 con la Selección Argentina, Campeón Metropolitano con Chaca y había sido protagonista también del baile que le dieron los tricolores al Bayern Munich en Barcelona. Y además, tiene una medalla, quizá menor, pero no menos significativa para los chacaritenses: es el mayor goleador del clásico de barrio entre Chaca y Atlanta con 8 goles en 17 partidos.
Pero ningún antecedente podía presagiar lo que sucedió aquel 3 de febrero de 1974. Ya a los 2 minutos había marcado el primero, River lo empató un cuarto de hora después y “Carlitos” como le dicen aún hoy con más de 70 años y la misma cara de pibe y el mismo peso que cuando jugaba, volvió a poner a Boca en ventaja a los 37 minutos.
En el segundo tiempo, Ferrero, de penal puso el 3 a 1, y a los 15 minutos, García Cambón hizo el cuarto de Boca, que empezaba a sacar una ventaja que hizo delirar a sus hinchas. Poco después descontó Quique Wolff de penal y finalmente, a los 26 del segundo tiempo, García Cambón puso la firma para el quinto de Boca, y el cuarto en su increíble cuenta personal, que según él mismo cuenta, debe ser de los mejores goles que hizo en su carrera.
Inteligente y elegante, adentro y afuera de la cancha, García Cambón no era exactamente un goleador ni un centrodelantero clásico. Hacía goles, sí, pero donde se sentía más cómodo era en el juego de equipo, en la creación. Pasó casi medio siglo y Boca ganó cien mil títulos desde entonces, pero qué hincha no va a adorar al increíble tipo que le hizo cuatro goles en un partido a su eterno rival?