Los ecuatorianos acudieron a las urnas con el fin de elegir al futuro líder de la nación andina, que deberá enfrentar medidas de salud sin precedentes debido a la pandemia del
coronavirus y la influencia de un exmandatario populista que no pudo postularse a la vicepresidencia debido a una condena por corrupción. Dos bocas de urna dan un escenario de balotaje, con Andres Aráuz, delfín de Rafael Correa, y el banquero Guillermo Lasso, pasando a una segunda vuelta el 11 de abril.
Cedatos le da a Aráuz un 36,94% contra el 20,99 de Lasso. Y una cifra similar da Clima Social; 36,20 a 21,70 por ciento.
Dieciséis candidatos compitieron por suceder al presidente Lenín Moreno, un protegido convertido en rival de Rafael Correa, quien gobernó Ecuadordurante una década y sigue gravitando a pesar de una condena por corrupción que le impidió buscar la vicepresidencia este año.
Andrés Arauz, un joven izquierdista apadrinado por Correa, y Guillermo Lasso, exbanquero de derecha que se postula por tercera vez consecutiva para el mismo cargo, llegaron a las urnas liderando las encuestas de intención de voto, respectivamente. Un poco más alejado y en tercera posición figuraba el postulante Yaku Pérez, del partido de los indígenas Pachakutik.
El analista y consultor político Alejandro Zabala opinó a The Associated Press que Correa ha sido un actor importante en estas elecciones “porque el candidato que ellos escogieron no tiene buen discurso, tiene muchas limitaciones, por eso escondieron a Arauz y salieron con la imagen de Correa a pasearla en todo el país”.
Arauz no pudo ejercer su voto en Quito debido a que estaba empadronado para hacerlo en México, donde vivía hasta poco antes de su postulación, y no cambió su domicilio electoral. El domingo optó por acompañar a su abuela Flora Galarza a votar en un centro instalado en el norte capitalino.
Lasso sufragó junto a su esposa María de Lourdes Alcívar en la ciudad de Guayaquil.
Larga fila para votar en Cangahua, Ecuador. Foto AP
“Lo que les puedo decir es que habrá segunda vuelta, nosotros estaremos ahí y nos veremos con quien el pueblo decida escoger”, vaticinó el candidato de 65 años.
Para ganar en primera vuelta, un candidato debe obtener la mitad más uno de los votos válidos o el 40% de los sufragios y una ventaja de 10 puntos sobre su más inmediato rival. De no suceder esto, se ha fijado un balotaje para el 11 de abril.
Arauz, de 36 años, ha propuesto hacer que los ricos paguen más impuestos y fortalecer los mecanismos de protección al consumidor, la banca pública y las organizaciones locales de crédito y ahorro. Ha dicho que no cumplirá con los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional.
Lasso favorece las políticas de libre mercado y el acercamiento de Ecuador a organismos internacionales. Prometió crear más puestos de trabajo y atraer bancos internacionales. También quiere impulsar los sectores petrolero, minero y energético a través de la participación de entidades privadas para reemplazar el financiamiento estatal.
Sobre las elecciones se cierne el futuro de Correa, un izquierdista que todavía tiene 57 años. Gobernó de 2007 a 2017 como aliado de los mandatarios Fidel Castro de Cuba, Hugo Chávez de Venezuela, ambos fallecidos, y Cristina Fernández, ahora vicepresidenta de Argentina.
Correa sigue siendo popular entre millones de ecuatorianos después de supervisar un período de crecimiento económico impulsado por un auge petrolero y préstamos de China que le permitieron expandir programas sociales, construir carreteras, escuelas y otros proyectos. Pero cada vez más tomó medidas enérgicas contra los oponentes, la prensa y las empresas durante su última etapa en el cargo y se peleó con grupos indígenas.
Pérez, el candidato de Pachakutik, dijo el domingo que”Correa nos traicionó… criminalizó a 850 dirigentes sociales, intentó destruir al movimiento social. Y en este momento, como lo que hizo (el entonces presidente venezolano Hugo) Chávez, que entregó el poder a Maduro, pretende entregarle el poder a Arauz”.
“Arauz es el Maduro de Ecuador”, agregó.
La imagen de Correa también se ha visto empañada por una condena por corrupción que, según él, fue un producto inventado de venganza política. Correa fue sentenciado en ausencia en abril a ocho años de prisión por su papel en una trama para exigir millones de dólares a empresarios a cambio de proyectos de infraestructura, dinero que de acuerdo con la justicia usó para campañas y fiestas de su partido.
El ganador asumirá las riendas del país el 24 de mayo. Tendrá que trabajar para sacar a la nación productora de petróleo de una crisis económica cada vez más profunda que ha sido exacerbada por la pandemia.
El país de 17 millones de personas había registrado más de 253.000 casos y casi 15.000 muertes por COVID-19 hasta el viernes, según datos de la Universidad Johns Hopkins en Estados Unidos.
Fuente: AP y AFP
PB
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