“Sentate tranquila y dale el pecho aquí en la ambulancia. Tienes que tomar agua”. Y María Lizarraga, oficial jefe de los Bomberos de Las Termas, apurada porque tenía que volver “a
trabajar” apagando el incendio en el autódromo, demoró 20 minutos en darle de mamar a Gonzalo Benjamín, su bebé, que dentro de una semana va a cumplir dos meses.
Quizás la foto ya se había viralizado por todo el mundo, pero ella ni se había enterado. “Estuvimos trabajando toda la madrugada y la mañana. Cuando me desocupé, vi un montón de publicaciones”, le dijo María a Clarín.
Esta es la historia de María, una bombera voluntaria de 38 años, que había dejado a su hijo en el cuartel con una compañera porque debía “ir a trabajar”. No tenía con quien dejarlo en su casa, porque su marido es bombero también. “Somos una familia bomberil”, dice entre risas.
Les avisaron del fuego en el autódromo de Las Termas antes de las 23 y salieron para el cuartel ella, su marido y sus dos hijos. Marina Luciana, que tiene 6 años, es bombera junior.
María le dio la teta a su bebé en una pausa de su trabajo, mientras combatía el fuego en el autódromo de Las Termas, en Santiago del Estero.
“Me tenía que quedar en el cuartel a coordinar las tareas desde ahí, pero la verdad es que me moría por estar allá (en el incendio), porque se necesitaba personal y porque era de gran magnitud. El otro oficial estaba en el lugar, pero había que coordinar las tareas de un grupo que estaba en otro punto del incendio, así que el jefe me dijo que tenía que ir al autódromo. Somos dos oficiales, así que sí o sí tenía que estar ahí”, cuenta María.
Romina Bulacio, una de sus compañeras, le dijo que se quedara “tranquila”, que el bebé se quedaba con ella. “Me convenció; hay varias mujeres que son madres en el cuartel y siempre una se encarga de cuidarlos cuando hay algún siniestro. Qué mejor que dejarlo en el cuartel, que va a estar a resguardo. Hay muchas mujeres, la mayoría son mamás y cuidamos de nuestros niños. Es muy familiar. Eso es lo lindo”.
Media hora después, María estaba entre las llamas coordinando las tareas de uno de los grupos de Bomberos de Las Termas. Había cobrado gran magnitud el incendio, por lo que también habían llegado dotaciones de Santiago, La Banda y Clodomira.
Incendio en el autódromo de las Termas de Río Hondo. (Foto: El Liberal)
A las dos de la mañana, Gonzalo lloraba de hambre y no se podía dormir. Desesperada, Romina llamó a María, que la atendió rápidamente. “Coordinamos para que me lo llevara en el auto junto con otra compañera, para que le diera el pecho. Cuando el chico de la ambulancia (del hospital zonal, que estaba en el lugar) me vio, me dijo. Vení aquí, sentate tranquila, necesitás tomar agua. Y me senté a darle el pecho en la ambulancia, hasta que se calmara y pudiera dormir. Así yo podía volver a trabajar”.
Le dio de mamar durante 20 minutos hasta que se calmó y se durmió. Se lo entregó a su compañera Romina, que lo llevó de vuelta al cuartel. Y María volvió a meterse entre las llamas que consumían gran parte del autódromo internacional de Las Termas de Río Hondo.
Recién pasadas las 6 regresó al cuartel, justo a tiempo para volver a darle la teta a su hijo. Cansada, pero feliz por haber cumplido con su deber, la mujer no sabía que alguien le había sacado una foto que luego se viralizó. “Me mostraban las publicaciones”, dice entre risas.
María esta casada con el subcomandante del cuartel de bomberos, que además es coordinador de Protección Civil de la municipalidad de Las Termas y también trabaja como bombero aeroportuario.
Los 38 bomberos de Las Termas no cobran “un peso”; viven de las donaciones de algún comerciante, empresario u hotelero de Las Termas. “El gobierno de la provincia siempre nos da alguna ayuda”, cuenta María, pero ella se encarga de aclarar que “esto se hace por vocación de servicio”.
Tiene sensaciones contradictorias, según explica: “Por un lado, para un bombero, esto es lo máximo (el incendio) por la magnitud, pero por otro lado, siento mucha tristeza, porque nosotros cumplimos funciones en el autódromo durante todas las carreras, e incluso en la fecha del Moto GP. Lo hemos visto cuando se construyó y cómo ha avanzado, así que es una tristeza tremenda ver cómo ha quedado”.
“Esto es pura vocación y amor al servicio”, dice orgullosa María, que se hizo famosa gracias a la foto que le sacó “vaya a saber quién”. Esta mujer que ingresó al cuartel a los 14 años y ya es toda una veterana, dice que esta “es mi vida”.
SC
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