Actores unidos en Hollywood para enfrentar a Donald Trump

Trump en el lobby de un hotel neoyorquino, las autoridades del Sindicato de Actores de Hollywood decidieron prohibirle al expresidente su reingreso al gremio si quisiera hacerlo en el futuro.

Trump renunció públicamente a la organización la semana pasada cuando se enteró de que planeaban expulsarlo.

“No hicieron nada por mí”, los acusó. Reunidos vía Zoom, los actores decidieron entonces dejar en claro que no lo quieren nunca más en el sindicato al que él se unió en 1992 a raíz de su participación en esa secuela.

El director de la película, Chris Columbus, asegura que Donald Trump forzó ese cameo extorsivamente a cambio de dejarlos filmar en el Hotel Plaza, que le pertenecía por entonces. Esa supuesta patoteada quedará en el anecdotario de todas las cosas que nunca anduvieron muy bien entre el último presidente republicano y la mayoría de los actores. En 2016, durante las elecciones en que se enfrentó a Hillary Clinton, varios pesos pesados de Hollywood, como Robert Downey Jr, Julianne Moore y James Franco filmaron un video pidiéndole a la gente que no lo voten, tratándolo de racista sin nombrarlo.

La historia de hostilidad entre ellos continuó durante sus cuatro años de gobierno, con actores como Robert De Niro siempre a punto de pegarle una trompada, o Trump llamando a Meryl Streep “una actriz sobrevalorada”, ninguneándola como hoy lo hace con Gabrielle Carteris, la presidenta del Sindicato de Actores desde 2016.

Carteris, que saltó a la fama como Andrea Zuckerman, la amiga de Brandon Walsh en Beverly Hills 90210, pasa por alto que el expresidente diga que desconoce su trabajo y prefiere enfocarse en la exclusión permanente de Trump a su organización. “Prevenir que no pueda volver a unirse al gremio es un paso más que simbólico. Es una afirmación de que no será tolerada ninguna amenaza o incitación al daño contra otros miembros”. Son sus exactas palabras.

Un ataque contra uno es un ataque contra todos, le informa Carteris. El Sindicato, que nuclea también a periodistas de radio y TV, le reclama a Trump que haya maltratado a la prensa en sus rallys, llamándolos enemigos públicos, haciendo que sus fans los abucheen. El SAG-AFTRA no lo quiere de miembro nunca más, aunque le permitirá seguir cobrando sus pensiones, por sus brevísimas apariciones en algunas películas, y también las ganancias residuales por cada vez que se emiten sus reality shows The Apprentice y Celebrity Apprentice, con las que el magnate inmobiliario se hizo popular. En 2018 ganó 2 millones de dólares por esas repeticiones.

Nunca pudo soportar que no lo premiaran por sus programas, dedicándose estos últimos años a criticar el Emmy o el Oscar desde la plataforma (que ya no tiene) en Twitter, para sus millones de seguidores.

En este momento al expresidente se lo está enjuiciando en el Senado acusado de haber incitado a sus fans a proceder violentamente contra el Congreso y sus miembros, en un intento de quedarse con la presidencia que ganó en las últimas elecciones el demócrata Joe Biden. Se verá si los senadores de su partido votan para que pierda la posibilidad de presentarse a las próximas elecciones de 2024. Twitter ya avisó que aunque lo haga no le va a permitir unirse de nuevo a su plataforma.

El Sindicato de actores planeaba reunirse para discutir su expulsión por la misma razón. Enterado, Trump decidió renunciar con una carta bombástica donde se dice orgulloso de esas actuaciones fugaces que le permitieron la membresía. Entre ellos los 10 segundos que duró su participación en Mi pobre Angelito 2, que corren serios riesgos de ser borrados de la historia si algunos fans de la saga se salen con la suya.

POS

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