El Gobierno ya eligió la táctica económica de cara a las elecciones. Patear fuerte y al medio como Martín Guzmán adelantó esta semana: el aumento del dólar estará por debajo del
de la inflación en el año (25% versus 30% respectivamente).
La estrategia no se demorará un segundo. En el Gobierno y en el Banco Central aseguran que en febrero el dólar debería al menos subir menos que los otros precios de la economía. Los economistas esperan un piso de inflación de 3,3%. El dólar no aumentaría más de 3%, apuntan en despachos oficiales.
Se acentuará entonces la diferencia con los últimos meses donde dólar e inflación viajaron casi parejos. En enero la inflación dio 4%. Y el dólar aumentó 3,9%.
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Cae el ritmo al que sube el dólar
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Fuente: FERNANDO MARULL & ASOC Infografía: Clarín
Hay cuestiones mecánicas y de convicción para que el Gobierno decida pisar el dólar: una teoría clásica reza que la suba de los precios en la Argentina se explica 60% por aumentos en los salarios y 40% por el dólar. Quiere decir que si el Gobierno negocia con los sindicatos y controla los salarios, y administra la política cambiaria, tendrá más chances de estabilizar el IPC.
En la semana, la Casa Rosada recibió a los gremialistas y por el momento hubo acompañamiento con la postura de Guzmán.
En relación al dólar, el ritmo al que venía subiendo aumentó de noviembre a enero. Pero se registraron dos meses consecutivos de inflación de 4% y en el Gobierno se encendió una alarma. Es notorio como en febrero la tendencia se modificó. “Este mes la inflación tendrá un piso de 3,5% y el dólar subirá 2,9%”, dice Fernando Marull, economista de FM & Asociados.
¿Quiere decir que si los salarios están controlados, y el dólar también, la inflación cederá? No. Si se corrigen otros precios relativos como las naftas o las tarifas -algo que sucederá más allá de su magnitud-, el IPC cobrará impulso.
El Gobierno quizá sobrereaccione atrasando el dólar, tal cual hizo Macri en 2017, para morigerar estas subas en las tarifas que será difícil evitar porque Guzmán ha dicho que no quiere aumentar subsidios.
¿La pregunta entonces es, hay margen para atrasar el dólar?
En el Banco Central dicen que sí. Que no hay riesgo de que quede desfasado porque su precio es alto. Dicen que si fuera más bajo sí sería un problema y es lo que el kirchnerismo no quiere volver a cometer como Matías Kulfas señaló en lo que él identificó como el tercer kirchnerismo entre 2013 y 2015.
Un trabajo de esta semana de la consultora Quantum, que dirige el ex secretario de Finanzas Daniel Marx, señala que el tipo de cambio de hoy tiene el mismo nivel de competitividad que en 2007 cuando había superávit gemelos.
En el Gobierno elaboran el check list para tantear si esta estrategia de pisar el dólar resistirá los idas y vueltas en la negociación con el FMI cuya concreción empieza a despertar escepticismo entre los inversores. Así piensan que:
– El tipo de cambio es competitivo,
Cuentan con US$ 3.000 millones más de exportaciones sólo por los mejores precios de los granos.
A esto hay que agregarle tres ayudas más con las que eventualmente el Gobierno podría contar.
Una corrección en la tasa de interés para amortiguar la inflación mientras se acomodan más precios relativos. Sería una señal y una medida en la dirección que el FMI espera. Hay un ala del Gobierno que no la descarta y no lejos en el tiempo.
La otra, conjetural por ahora, es una posible emisión de reservas por parte del FMI (una moneda que se llama derechos especiales de giro). Se trata de la continuación de un plan que Barack Obama lanzó en 2009 para que los países tuvieran más poder de fuego en la crisis financiera. La primera emisión llegó al gobierno de Cristina Kirchner (US$ 2.400 millones). La segunda podría venir ahora luego de que Donald Trump se negara a capitalizar al FMI. Joe Biden buscará darle más institucionalidad a los organismos. Hernán Lacunza calcula que a Argentina le correspondería US$ 3.350 millones.
La tercera es una opción que encuentra respaldo entre un grupo de economistas del FdT. Apunta a que el Tesoro se haga de los dólares por los mayores precios de las materias primas vía un aumento de las retenciones. Alberto Fernández (y Guzmán) dicen que no. Por el momento. Pero hay un kirchnerismo duro que seguirá presionando.
Los riesgos de atrasar el dólar están sin embargo.
El propio informe de Quantum advierte que si bien hay margen para apreciar el contado con liqui “las condiciones internacionales juegan a favor pero las condiciones locales son menos favorables en la actualidad que en 2007”.
Las reservas netas excluyendo las tenencias de oro ya tocaron cero según JP Morgan.
“Soy escéptico que el Gobierno pueda atrasar el dólar porque creo que la inflación estará más cerca de 45-50% que de 30% como dicen Guzmán y porque el Banco Central está flojo de reservas”, opina Andrés Borenstein, economista asociado de Econviews.
“El Gobierno no debe caer en el riesgo de atrasar el tipo de cambio porque la brecha se podrá resentir y los incentivos a liquidar caer”, dice Elisabet Bacigalupo, economista de abeceb.com. “Está todo muy atado con alambre”.
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