El juicio por la mayor estafa en la historia del país comenzó este jueves. Y el principal acusado es Enrique Juan Blaksley Señorans (56), apodado “El Madoff argentino”, preso hace casi
tres años en la cárcel de Ezeiza.
Se trata de un fraude estimado en unos $ 1.500 millones en 2018, que tuvo como damnificados a más de 300 ahorristas. Además de Blaksley hay otros 16 imputados, varios de ellos familiares del fundador de la empresa Hope Funds, a través de la que se realizaron las maniobras.
El juicio oral arrancó este jueves a las 9.30 en el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 4 y se desarrollará de manera virtual a través de la plataforma Zoom. Es que además de los 17 imputados y sus defensas, hay citados más de 100 testigos, lo que hace que el debate sea inviable en medio de la pandemia del coronavirus.
Es más, se estima que por la gran cantidad de personas citadas a declarar y los detalles técnicos para describir las maniobras financieras sobre las que se investiga el fraude, el juicio programado para desarrollarse semanalmente todos los jueves podría llegar a durar dos años.
Blaksley está preso en el pabellón I de Ezeiza desde abril de 2018.
El tribunal estará integrado por los jueces Daniel Obligado, Adriana Pallioti y Néstor Costabel, que este año ya rechazó tres pedidos del empresario detenido para llegar al proceso en libertad, según informaron fuentes judiciales a Télam.
Para esta primera audiencia se prevé la lectura del requerimiento de elevación a juicio. Luego comenzarán las indagatorias contra los acusados.
Blaksley (56), que tiene trabado un embargo por $ 3.000 millones, y el resto de los acusados fueron enviados a juicio en julio del año pasado por decisión de la jueza federal María Servini, quien hizo lugar a la requisitoria de la fiscal federal 12, María Alejandra Mangano; y la fiscal María Laura Roteta, de la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac); quienes contaron con la colaboración de María del Carmen Chena, de la Dirección General de Recuperación de Activos y Decomiso de Bienes de la Procuración General de la Nación.
En su fallo, la jueza consideró al empresario, actualmente alojado en la cárcel de Ezeiza, coautor del delito de estafa reiterada en al menos 318 oportunidades en concurso ideal con captación de ahorros del público no autorizada agravada por haber sido cometido mediante oferta pública. Aunque durante la investigación se sospechó que el fraude pudo haber alcanzado a más de 2000 personas. Aún no se sabe el monto total de la estafa.
Blaksley en un evento junto a Juan Martín Del Potro y Roger Federer para promocionar su empresa Hope Funds.
A esto le sumaron cuatro hechos de lavado de activos de origen delictivo en concurso con ideal con asociación ilícita, agravado por su carácter de jefe, y dos hechos de insolvencia fraudulenta, es decir hacer desaparecer bienes de su patrimonio o disminuir su valor para evitar el cumplimiento de obligaciones.
Los investigadores llaman a Blaksley el “Madoff argentino” por el caso de Bernard Madoff, el financista de Wall Street condenado a 150 años de prisión por un fraude de 65 mil millones de dólares en 2009.
El procesamiento también alcanzó al cuñado de Blaksley y gerente administrativo de Hope Funds, Federico Dolinkué (48); el encargado de formar las sociedades en el exterior, Alejandro Miguel Carozzino (39); y la gerente comercial, su cuñada Verónica Vega (45).
También quedaron en la misma situación Francisco (36), María Rita (46) y Juan Pablo Blaksley (33), hermanos de Enrique, a quienes la jueza les atribuyó los mismos delitos, excepto el haberse desprendido de sus bienes, y los consideró miembros de la asociación ilícita.
Enrique Blaksley junto a Leonel Messi, tras un partido a beneficio, organizado por Hope Funds.
Los otros acusados son Daniela Sarsa (41), Damián Gómez (42), Olga Masdeu (64), Felipe Badino (36), María DŽAngelo (51), Rafael De la Torre Urizar (66), Alexis Dietl (41), Esteban Casco (51), Guillermo Müller (43) y Pablo Willa (55).
Según la investigación a la que accedió Clarín, para llevar adelante la operatoria, los imputados utilizaron el viejo pero aún vigente “esquema Ponzi” o de “estafa piramidal”. Así, las víctimas depositan su dinero y al poco tiempo comienzan a recibir sus ganancias. Lo que no saben es que la renta que reciben es en realidad parte del dinero de los nuevos ahorristas que van ingresando. La pirámide se derrumba cuando son más los que piden retirar sus fondos que los que ingresan.
Para los fiscales, a través de Hope Funds, el “Madoff argentino” utilizaba para sus engaños “marcas de renombre como Auditorio Buenos Aires, Hard Rock Café y Hertz”. Según pudo saber Clarín, Blaksley había comprado una máster franquicia del Hard Rock Café. “Usaron la marca sin la anuencia de la firma internacional para tomar dinero y desarrollar emprendimientos”, señaló una fuente.
Ese relato iba en línea con una agresiva estrategia de marketing por la que Hope Funds sponsoreó eventos como el partido de tenis entre Roger Federer y Juan Martín Del Potro, en Tigre en 2012; la carrera del atleta Usain Bolt contra el Metrobus en 2013; y hasta un partido de la Fundación Leo Messi. No obstante, fuentes del caso desvincularon a las figuras con la empresa.
“Te decían que vos tenías una parte del Hard Rock Café, otra de Hertz, del restaurante en Nueva York te hacían sentir parte de ese mundo”, le contó a Clarín María Ponzio, una de las damnificadas en una entrevista en 2018.
María Ponzio, una de las 318 víctimas de Blaksley Señorans. Foto Jorge Sánchez.
Según dio por acreditado Servini en la causa, “Blaksley, con la colaboración de Carozzino, Dolinkue y Vega montó una estructura empresarial compleja que se destinó tanto a la defraudación de privados, como del fisco nacional”.
“Esa organización se implementó de tal manera que también permitió la reinserción y puesta en circulación en el mercado financiero, dando apariencia de licitud al dinero mal habido”, sostuvo la jueza, y remarcó que “se creó una estructura por intermedio de la cual defraudó a un sinnúmero de personas por montos de dinero multimillonarios”.
Para la magistrada, Blaksley “con las sumas dinerarias confiadas, amplió aún más esa estructura, mediante la inversión en diferentes emprendimientos y la creación de nuevas sociedades, muchas de las cuales eran y son solo cáscaras, es decir, sociedades con nombre y capital social, pero sin funcionamiento alguno”.
De acuerdo con la investigación, la asociación ilícita, que operó entre 2007 y 2016, fue integrada por los ahora procesados, los cuales desde su rol aportaron para que se produzca el desfalco, y también por alrededor de 60 sociedades comerciales, muchas de ellas constituidas en Estados Unidos y Panamá.
GL
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