Un dato conmovió esta semana a los padres de niños en edad escolar de Brasil. En el estado de San Pablo hubo, desde el inicio del ciclo lectivo, 741 casos de
covid-19 en establecimientos públicos y privados, para enseñanza primaria y secundaria. Los datos surgen del balance que presentó, el martes último, el secretario paulista de Educación Rossieli Soares. El funcionario indicó, también, que desde el reinicio de las clases en las 4.600 escuelas del estado paulista, pasaron por las aulas 855 mil personas entre profesores, alumnos y personal administrativo.
Con todo, apenas fueron cerrados temporalmente los once colegios que registraron más de un caso. Los epidemiólogos, para quienes se aproxima una tercera ola de la epidemia, temen que surjan nuevas complicaciones en las instituciones escolares. Brasil superó hoy la marca de los 10.000.000 de casos y hay 243.600 fallecidos desde el comienzo de la pandemia. Los expertos estiman que la próxima semana se llegará al emblemático cómputo de 250 mil decesos.
Brasil superó hoy la marca de los 10.000.000 de casos y hay 243.600 fallecidos desde el comienzo de la pandemia
Las instituciones de enseñanza primaria, secundaria y universitaria permanecieron clausuradas durante 40 semanas, a lo largo de los 12 meses del Coronavirus en Brasil —cuyo primer caso fue detectado en febrero de 2020—. Así lo indicó un estudio divulgado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, donde se advierte que ese cierre supera con creces el promedio de 22 semanas en el mundo. La Unesco reconoció que, a nivel global, más de la mitad de los alumnos enfrentan aún interrupciones del año escolar. Y admitió que en 31 países rige la suspensión total de las clases.
Audrey Azoulay, directora general del organismo, recomendó que el recurso de detener la enseñanza presencial sea “adoptado como última instancia”. En su visión, el impacto psicosocial que ejerce es considerable y representa del nivel educativo, e incluso aumento de la deserción. Esto es especialmente delicado en el caso de los sectores vulnerables de la población escolar. Para ella, “la reapertura debe ser una prioridad”. Esa postura implica dar prioridad de vacunación a los docentes. La Unión Europea acaba de formular la misma recomendación de mantener los colegios abiertos: “Los países no deben cometer el mismo error del año pasado” definió.
Faltan vacunas
El escenario, de por sí sombrío, se vio enrarecido por los faltantes de vacunas en el interior brasileño. El gobierno federal logró había logrado un nivel de vacunación de 3,5% y, estos días, declinó a 2,91%. Con todo, continúa al frente de México (1,02%) y de Argentina, con 1,41%.
Al haber una apuesta única “era fatal caer en el desabastecimiento”, dijo epidemióloga Carla Domingues
Hay varias capitales de Brasil que debieron suspender los turnos, entre ellas Salvador, Río de Janeiro y Florianópolis. Quienes sufren las consecuencias, tanto sociales como políticas, son los intendentes de municipios brasileños (más de 5.700). Sobre ellos recae la tarea concreta de garantizar la vacunación de sus poblaciones. Las críticas al gobierno de Bolsonaro no se hicieron esperar y esto obligó al ministro de Salud Eduardo Pazuello a mantener este viernes una extensa reunión con los representantes de los alcaldes. Les sugirió que usen todas las dosis disponibles para la primera fase de la inmunización; inclusive aquellas partidas reservadas para la segunda aplicación. El ministro les garantizó que en breve llegarán al país las dosis suficientes como para asegurar el cumplimiento a tiempo de la segunda vacunación.
Sin embargo, los especialistas critican la insuficiencia de inmunizadores. Según el ex ministro de Salud y actual diputado Alexandre Padilha, “todas las empresas internacionales querían traer la vacuna a Brasil, que tiene una larga tradición con su Programa Nacional de Inmunización. Pero el gobierno nacional demoró en realizar las contrataciones”. La epidemióloga Carla Domingues, que fue coordinadora de ese programa, sostuvo que al haber una apuesta única “era fatal caer en el desabastecimiento. Se debería haber concentrado la inmunización en aquellas ciudades de mayor densidad poblacional, en vez de repartir las dosis en forma pulverizada por todo el país”.
*Autora de Brasil 7 días. Desde San Pablo, Brasil.