El “lawfare” fue el tema central de una conferencia virtual, que ocurrió este lunes, en la que participaron el diputado francés Jean Luc Melenchon; el presidente Alberto Fernández y al ex
candidato presidencial del Partido de los Trabajadores Fernando Haddad. El jefe de Estado argentino inició su mensaje con una frase que a comienzos de 2019 provocó “irritación” en su colega brasileño Jair Bolsonaro. Alberto no sólo felicitó a a Luiz Inácio Lula da Silva por el 41 aniversario del PT, del que fue fundador. Más que eso, expresó “todo mi afecto, todo mi respeto y todo mi cariño por él, como también todo mi compromiso”.
Desde su despacho, Alberto Fenández se refirió al tema en discusión: “Me han invitado a reflexionar sobre un problema que tiene el Continente: ese maldito mecanismo que ha calado en Brasil y en otros lugares de la región; y que ha servido para que la prensa y la justicia se vinculen entre sí, con el fin de perseguir opositores al régimen político del momento”. Describió tres casos “claves” de “acciones persecutorias” que, según dijo “han servido para encarcelar para perseguir opositores. Son tres casos absolutamente claros de ese uso del poder, del acuerdo entre el poder y los medios, para instalar en el imaginario público la idea de culpabilidad de una persona. En Ecuador está el primer caso, que es el de Rafael Correa. El ex presidente está siendo perseguido por la justicia ecuatoriana a partir de la declaración de un supuesto policía arrepentido, que le haber cometido un delito tremendo un homicidio”.
Alberto indicó que “la figura de los arrepentidos entró al derecho penal de Latinoamérica la influencia del derecho penal norteamericano. En nuestro continente siempre tuvo más influencia del derecho europeo; pero en los últimos años predominó el derecho americano”. Indicó, también, que “lo que pasó con Correa en Ecuador no es muy distinto lo que le pasó a Cristina acá en Buenos Aires, en lo que se conoció como la causa de los cuadernos. A partir del arrepentimiento que el supuesto chofer de un funcionario del Gobierno de Cristina, dónde imputaba el cobro de coimas de empresarios. A partir de allí empezaron a sucederse declaraciones de empresarios qué señalaban funcionarios del Gobierno; y alguno llegó a la propia Cristina”. Dijo que en base a esas declaraciones “se construyó una mega causa donde Cristina aparece como responsable de una extraña asociación ilícita, conformada entre el chofer y un montón de empresarios que se vieron conminados arrepentirse. O sea, integraron una asociación ilícita de gente que no se conocía entre sí”.
El presidente Fernández que Ecuador, Brasil y Argentina “incorporaron casi al mismo tiempo la figura del arrepentido”
Subrayó luego que Ecuador, Brasil y Argentina “incorporaron casi al mismo tiempo la figura del arrepentido. En el caso de Lula todo partió de la declaración de una supuesta persona condenada, que dijo haber oído que un departamento era propiedad del ex presidente. Y partir de allí, se armó una causa construida malamente por un juez que anduvo circulando por todo el Continente, donde se mostraba como un paladín de la lucha contra la corrupción. Luego terminó como ministro de Justicia del actual gobierno brasileño”. Advirtió que el ex juez Moro “construyó una causa donde, lo más llamativo, era imputar a Lula por recibir un departamento como parte de una coima de una empresa constructora. No existía entre tanto ningún documento que probara que Lula era propietario de esa casa: no había ni un boleto de compraventa ni una escritura”. Para Fernández “las nuevas noticias dan cuenta que perseguían como objetivo garantizar que Lula no pudiera ser candidato en las elecciones de 2018. Todo indica, gracias a Dios, que las pruebas revelan la existencia de persecución”.
Según Alberto, el tiempo “demostró que en este caso puntual se habían organizado una serie de engranajes del que participaron jueces y medios de comunicación para construir en el imaginario público de Brasil la idea de que Lula era un delincuente”.
Haddad, a quién Lula decidió nombrar candidato presidencial para el 2022, subrayó que en este encuentro “vamos a discutir uno de los mayores escándalos jurídicos del mundo
Haddad, a quién Lula decidió nombrar candidato presidencial para el 2022, subrayó que en este encuentro “vamos a discutir uno de los mayores escándalos jurídicos del mundo. A tal punto que se compara la detención de Lula, por obra del juez Sergio Moro, con el caso Dreyfus de fines del siglo XIX”. El dirigente sostuvo que “se asiste a los estertores de este proceso dramático”. Y añadió: “La guerra jurídica no es una exclusividad brasileña. Ocurre en varios lugares del mundo, inclusive en el Occidente civilizado. Francia vive ahora un momento grave al usar artificios típicos del bolsonarismo para insuflar en la población el odio contra las minorías, sean políticas o religiosas”.
El dirigente socialista Melenchon juzgó que “el caso del ex presidente de Brasil fue la antesala de un método político que se generalizó”. Recordó que también él había sido objeto de armados judiciales. “Inventaron una causa y, ni siquiera ahora, puedo saber exactamente de qué se trató”. Concluyó: “Esas causas empiezan con denuncias en la prensa, luego las toman los jueces y a posteriori aparecen más artículos periodísticos con el asunto. Ese es el circuito”.
*Autora de Brasil 7 días. Desde San Pablo, Brasil.