Este martes falleció a los 91 años, Néstor Rapanelli, el segundo ministro de Economía de Carlos Menem. Había sido anteriormente un ejecutivo de renombre en Bunge & Born.
Rapanelli
reemplazó a Miguel Roig en su cargo. Cuando se conoció la muerte de este último, el dólar pasó de 675 australes a 755. Cuenta la historia que el Presidente, en el mismo velatorio en la Casa Rosada, ofreció el cargo a Jorge Born quién lo rechazó porque decía estar muy abocado a las operaciones del holding a nivel mundial. Además, sabía qué se exponía.
«Recuerdo como si fuera hoy ver a Roig encender un cigarrillo cada quince minutos en una reunión de una hora y media», contó una vez Saúl Bour, economista de la Secretaría de Hacienda por aquel entonces.
Menem y Bunge & Born tenían una alianza. Alguien tenía que ocupar la silla. Fue Néstor Rapanelli, quién ejerció como ministro de Economía del 18 de julio y el 19 de diciembre de 1989.
¿Pero cómo llegó a ese lugar?
Rapanelli era ingeniero de aceites del grupo Bunge & Born. Y poco antes de que Menem llegara a la Rosada fue a verlo a su casa de Anillaco. Llevó el plan de la empresa. Decía que terminaría con la inflación en pocos meses y la economía crecería. B&B se jactaba de contar con un modelo econométrico, elaborado por el economista jefe del Centro de Estudios Económicos de B&B, Orlando Ferreres, para respaldar esa promesa.
Menem aprobó el plan y B&B puso a Roig. Pero ahora que no estaba el ministro, la opción era Rapanelli. Ferreres fue su vice.
Una de las primeras tareas de Rapanelli fue exponer en el Congreso el plan sobre reforma del Estado. Hacía frío en agosto de 1989. Pidió la eliminación de los regímenes de promoción industrial, la privatización de los servicios públicos y la liquidación de los bancos regionales. Todo en una sesión. Tenía el apoyo de Menem. Los diputados peronistas hicieron esfuerzos titánicos para defender al equipo económico.
Orlando Ferreres fue el que expuso, al lado de Rapanelli. Cuando terminó lo que sería denominada Ley de Reforma del Estado, Guido Di Tella se levantó de su banca y dijo.
—Orlando, lo único que te pido es que no termines con nuestros mitos en una sola tarde.
Unos días más tarde, el 15 de septiembre de 1989, el Congreso sancionó la Ley de Reforma del Estado. Estableció una reducción de los subsidios a las empresas del Estado y habilitó al Gobierno a vender ENTel, Ferrocarriles Argentinos e YPF. Dos días después, Hungría levantó los controles de su frontera con Austria y más de 13.000 alemanes orientales que disfrutaban de sus vacaciones de verano se escaparon para hacer un viaje más largo. Jamás volvieron.
En la Argentina pareció derrumbarse algo más que un muro cuando en diciembre estalló una hiperinflación que terminó con la gestión del equipo de Bunge & Born.
Menem se sintió decepcionado. El dólar ya había pasado los 1.000 australes.
Confió entonces la conducción de la política económica a peronistas y creyentes de su proyecto. Rapanelli fue reemplazado como ministro de Economía por Antonio Erman González, un Contador Público nacido en La Rioja que en cinco meses había pasado de la vicepresidencia del Banco Central a la conducción del Ministerio de Salud y luego al Ministerio de Economía. Pero esa es otra historia.
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