En una de las mejores escenas de Billie Eilish: The Worlds a Little Blurry, la cantante está a punto de presentar su nueva música a “los amigos de la discográfica”, pero
lejos de estar emocionada, comenta a su familia: “No quiero conocer a estos raros. ¿Quiénes son?”.
El documental que Apple TV+ estrena hoy sigue a la artista en su meteórico ascenso al estrellato, desde su habitación en los suburbios de Los Ángeles al escenario de los Grammy, al tiempo que muestra las dudas y las ilusiones de una adolescente nacida después del año 2000, que se ha convertido en un icono para su generación.
La reunión en una sala, con un grupo de empresarios de mediana edad, es una perfecta metáfora de la brecha generacional. Eilish sabe que sus canciones funcionan, conecta directamente con su público por redes sociales, pero necesita el apoyo de la “vieja” industria -radios y discográficas- para que lleguen más lejos.
En el 2020, su año de los grandes logros, Billie Eilish sumó 12 nominaciones para los premios Billboard. /Foto AP Photo/John Locher
“Billie es una visionaria, tiene un control completo de su trabajo, a nivel visual musical y estilístico”, asegura en una conversación con EFE el director del documental R.J. Cutler.
Desde que la familia invitó a Cutler a su casa en 2018, cuando Eilish apuntaba a ser una gran estrella, el cineasta ha pasado dos años documentando la vida de la joven. También rebuscó en el archivo familiar de fotografías y vídeos caseros con el fin de retratar una de las personalidades más particulares del pop.
“Grabamos como 100 horas a las que hay que sumar otras 100 que llegaron de los teléfonos de Billie y de vídeos familiares”, recuerda el director.
UNA ADOLESCENTE MÁS DE LA GENERACIÓN Z
El resultado de dos años de trabajo se resume en una cinta que repasa la creación de uno los álbumes más influyentes de la era, el ganador de cuatro GrammysWhen We Fall Asleep, Where Do We Go?, y los pasos de una adolescente que se acerca a la vida adulta.
Multipremiada, Billie Eilish acaparó los premios más importantes en la entrega de los Grammy de 2020. /Foto REUTERS/Monica Almeida
Entre las alegrías que le sacan una sonrisa a Eilish figuran recibir -“por fin”- el carnet de conducir, estacionar su primer coche y conocer a Justin Bieber en el escenario de Coachella. Su ídolo, a quien llegó a adorar tanto con 12 años que pensó que nunca podría querer a un novio de la misma manera.
“La clave del éxito de Billie Eilish es para que la analicen los expertos de la música -apunta Cutler-. Ella tiene una gran empatía, comparte sentimientos con toda su generación y los transforma en arte”.
Con 19 años, la cantante es el icono más internacional de la generación Z, la que define a aquellos que han nacido en plena era digital, nativos de las redes sociales y criados entre crisis económicas (2001, 2008, 2020) bajo la amenaza del calentamiento global.
Los sociólogos definen a este grupo como autodidactas y creativos, con gran capacidad para gestionar la información, socialmente comprometidos y más tolerantes que sus predecesores. Pero también son más individualistas, tienen una visión más realista de la vida y están dispuestos a romper convenciones.
Claro está que hablamos de la mirada que sobre el fenómeno tienen en el hemisferio Norte, que en muchos aspectos probablemente contrasta, y bastante, con la que podamos tener de este lado de la línea divisoria que marca el ecuador.
Billie Eilish y su estilo absolutamente personal, en el Dolby Theatre in Los Angeles, un año atrás. /Foto Jordan Strauss/Invision/AP
Pero todas esas características son las que definen la personalidad que Eilish desnuda en el documental, incómoda ante los protocolos, indómita cuando dirigen sus videoclips y profundamente honesta respecto a sus sentimientos.
“Ella es tal como parece, tan solo ha dejado fuera de su control este documental; me dio libertad plena”, explica Cutler. La cantante dijo hace unos días que tardó más de 5 horas en ver la cinta porque tenía que pararla al sentirse ella misma como alguien “insoportable”.
UNA ARTISTA EXIGENTE ARROPADA POR SU FAMILIA
The Worlds a Little Blurry muestra a una persona muy dura consigo misma en general. Repleta de dudas y de autocríticas cuando componía algunos de los mejores temas de su carrera. “Suena mal y yo sueno horrible, no puedo ser buena porque no lo soy“, dice en un momento a su hermano Finneas.
“Muchas personas estarían de acuerdo conmigo en que eres muy buena”, responde él, también productor y pareja creativa. Ese nivel de exigencia provoca que Eilish tenga claro a dónde dirige su carrera en todo momento. Dibuja sus canciones como conceptos y prueba las tomas de cámara de un videoclip en el jardín de casa antes de visitar el estudio.
Billie Eilish y su productor y hermano Finneas, durante la presentación del nuevo sistema de alta fidelidad de Spotify.
Tampoco se perdona una: tras actuar en el mismísimo Festival de Coachella tuerce el gesto durante todo el día porque se ha olvidado la letra de una nueva canción. Arropándola, en tanto, siempre está su familia, que discute con ella letras en las que insinúa que se tiraría del tejado y se preocupa por su estabilidad después de que Eilish se autolesionara de joven.
De algún modo, el documental es una zambullida al estilo del cinéma vérité a su vida, su casa, sus conciertos, su proceso, su síndrome de Tourette, la habitación de su hermano donde célebremente escribieron todas sus canciones e incluso su diario en el año en el que se volvió estrella.
Es crudo y lleno de música, cerca de 20 de sus canciones aparecen a lo largo de la película, incluyendo presentaciones en vivo, como su extraordinario concierto en Coachella en 2019. Algunas canciones incluso están completas.
Es interesante verla a ella y a su hermano Finneas improvisar las letras y probar diferentes cosas –él sufre de ansiedad por tener que producir un éxito y a ella le importa un pepino-, así como la yuxtaposición de sus glamurosos eventos y presentaciones con la modestia de la normalidad en su vida hogareña.
Hay algunos momentos geniales que Cutler registró de gira. En uno, por ejemplo, ella conoce a Katy Perry, quien le presenta a Eilish a su prometido, “un gran fan”. Sólo después, Eilish se da cuenta que era el actor Orlando Bloom. Su hermano le recuerda que es Will Turner de las películas de Piratas del Caribe. Ella quisiera repetirlo todo. “Pensé que era sólo un tipo”, dice.
Más alla de todo, Billie parece no estar de malas con su presente. “La vida es buena”, concluye la cantante en una entrevista cuando se acercaba la gala de los Grammy 2020 en la que hizo historia.
Fuente: EFE – Javier Romualdo
Reabren los cines, pero les siguen pegando duro
E.S.
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