En pugna con Pfizer por condiciones, Bolsonaro amenaza con vetar sus vacunas

de inmunizantes.

Bolsonaro dijo que no descarta “posible veto” a la compra dado que el laboratorio norteamericano Pfizer pone como condición no ser procesado ante eventuales efectos colaterales.

El gobierno de Brasil, uno de los países más afectados por la pandemia, negoció varios meses con Pfizer por la compra de decenas de millones de dosis contra el Covid. Pero las tratativas están trabadas por la exigencia de que la farmacéutica quede exenta de responsabilidad en relación a eventuales efectos secundarios.

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Bolsonaro, un escéptico del coronavirus con una gestión de la pandemia muy cuestionada, bromeó con la cláusula al insinuar que los laboratorios socios Pfizer y BioNTech no querían ser responsabilizados si su vacuna convierte a los vacunados en “cocodrilos”.

“Si te conviertes en Superman, si una mujer empieza a tener barba o si un hombre empieza a hablar con voz afeminada, ellos [los laboratorios] no tienen nada que ver con eso”, dijo en diciembre.

“Si se confirma la intención del veto del presidente, voy a llamarlo sabotaje a la vida, tenemos mil muertes por día” causadas por el Covid-19, declaró el senador opositor Randolf Rodrigues.

Según la farmacéutica estadounidense, cada gobierno debe pagarle una indemnización para cubrir cualquier costo de compensación que pueda surgir de los casos civiles presentados por los ciudadanos relacionados con efectos adversos graves de su vacuna.

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Según The Bureau of Investigative Journalism (TBIJ), Pfizer exige también una indemnización adicional cuando un Gobierno acuerda cubrir a la empresa los costos potenciales de los casos civiles iniciados como resultado de sus propios actos de negligencia, fraude o malicia. Por ejemplo, si la empresa interrumpe la cadena de frío de una vacuna y se estropea o entrega la vacuna incorrecta.

Se incluyen además efectos adversos, acontecimientos médicos que ocurren como resultado de recibir una vacuna y pueden provocar lesiones, discapacidad o la muerte del paciente.

“En Argentina y Brasil, Pfizer solicitó que los activos soberanos se pusieran como garantía para cubrir los costos legales futuros”, resume TBIJ.

El regulador sanitario brasileño, Anvisa, autorizó este 23 de febrero el uso a gran escala de la vacuna, aunque el inmunizante no está todavía disponible en el segundo país con más muertos por el coronavirus.

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El segundo país más afectado por el Covid

Brasil superó este jueves los 250.000 muertos por covid-19, en un total de más de 2,5 millones en el mundo, mientras sigue la carrera por las vacunas y es el segundo país con el mayor número de muertos, 251.498, 1.541 registradas por el Ministerio de Salud en las últimas 24 horas.

El país ya supera los 10,3 millones de contagios y vive una segunda ola desde noviembre, en medio de una flexibilización del aislamiento social, además de una incipiente campaña de vacunación, que solo cubre, hasta el momento, al 3% de la población.

Al momento Brasil realiza la vacunación masiva con la CoronaVac, del laboratorio chino Sinovac, y con la producida por Oxford-AstraZeneca, ambas aprobadas sólo para uso de emergencia, pero la escasez de dosis obligó a la suspensión de la campaña en numerosas ciudades.

Los ejecutivos de Pfizer “dijeron que van a esperar hasta el 19 de marzo una definición del gobierno nacional, y si no hay una respuesta positiva, nos sentamos a negociar”, afirmó el gobernador Rui Costa, de Salvador de Bahia, estado que estuvo más de una semana sin vacunar por falta de medicamentos, una situación que se replicó en una decena de capitales.