El papa Francisco reveló que imagina que morirá en Roma, siendo pontífice, y que no regresará a vivir a Argentina, según una entrevista incluida en el libro “La salud
de los papas”, cuyo anticipo divulgó este sábado.
En el encuentro con el periodista Nelson Castro que tuvo lugar en el Vaticano en febrero de 2019, el papa asegura que piensa en la muerte pero no le teme. Consultado sobre cómo imagina su propia partida de este mundo, Francisco respondió: “Siendo papa, ya sea en ejercicio o emérito. Y en Roma. A la Argentina no vuelvo”.
Con esta respuesta concluye el libro “La salud de los papas. Medicina, complots y fe. Desde León XIII hasta Francisco”, que sale a la venta el próximo lunes en nuestro país.
“Es un libro histórico, atrapante y único. Histórico porque todo lo que se cuenta es cierto y documentado; atrapante porque es una historia que supera cualquier ficción y único porque por primera vez un papa habla de su salud con la claridad que lo hizo Francisco”, afirmó Nelson Castro.
En la larga entrevista, Francisco dijo que no extraña a su país. “No, no la extraño. Viví allí 76 años. Lo que me aflige son sus problemas”, sostuvo el pontífice de 84 años.
Al referirse a episodios de su salud, aclaró que no le falta un pulmón pero que en 1957 fue operado para extirparle el lóbulo superior del pulmón derecho donde tenía tres quistes.
El papa Francisco, junto su antecesor, Benedicto.
La afección no le dejó secuelas. “La recuperación fue completa y nunca sentí ninguna limitación en mis actividades”, sostuvo.
Además contó que acudió a una psiquiatra durante la dictadura (1976-1983), cuando era provincial de los jesuitas y tuvo que “llevar gente escondida para sacarla del país y salvar así sus vidas”.
“Durante seis meses, la consulté una vez por semana”, revela el papa. “Me ayudó a ubicarme en cuanto a la forma de manejar los miedos de aquel tiempo. Imagínese usted lo que era llevar una persona oculta en el auto -solo cubierta por una frazada- y pasar tres controles militares en la zona de Campo de Mayo. La tensión que me generaba era enorme”.
Francisco habló también de sus neurosis, a las que describió como de ansiedad y de tristeza. “A las neurosis hay que cebarles mate. No solo eso, hay que acariciarlas también. Son compañeras de la persona durante toda su vida”, afirmó.
“Tengo bastante domada la ansiedad. Cuando me encuentro ante una situación o debo enfrentar un problema que me produce ansiedad, la atajo. Tengo distintos métodos para hacerlo. Uno de ellos es escuchar Bach. Me serena y me ayuda a analizar los problemas de una manera mejor. Le confieso que con los años he logrado poner una barrera a la entrada de la ansiedad en mi espíritu. Sería peligroso y dañino que yo tomara decisiones bajo un estado de ansiedad”, cerró.
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