Luego de un año marcado por la pandemia, los bancos privados que operan en la argentina (nacionales y extranjeros) cerraron el 2020 con dos meses al hilo de pérdidas se intensifican
las señales de alerta en el sistema. Así, tras haber anotado un rojo de $2.320 millones en noviembre, volvieron a registrar un quebranto, pero mayor: diciembre cerró con pérdidas para los bancos privados por $4.414 millones en el último mes del año. En el sistema financiero se comenta que los números de enero y febrero serán aún peores.
Los datos surgen del último Informe sobre Bancos presentado por el Banco Central la semana pasada, y muestran una tendencia que genera preocupación en el sector.
La performance fue distinta para las entidades privadas extranjeras y nacionales. Mientras el primer grupo de bancos registró rojos por $5.904 millones, las entidades nacionales pudieron cerrar el año con una utilidad de $ 1490 millones y compensaron en parte estas pérdidas de los bancos privados en conjunto.
Así, pese a acumular dos meses en rojos, las entidades privadas cerraron el año con una ganancia nominal de $141.547 millones, contra los $ 253.500 millones registrados en 2019. Un desplome nominal del 45%. En un año en el que la inflación rondó el 36%
Mientras tanto, los bancos públicos tuvieron ganancias netas superiores a los $24.300 mil millones en diciembre y cerraron el 2020 con un acumulado de $ 161.277 mil millones. En 2019, los bancos públicos habían acumulado una ganancia de apenas $ 39.249 millones. Los bancos públicos están sacando ventaja de que la emisión monetaria se acumula en sus cuentas -posiblemente en cajas de ahorro que no rinden nada- y eso les da fondeo casi gratis a la banca pública. Además, son los principales tenedores de bonos de la deuda pública en pesos.
“En el último trimestre de 2020 el ROA (retorno sobre activos) fue de 1,5% anual. Y el ROE (retorno sobre capital) de 9,8% anual. para el agregado de entidades, siendo los menores registros trimestrales del año, en línea con la tendencia descendente iniciada a mediados de año”, detalló el informe del BCRA. Así, el resultado total integral acumulado para 2020 del total de las entidades del sistema financiero fue de $233.963 mil millones; mientras que el acumulado de 2019 alcanzó los $313.478 mil millones: un 25% menos en términos nominales de ganancia para todo el sector.
La autoridad monetaria reconoció que la aceleración de la inflación del último tramo del año impactó en la rentabilidad de las entidades. “La disminución de la rentabilidad en el cuarto trimestre de 2020 respecto del trimestre previo estuvo relacionada con el efecto que tuvo la inflación sobre las partidas monetarias y el aumento de los egresos nominales por intereses (se estima que en el período se incrementó el costo de fondeo implícito por depósitos en pesos)”, detalló el informe.
Lo que se vio en el último mes del año pasado fue una profundización de una tendencia que se dio desde que Miguel Pesce anunció el “super cepo”. Mientras el BCRA les paga a las entidades una tasa de 36,5% por la colocación de pases pasivos y otro 38% por las de Leliq, estas están obligadas a remunerar los plazos fijos minoristas con una tasa mínima de 37%.
Pero además, los bancos tienen que destinar una parte de su cartera a los préstamos para la inversión productiva con una tasa subsidiada de 24% anual. El informe del Central consignó que a través del esquema de Financiamiento para la Inversión Productiva de MiPyMEs el sistema financiero lleva desembolsados préstamos por $295.939 millones hasta fines de febrero (16% corresponde a proyectos de inversión), que beneficia 80.870 empresas.
Al mismo tiempo, durante el año pasado, el Banco Central impulsó una serie de líneas con tasa reducida para apuntalar la capacidad de consumo de los hogares, golpeada por los efectos del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio. Entre ellas se destaca el “Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción” (ATP), por el que se otorgaron $14.192 millones a fines de febrero de este año, y los préstamos a Tasa Cero para autónomos y monotributistas.
En un contexto de contracción del crédito privado “genuino” los márgenes de las entidades se achicaron. A esto, se sumó el congelamiento de las comisiones que estas podían cobrar, que habían retrotraídas al comienzo de la cuarentena a los valores que estas tenían el 19 de febrero del año pasado. Recién en el primer mes de este año, el Banco Central autorizó a los bancos a actualizarlas, pero sólo en un 9% durante enero y otro 9% el mes pasado.
En tanto, luego de meses de salida de depósitos en dólares, la liquidez amplia del sistema financiero se ubicó en 65% de los depósitos totales hacia finales de año, 4,9 puntos porcentuales respecto a lo que se había visto en 2019. “El nivel actual del indicador de liquidez supera al promedio de los últimos 10 años”, detalló el organismo.
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