Cómo evitar accidentes al maniobrar una lancha

En lo últimos tiempos, gran número de accidentes se han sucedido en el Delta y otras áreas de navegación de la Argentina. En algunos de ellos, hasta se han tenido que

lamentar víctimas fatales. Tampoco son infrecuentes los toques, raspones y leves golpes entre barcos. Sin embargo, todo se encuentra normado en algunas reglamentaciones, entre ellas: el Reglamento Internacional para Prevenir los Abordajes (RIPA), el Régimen de la Navegación Marítima, Fluvial y Lacustre (REGINAVE) y las ordenanzas marítimas sobre la parte operativa de buques y embarcaciones deportivas.

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RIPA

Sus reglas son internacionales y reconocidas por nuestra autoridad de bandera como válidas en la Argentina. Regulan todo lo relacionado con las luces de navegación, balizas y derechos de paso, estableciendo en una primera parte lo siguiente: las embarcaciones propulsadas a motor le cederán el paso a las propulsadas a vela, que le cederán el paso a las dedicadas a la pesca (no deportiva), que le cederán el paso a las que se encuentran con maniobra restringida (incluyendo por su calado y las que van por pasos y canales angostos), que le cederán el paso a aquellas que se encuentran en situación de buque sin gobierno.

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Quién cede el paso

Desde ya que el riesgo de abordaje, sinónimo de colisión entre barcos, puede darse entre embarcaciones de la misma categoría, por ejemplo entre dos lanchas a motor. Para eso el RIPA enuncia en su sección de reglas de timón y de ruta quién debe ceder el paso y quién debe seguir su rumbo.

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Pero ojo, el RIPA no dice que alguno de los barcos tiene derecho de paso o prioridad sobre el otro, lo que destaca esta ley internacional es cuál de los barcos tiene que ceder el paso. Igualmente, ninguna regla da derecho a chocar o a provocar un riesgo. La embarcación que deba ceder el paso procurará no cortar la proa de la que sigue a rumbo, vale decir que aminorará la velocidad y procurará pasarle por la popa o cambiará de rumbo. El otro no tiene derecho a hacer monerías erráticas. Lo que dice la ley es que mantendrá su rumbo y velocidad. No obstante, puede actuar para evitar el abordaje con su propia maniobra, tan pronto le resulte evidente que quien debería apartarse hace algo impropio o insuficiente. El mismo texto dice que toda maniobra que se efectúe para evitar un abordaje será llevada a cabo en forma clara, con la debida anticipación y respetando las buenas prácticas marineras que ahí también se especifican.

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Piloto automático

Hay muchos que lo dejan funcionando y sin vigilancia. Hubo barcos que así han embestido la costa y zonas de poca calada pero, si se encuentran con otro distraído, puede ocurrir una colisión grave.

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Es esencial dominar el horizonte con la vista: no estibar elementos o llevar personas (solárium u open de proa) delante del puesto del timonel. En las timoneras cubiertas, durante la noche, navegar a oscuras y evitar los reflejos en los parabrisas. Si se va a navegar en aguas abiertas, llevar colocada una pantalla reflectora de radar permanentemente y, cuando la visibilidad esté restringida por lluvia o niebla, encender las luces de navegación, aún de día. En barcos cuyo porte permita colocar un radar, téngalo y úselo. Es especialmente útil allí donde haya tráfico comercial, para ver a los demás y porque la señal que emitimos nos hace más visibles que un simple eco pasivo en los radares de los buques.

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Luces

Navegar en la noche no es tarea simple y, menos aún, en aquellas noches cerradas sin luna o con neblina. Las reglas establecen una serie de luces de navegación en función de los tamaños de los buques o el tipo de embarcación. Las más simple en condición de navegación, y hablando netamente en el espectro de embarcaciones deportivas, son: luces de banda una de color rojo (babor) y otra verde (estribor), generalmente ubicadas en proa; luz de alcance blanca a popa y, por último, una luz de tope blanca a proa.

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Las luces de navegación tienen un significado para los demás tráficos que, por “derecho de paso”, se deberán de respetar con el objetivo de prevenir abordajes. Si bien uno de los fundamentos para prevenir colisiones es la vigilancia permanente desde la cabina de mando, las luces serán indicativos visuales cuando una embarcación tenga el derecho de paso, aunque estas reglas puedan obligar al timonel a proceder de manera distinta para mejorar la maniobra y evitar una colisión.

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Cuando se dé una situación de aproximación de fente y exista un peligro de abordaje, ambas embarcaciones deberán virar siempre a la derecha. Por lo tanto, navegando de vuelta encontrada se da la combinación de luz roja con roja, que es una manera sencilla de asegurarse de que cada uno dejará pasar al otro por su propia banda de babor. Cuando una embarcación tenga a otra a su derecha, cederá el paso, es decir, el timonel que observe la luz roja de navegación de la otra embarcación es el que tendrá que ceder el paso.

Si la situación es de alcance, toda embarcación que se encuentre por detrás de otra, y que por su velocidad pueda alcanzarla, tendrá que virar por su derecha o izquierda y podrá regresar a su rumbo siempre y cuando la embarcación alcanzada haya quedado completamente atrás. Sin duda, conocer las reglas e ir con los ojos y las orejas bien abiertos es importante para evitar abordajes. Recordar que las embarcaciones no son fantasmas, las tripulan seres humanos.

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